domingo, 14 de julio de 2013


Capítulo 8.

Cuando Daniela se encontraba sentada en la silla de la cocina, Iker la abrazó por detrás y la dio besos en el cuello.

- Iker, por favor, para.- dijo Daniela entre risas.

- No, no quiero parar.- dijo Iker seriamente.

- ¿Dónde me vas a llevar?- preguntó Daniela.

- Sorpresa.- dijo Iker.

Finalmente, Iker llevó a Daniela a la playa, pero cuando llegaron Eva estaba llorando.

- ¿Qué te pasa?- le preguntó Daniela.

- ¡Fernando está muy grave, se puede morir!- gritó Eva.

- ¿Y por qué tanta importancia?- preguntó Daniela.

- ¡Yo le amo!- gritó Eva.

Daniela se quedó paralizada, una lágrima rodó por su mejilla.

- Yo… lo siento… Eva… yo no sabía nada…-dijo Daniela.

- Mira, será mejor que me vaya por mi parte y os deje disfrutar de vuestro amor.- dijo Eva.

Daniela se quedó preocupada, no quería que Eva la dejase de hablar y tampoco quería matar a nadie, no quería que Fernando muriese, tenía que ir a la casa del clan Fenora.

- Iker, llévame a la casa del clan Fenora.- dijo Daniela.

Iker se quedó paralizado.

- ¡Iker, que me lleves!- exigió Daniela.

- ¿Para qué?- preguntó Iker.


- Necesito ver como está Fernando y ayudarle, yo tengo la cura de la herida que le causé.- dijo Daniela.

- Lo siento, Daniela, no te voy a llevar allí, no quiero que te hagan daño.- dijo Iker.

- Pues me voy yo sola.- dijo Daniela.

Iker sujetó a Daniela fuertemente y le dijo:

- No, tú no vas.- dijo Iker.

- ¡Pero Iker…!- dijo Daniela, pero Iker la interrumpió:

- No.- dijo Iker seriamente.

Iker llevó a Daniela a casa.

- ¡Eva!- gritó Daniela al entrar, pero Eva no respondía, Daniela entró en su cuarto y vio que Eva iba a suicidarse, iba a quemarse.

- ¡No!- gritó Daniela.

- Fernando va a morir y los vampiros amamos para toda la vida a la misma persona, si él muere, ya no tiene sentido que yo siga aquí.- dijo Eva mientras encendía el mechero.

Iker llegó y apagó el mechero, Daniela agarró a Eva e Iker se deshizo de todos los mecheros, cerillas y cualquiera otra cosa que podía producir fuego que había en la casa.

- Toma agua y cálmate un poco.- dijo Daniela dándole un vaso con agua a Eva.

- Daniela, tengo miedo de que Fernando muera.- dijo Eva, después, bebió.

- No te preocupes, Fernando saldrá a adelante, es un grandísimo luchador.- dijo Iker.

- Eso espero.- dijo Eva tranquilizándose un poco más.

- Eva, le conozco, lo va a superar.- dijo Iker.

- Además, le mordí muy flojito, seguro que si le curaron en seguida y le cosieron, se recupera.- dijo Daniela.

Eva empezó a llorar.

- Lo fastidiaste.- dijo Iker.

- Vale, vale, me voy.- dijo Daniela enfadada.

- Pero no te enfades, pequeña.- le dijo Iker.

- ¡Déjame!- gritó Daniela desde la habitación.

De repente, Eva se desmayó.

- ¡Daniela, Eva se ha desmayado!- gritó Iker nervioso.


   Capítulo 9.

Daniela corrió al salón.

- ¿Qué ha pasado?- preguntó Daniela.

- No sé, se ha desmayado, así, de repente.- dijo Iker.

- Tenemos que despertarla.- dijo Daniela muy nerviosa.

- ¿Y qué hacemos?- preguntó Iker.

- Voy a por agua, tenemos que reanimarla.- dijo Daniela.

