domingo, 14 de julio de 2013

 Capítulo 4.

Iker y Daniela se giraron, Iker sabía que era Aitor, el líder de la manada, el que había intentado matar a Daniela. Daniela no le conocía, pero al oír esas palabras supo que pertenecía al clan Fenora, así que decidió empujar a Iker y echar a correr, debía huir, no quería morir.

- ¡Eres un inútil!- gritó Aitor, mientras que corría detrás de Daniela, pero Iker atrapó a Aitor y le sostuvo hasta que vio que Daniela estaba bastante alejada.

- Deja que me encargue yo de ella.- dijo Iker.

- Pero es la última oportunidad que te doy, como no la mates, la mataré yo.- dijo Aitor apartando a Iker.

Daniela cuando vio que estaba lejos, paró de correr, estaba cansada, no podía más, necesitaba aire, tantas emociones en un día, no eran buenas. Buscó una fuente y bebió agua. Daniela decidió volver a su casa, pero por el camino, se encontró a Eva.

- Ten cuidado, van a por ti.- dijo Eva.

- ¿Y por qué yo y no tú?- preguntó Daniela.

- Tu tienes más fuerza y más rapidez que yo, eres más peligrosa para ellos.- contestó Eva.

- Pero yo no les voy a hacer nada.- dijo Daniela.

- Pero igualmente eres un peligro para ellos.- dijo Eva.

Daniela oyó aquellas palabras y no sabía como reaccionar, así que decidió despedirse y seguir el camino hacia su casa.

Mientras tanto, Iker, decidió volver a la casa del clan Fenora para coger sus cosas e irse, no sabía a donde, pero quería huir, si tenía que matar a Daniela, huiría y desde lejos, la protegería. De repente, oyó una voz detrás suya.

- ¿Dónde vas?- le preguntó Jordi, un miembro del clan Fenora.

- No te importa.- respondió Iker.

- Sabes que aunque huyas, Aitor te perseguirá y te encontrará.- dijo Alejandro, otro miembro del clan.

- ¡Me da igual! Yo tendría que ser el líder la manada, yo soy el hijo del anterior líder.- reprochó Iker.

- Pero Aitor te arrebató el puesto y lo sabes.-  dijo Gonzalo, otro miembro del clan Fenora.

- Sí y, dejaría que fuese líder y seguiría sus normas, pero aquella norma que inventasteis de matar a las vampiros es una estupidez.- dijo Iker.

- ¿Una estupidez? Si sabes perfectamente que nos odian y que ellos también nos quieren matar.- dijo Fernando.

- ¡No! Eso son imaginaciones que tenéis vosotros.- dijo Iker para después salir de la casa dando un portazo.

- ¡Ya volverás!- gritó Alejandro.

Iker al salir de la casa, se montó en el coche y empezó a conducir rápido, poco a poco fue reduciendo la velocidad, aparcó y se bajó, se dirigió a la playa, allí se encontró con Eva que estaba mirando hacia el horizonte.

- ¿Qué haces aquí?- preguntó Eva sin ni siquiera girarse porque sabía que se trataba de Iker.

- Quería hablar con Daniela.- contestó Iker.

- Ella está en su casa, derrumbada, la has hecho mucho daño.- dijo Eva.

- Vale, entonces me voy.- dijo Iker.

Eva se giró.

- Iker, es mejor que te olvides de ella.- dijo Eva.

- No puedo.- respondió Iker firmemente.

- Vale, muy bien, haz lo que quieras.- dijo Eva para después irse.

Iker se quedó allí, pensando en que debía olvidarla, pero por más que lo intentaba, no podía olvidarse de ella.  Al final, decidió marcharse de allí, empezó a caminar y caminar, cuando de repente vio a Aitor.

- Iker, sé perfectamente que no quieres matar a Daniela porque estás enamorado de ella.- dijo Aitor.

Iker se quedó paralizado, no sabía que responder.

- Iker, sabes que estás incumpliendo una norma, debería matarte.- dijo Aitor.

- ¡Pero es una norma estúpida que os inventasteis de la nada!- gritó Iker.

- No es estúpida, ellos también nos quieren matar.- reprochó Aitor.

- ¡Estás obsesionado! Solo nos empezaron a matar porque tú empezaste a matarlos.- dijo Iker.

- ¡Mentira!- grito Aitor para después abalanzarse sobre Iker.


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