domingo, 14 de julio de 2013

Capítulo 3.

Daniela se despertó como cada mañana, pero no era una mañana como otra cualquiera, era una mañana en la que su mente estaba ocupada en pensar en lo que había pasado el día anterior, no lograba comprender como un hombre lobo se había enamorado de ella, de una vampira. Y al recordar como Iker lloraba, una lágrima rodó por su mejilla, pero rápidamente se la secó y decidió salir a la calle, a ver, si así, se despejaba.  Cuando se encontraba cerca de la playa donde todo había pasado, decidió no acercarse y seguir caminando de frente, sin ni siquiera mirar hacia allí, entró en una tienda a mirar collares y pulseras que hacían con conchas.

- Veo que te gustan esas cosas.- dijo una voz que provenía de detrás suya.

Daniela se giró y vio que era Eva.

- Hola, Eva.- dijo Daniela fríamente.

- Daniela, ¿qué te pasa?- preguntó Eva.

- ¿¡QUE QUÉ ME PASA!? ¡No viste ayer que un chico, decía que me quería, pero que no podía estar conmigo porque me matarían!- dijo Daniela enfadada.

- Tranquila Daniela, no montes jaleo y vamos fuera.- le dijo Eva.

- Mira Eva, prefiero irme, no tengo nada de que hablar contigo, ya sé lo que necesitaba saber y no me hace bien, me olvidaré de esto y ya está.- dijo Daniela.

- No te vas a poder olvidar de él, cuando una vampira se enamora es para siempre y puede estar toda su vida enamorada y la única manera de olvidarle, es morirte y la única manera de morir, es que te quemen.- dijo Eva.

- No hay nada imposible para mi, me olvidaré de él.-dijo Daniela.

- Ilusa, eso no podrá pasar.- dijo Eva para después irse mientras se reía a carcajada limpia.

Daniela se quedó sorprendida, no esperaba esa reacción de Eva.  Pero si era cierto de que cuando los vampiros se enamoraban era para siempre, no le queda más remedio que caminar hacia delante y pensar lo menos posible en Iker.

Iker mientras tanto estaba en su casa, estaba pensando en si ir a buscar a Daniela o quedarse allí, derrumbándose cada día más, lo único que decidió fue preguntarle a Aitor, el líder de la manada, lo siguiente:

- Aitor, ¿si un hombre lobo se enamora de una vampira, qué pasa?

Aitor por un momento se quedó callado, pero finalmente acabó respondiendo lo siguiente:

- Se matarían al hombre lobo y a la vampira.

- ¿Hay alguna norma que lo impida?- preguntó Iker.

- Ninguna.- contestó Aitor.

- Pero, ¿y si realmente se quieren?- preguntó Iker.

- Yo no hago las normas, las aplico, pero realmente me daría pena.- contestó Aitor.

- ¿Y no se podría hacer la vista gorda?- preguntó Iker.

- Estarías incumpliendo una norma y te matarían a ti también. No creo que nadie hiciese la vista gorda, preferiría matar antes que morir.- contestó Aitor.

- ¿Por qué tanta pregunta?- preguntó Sergio.

- Simplemente quería estar informado.- contestó Iker.

- Una pregunta, Iker, ¿por qué llorabas ayer?- preguntó Luca.

- Nada, cosas.- contestó Iker.

- Iker, dínoslo.- exigió Aitor.

- ¡No, no pienso decirlo!- reprochó Iker.

- Sabes que al final te lo sacaremos.- dijo Fernando, otro miembro del clan Fenora.

- No, no me lo vais a sacar.- dijo Iker.

Al final, Iker acabó saliendo de la casa del clan Fenora y echando correr, no tenía rumbo, solo quería huir para evitar las preguntas del resto de los miembros del clan. Después de estar un rato corriendo mientras que lloraba y pensaba en que nunca estaría con Daniela, chocó con alguien. Iker se levantó, se sacudió un poco y cuando se quiso dar cuenta de con quien se había chocado, esa persona ya estaba huyendo de él.

- ¡Daniela!- gritó Iker, pero Daniela corría y corría sin mirar hacia atrás. Iker, empezó a correr, pero por mucho que corrió, no logró alcanzar a Daniela.

Cuando Daniela estuvo lejos de Iker, paró de correr, se secó los ojos y se lavó la cara en una fuente porque había estado llorando, respiró profundo y bebió algo de agua, intentó sacar de su mente lo que había pasado hacía unos minutos, pero no podía, le era imposible. Entonces, sintió una mano sobre su hombro, se giró y vio que era Iker, se quiso alejar, pero Iker la sujetó.

- No, Daniela, no te vayas, quiero estar a tu lado.- dijo Iker.

- Pero yo no quiero.- dijo Daniela.

- Daniela, no te va a pasar nada, yo te voy a proteger, te lo prometo.- le dijo Iker.

- Pero cuando menos te lo esperes, me matarán y lo sabes, también te matarán a ti.- le dijo Daniela.

- ¡Iker, ahora, mátala!- se escuchó una voz grave detrás de Iker.

No hay comentarios:

Publicar un comentario