Daniela fue a por agua, se la echaron en la cara, pero Eva no se despertaba

- ¡No se despierta!- gritó Daniela muy nerviosa.

Iker abrazó a Daniela y la dijo:

- Tranquila, pequeña. Llevémosla a su cama y le ponemos un trapo de agua caliente en la frente y esperamos.

- Vale.- dijo Daniela secándose la lágrima.

Hicieron lo que Iker hizo y al cabo de un rato, Eva despertó.

- ¡Eva!- dijo Daniela al verla despertar.

- ¿Se ha despertado?- dijo Iker entrando en la habitación.

- Sí.- respondió Daniela mientras que abrazaba a su amiga.

- Nos diste un buen susto.- dijo Iker.

- ¿Por qué me he desmayado?- preguntó Eva.

- La verdad es que no lo sabemos.- respondió Daniela.

- Pensamos que puede ser porque te debilitaste demasiado o por el disgusto de Fernando.- dijo Iker.

- Sí, eso sería lo más normal.- dijo Eva.

- Fernando está vivo, Eva.- dijo Daniela.

- ¿En serio?- preguntó Eva.

- Sí, Iker llamó a la casa del clan Fenora y se puso Aitor y todo.- dijo Daniela.

- De momento, nos van a dejar en paz, no quieren problemas y mucho menos morir.- dijo Iker.

- ¡Qué bien!- dijo Eva.

- Descansarás dos días e irás a ver a Fernando, pero acompañada por nosotros.- dijo Daniela.

- Estoy deseando verle.- dijo Eva.

- Bueno, ahora te dejamos descansar.- dijo Daniela.

Iker y Daniela salieron de la habitación de Eva.

- Bueno, señorita, ¿se ha decidido ya en ser mi novia o no?- preguntó Iker.

- Pues…-dijo Daniela, pero fue interrumpida por Iker.

- Dilo, no me hagas sufrir.- dijo Iker.

- Ahora no te lo voy a decir, por presionarme.- dijo Daniela.

- Jo, Daniela, dímelo.- exigió Iker.

- No.- dijo Daniela.

Iker empezó a hacerla cosquillas y le preguntó:

- ¿Me lo dirás ya?

- No.- dijo Daniela entre risas.

Iker la hizo más cosquillas y le preguntó:

- ¿Y ahora?

- Vale, Iker, te lo diré, pero para.- dijo Daniela.

- Vale, dímelo.- dijo Iker, después de parar de hacerle cosquillas a Daniela.

- Pues…- dijo Daniela.

- Daniela, dilo.- dijo Iker.

                                       
                                      Capítulo 10.

- Vale, te digo que sí, que sí quiero estar contigo porque me haces la mujer más feliz del mundo.- dijo Daniela.

Iker la abrazó fuertemente y la besó, la besó como sino hubiese mañana.

- Iker…- intentó decir Daniela, pero Iker le puso un dedo en los labios y la volvió a besar, la besó como nunca antes la había besado.

- Daniela, gracias por esta oportunidad, no la voy a desperdiciar, te voy a tratar como a una princesa, mucho mejor, como a una reina.- dijo Iker.

A Daniela se le escaparon algunas lágrimas de felicidad y después dijo:

- No, gracias a ti por hacerme la mujer más feliz del mundo, gracias por estas palabras y hechos, gracias.- dijo Daniela.

Pasaron dos días y Eva se estaba preparando para ir a ver a Fernando.

- Eva, ¿estás lista?- le preguntó Daniela.

- Sí.- dijo Eva saliendo de su habitación.

- ¡Qué guapa!- exclamó Daniela al verla.

- Sí, realmente estás muy guapa.- dijo Iker.

- ¿Nos vamos?- preguntó Eva.

- Sí, vámonos.- respondió Iker.

- Se montaron en el coche y se dirigieron a la casa del clan Fenora, cuando estuvieron allí, se bajaron y llamaron al timbre, los abrió Fernando.

- Hola.- dijo Eva tímidamente.

- Hola, pasad.- dijo Fernando algo cortado.

- ¿Qué tal estás?- preguntó Daniela.

- Bien.- respondió Fernando.

- Yo… lo siento… no era mi intención…- dijo Daniela.

- No pasa nada, está olvidado.- dijo Fernando.
- Bueno, nosotros nos vamos a la cocina a tomar algo, os dejamos solos.- dijo Iker mientras que comenzaba a andar hacia la cocina de la mano de Daniela.

- Bueno…- dijo Eva.

- Oye, Eva, voy a ir al grano, me gustas.- dijo Fernando.

- Oh, tú también me gustas.- dijo Eva.

- Me alegra saberlo.- dijo Fernando.

- ¿Oye hay alguien más en la casa?- preguntó Eva.

- No, no hay nadie más del clan Fenora, no querían estar.- dijo Fernando.

Fernando besó a Eva, Eva no se lo esperaba y reaccionó apartándose.

- ¿No te ha gustado?- preguntó Fernando.

- Sí, pero… No me gustan que los chicos sean tan atrevidos.- dijo Eva.

- Lo siento.- dijo Fernando.

- No hace falta que te disculpes.- dijo Eva.

 Finalmente, en esa noche Fernando y Eva no acabaron en nada. Iker y Daniela disfrutaron de una cena muy rica y se lo pasaron muy bien.

- ¡Le gusto!- gritó Eva entusiasmada.

- Lleva repitiéndolo durante todo el trayecto de vuelta, dila que se calle.- dijo Iker.

- Hay, Iker, debes aguantarla un poco más, yo no voy a callarla.- dijo Daniela.

- La callas tú o la callo yo a mi manera.- dijo Iker.

- Que brutito eres… ¡Eva, tranquila!- dijo Daniela.

- Vale, vale, ya me callo.- dijo Eva.

- ¡Sí, por fin!- gritó Iker.

- Calla que te escucha.- dijo Daniela.

- ¡Le he escuchado! ¡Pero no me importa, le gusto!- gritó Eva.

- Ya empieza.- dijo Iker.

- Hay, Iker, ya.- dijo Daniela enfadada.

- Pero no te enfades, pequeña.- dijo Iker.

- Pues no la hagas caso.- dijo Daniela.

Iker la besó.

                                      Capítulo 11.

- Iker, estoy enfadada, no quiero besos.- dijo Daniela.

- Oh, perdóname.- dijo Iker sarcásticamente.

- Hoy, duermes en el sofá.- dijo Daniela.

- No, eso si que no.- dijo Iker.

- Huy que no.- dijo Daniela.

 Iker abrazó a Daniela por detrás y la empezó a dar besos en el cuello.

- Sabes mi punto débil…- dijo Daniela.

- Entonces, ¿duermo en el sofá?- preguntó Iker.

- No, pero promete que no te pondrás así porque alguien esté feliz.- respondió Daniela.

- Prometido.- dijo Iker.

- Así me gusta.- dijo Daniela.

- Oye, Daniela, ¿mañana podemos ir a ver a Fernando?- preguntó Eva.

- Eva, es mejor que le dejes pensar, le gustas, pero no habéis quedado en nada, es mejor darle tiempo, puedes llamarle, pero no visitarle, iremos a verle en dos o tres días.- dijo Daniela.

- Vale, pero mañana le llamo.- dijo Eva.

- Me parece bien.- dijo Daniela.

Eva, Daniela e Iker se acostaron, Eva en su cama y Daniela e Iker en la cama de Daniela, bueno en su cama porque ya estaban viviendo juntos.

A la mañana siguiente:

- Oye, Iker, que la rutina no se convierta en algo aburrido.- dijo Daniela.

- No, no se convertirá en algo aburrido porque vamos a hacer cosas diferentes y no lo mismo de siempre.- dijo Iker.

- Me parece bien.- dijo Daniela.

- Daniela, voy a llamar a Fernando.- dijo Eva.

- Vale.- dijo Daniela.

Eva llamó a Fernando y para su sorpresa, lo cogió una chica.

- ¿Está Fernando?- preguntó Eva.

- Sí, pero esta dormidito, le tengo muerto.- dijo una chica desde el lado de la otra línea.

- ¿Quién eres tú?- preguntó Eva.

- La chica que lo vuelve loco. ¿Y tú?- respondió y preguntó la chica.

- ¿Yo? La que te va a reventar como no te alejes de Fernando.- dijo Eva.

- Así, ¿y qué me vas a hacer?- preguntó la chica.

- Pues… Primero, te voy a meter un bofetón, después, te voy a meter una paliza y por último, te mandaré derecha al hospital por tocar lo que es mío.- dijo Eva.

- Oh, vale, aquí te espero.- dijo la chica para después colgar.

 Eva empezó a llorar de la rabia que tenía.

- ¿Qué pasa?- preguntó Daniela.

- ¿¡QUE QUÉ PASA!? Ese maldito está con otra, me ha contestado una tía y me ha dicho que le tiene dormidito porque le tiene muerto, que es la tía que le vuelve loco.- dijo Eva furiosa.

- Tranquila, Eva.- dijo Daniela.

- De tranquila nada, voy a ir a su casa y pegarla a ella y cantarle las cuarentas a Fernando.- dijo Eva.

- No, tú te vas a tranquilizar y después irás.- dijo Daniela.

- ¡No! ¡Voy a ir ahora!- gritó Eva.

- No, tú tranquilita aquí.- dijo Daniela.

Llegó Iker y Daniela le contó lo que le había contado Eva e Iker sujeto a Eva hasta que se tranquilizó.

- Vale, ahora, vas a ir con nosotros a hablar con Fernando, pero vamos a hablar tranquilamente.- dijo Daniela.
- Vale.- dijo Eva.


                                     Capítulo 12.
Se dirigieron a la casa del clan Fenora, cuando llegaron allí no había nadie, Eva empezó a ponerse furiosa.

- ¡Mira, les ha dado tiempo a huir!- gritó Eva.

- Tranquilízate.- dijo Daniela.

- Por tu culpa les ha dado tiempo a huir. ¡Cobarde!- gritó Eva.

- Ey, tranquila.- dijo Iker.

Eva entró a la casa y empezó a buscar a Fernando por todas partes, pero no le encontró.

- A lo mejor se ha convertido.- dijo Iker.

- No creo, es un cobarde, no ha huido.- dijo Eva.

- Eva, se puede haber convertido porque cuando te pones furioso, te conviertes.- dijo Iker.

- ¿Y por qué se ha puesto furioso? Porque ha cogido el teléfono su noviecita.- dijo Eva.

- Eva, ya.- dijo Daniela.

- Volvemos a casa, tú no estás en estado para hablar con Fernando.- dijo Iker.

 Volvieron a la casa y cuando estuvieron allí se encontraron con Fernando.

- Mírale, ha venido a pedir disculpa como si le sirviese de algo.- dijo Eva.

- Eva, escúchame, no se que te pasa, pero era la chica de Aitor.- dijo Fernando.

- Claro y yo me lo tengo que creer.- dijo Eva.

- Sí, no sé, porque te dijo eso, pero te juro que era la chica de Aitor.- dijo Fernando.

De repente apareció Aitor.

- Eva, era mi chica, a veces se le pira la cabeza, pero es que está muy buena.- dijo Aitor.

- Vale, y yo me lo tengo que creer. ¡No me lo creo! ¡Le estás encubriendo!- dijo Eva gritando, después entró a la casa.

- Perdonadla, pero ahora no se puede hablar con ella.- dijo Daniela.

- Os llamaremos cuando este más calmada para hablar.- dijo Iker.

- Vale, adiós.- dijo Fernando apenado.

Daniela e Iker entraron en la casa.

- ¡Eva! No te vuelvas a comportar otra vez así con Fernando porque lo está pasando mal.- dijo Daniela.

- Yo me comportaré como quiera.- dijo Eva para después encerrarse en su habitación.

- Eva, hazme caso, no seas así.- dijo Daniela.

- ¡Qué me dejes!- gritó Eva.

- Daniela, déjala, ya hablaremos con ella cuando esté más calmada, yo también estaría así, no me lo creería.- dijo Iker.

- Ya… pero hay que tener respeto.- dijo Daniela.

- A ese imbécil no le vuelvo a tener respeto en la vida.- dijo Eva.

- ¡Eva, las conversaciones de los demás no se escuchan!- gritó Daniela.

- Daniela, no vale la pena pelear, déjala.- dijo Iker.

- Vale, prepara la cena.- dijo Daniela.

Iker preparó la cena.

- Eva, ven a cenar.- dijo Daniela.

- No quiero cenar.- dijo Eva.

- ¡A cenar ya mismo!- gritó Daniela.

Eva salió de su habitación sin decir palabra, cenó y volvió a entrar en su habitación

A la mañana siguiente:

Eva salió de su habitación, desayunó y volvió a entrar en su habitación. Y así pasaron los días, Eva salía de su habitación para comer y para ir al baño, el resto de las horas se las pasaba dentro de su habitación llorando.

- Esto no puede seguir así, Iker, tenemos que llamar a Fernando para que venga.- dijo Daniela, Iker asintió y llamó a Fernando, Fernando accedió a ir.

- Eva, sal, tienes visita.- dijo Iker.

Eva salió de su habitación y nada más ver a Fernando quiso entrar en su habitación, pero Daniela no la dejo.

- No, tú no entras, vais a hablar las cosas.- dijo Daniela.

                                         Capítulo 13.

- Eva, te prometo…- dijo Fernando, pero fue interrumpido por Eva.

- No prometas nada, sino lo vas a cumplir.- dijo Fernando.

- Eva, escúchame.- dijo Fernando.

- A ver, dime.- dijo Eva de mal humor.

- Eva, era la chica de Aitor, tiene un problema de bipolaridad, pero a Aitor le gusta porque está muy buena y hasta que no encuentre otra de su gusto, va a ir por nuestra casa porque con nuestro problema es complicado tener novia, solo chicas con las que acostarse de vez en cuando y bueno, yo estaba durmiendo y ella me cogió el teléfono y tuvo esa conversación contigo.- dijo Fernando.

- Vale, pero si es difícil tener novia, entonces solo quieres liarte conmigo.- dijo Eva.

- No, yo a ti te quiero para que seas mi novia, las dificultades que haya y a todo esto, ¿quieres salir conmigo?- dijo y preguntó Fernando.

- No sé… Tengo que pensarlo Fernando, me has hecho daño aunque después me hayas contado tu versión…-dijo Eva dudosa.

- Vale, yo te doy tiempo, todo el que necesites y si quieres nos vamos conociendo mejor.- dijo Fernando.

- Sí, es buena idea, pero ya te llamaré o me puedes llamar tú y no te cortes al hablarme ni nada.- dijo Eva.

- Vale, bueno, me voy, te dejo reflexionar.- dijo Fernando para después salir de la casa de Daniela.

- Voy a mi cuarto.- dijo Eva.

- No, Eva, come algo antes, has comido muy poco durante estos días.- dijo Daniela.

- No, Daniela se me cierra el estómago y no puedo comer.- dijo Eva.

- Eva sin excusas, come un poco.- dijo Daniela.

- Vale.-dijo Eva.

Finalmente, Eva comió bastante porque Daniela la obligó.

- Bueno, Daniela, voy a mi cuarto.- dijo Eva.

- No, vamos a dar una vuelta, necesitas despejarte.- dijo Daniela.

Eva accedió y Eva y Daniela se fueron a dar una vuelta, mientras que Iker se quedaba durmiendo la siesta en casa.

- ¿Y tienes algo pensando para decirle a Fernando?- preguntó Daniela.

- ¿Sabes? Me esperaba esa pregunta de ti, es tan propia.- dijo Eva riendo, mientras que ella y Daniela paseaban por la orilla del mar.

Daniela rió.

- Bueno, no sé lo que le voy a decir, es que me ha hecho daño, pero como los vampiros amamos para siempre…- dijo Eva.

- Tómate el tiempo que necesites, pero es realmente difícil porque como dices, los vampiros amamos para siempre…- dijo Daniela.

- Sí, es complicado…- dijo Eva mientras que suspiraba.

- Bueno, no te preocupes, tómatelo con calma.- dijo Daniela.

Después de un rato, Iker llegó y abrazó a Daniela por la espalda y la besó. Eva suspiró.

- ¿Qué te pasa?- le preguntó Daniela.

- Quiero estar así con Fernando, pero sin comerme el coco que si después estará así con otra.- dijo Eva.

- Pobrecita.- dijo Daniela para después abrazarla fuertemente, Eva empezó a llorar.

- Eva, no llores.- dijo Daniela.

- Es que es muy complicado todo.- dijo Eva sin parar de llorar.

- Ya verás como encontraremos una solución y se verá que lo he te ha dicho Fernando es verdad y podrás estar con él, igual que Iker y yo.- dijo Daniela.

- Todo se va a arreglar.- dijo Iker.

- Gracias, pero no es tan fácil.- dijo Eva.

- Bueno, no te comas el coco como tú dices y disfrutemos de este día tan bueno que hace.- dijo Daniela.

 Y así lo hicieron, disfrutaron del día tan bonito que hacía.

Volviendo a casa:
- Daniela, no quiero cenar, voy a mi cuarto.- dijo Eva.

- No, Eva come algo.- dijo Daniela.

- ¡NO! Estoy harta no me vas a obligar nunca más a comer.- dijo Eva para después entrar en su cuarto.

                                      Capítulo 14.


- Eva, ¿qué te pasa?- preguntó Daniela.

- ¡Qué no quiero comer!- gritó Eva desde su habitación, Daniela entró en la habitación de Eva enfadada y la dijo:

- ¡Eva estás muy delgada, encima no comes nada!- gritó Daniela dando a entender que Eva podría ser anoréxica.

- No soy lo que piensas, ¡no soy anoréxica!- gritó Eva furiosa.

- El primer paso es aceptarlo…- dijo Daniela preocupada.

- Daniela, no lo soy, simplemente como poco.- dijo Eva.

- Ese es el primer síntoma de una persona que es anoréxica.- dijo Daniela.

- Vale, lo que tú quieras, ahora vamos a cenar.- dijo Eva.

Mientras que cenaban, hablaban, no eran temas de conversación interesantes, simplemente hablaban de su pasado, de si habían ido al colegio o no, cuales eran sus colores favoritos, las típicas preguntas que se suelen hacer para conocer a la otra persona.

- Ya está, he cenado todo.- dijo Eva.

- Ni se te ocurra vomitar.- dijo Daniela.

- No, no lo haré, nunca lo he hecho.- dijo Eva.

- De todos modos, Iker hoy dormirá solo, yo voy a dormir contigo para ver si vomitas o no y sabes que soy una vampira, tengo muy buen oído, olfato y los demás sentidos muy desarrollados y tú más que nadie lo sabes porque tú también lo eres.- dijo Daniela.

- No te preocupes, no voy a devolver.- dijo Eva.

- Igualmente no me fío.- dijo Daniela.

 Cuando Iker llegó a la casa de Daniela ya que había estado dando un paseo, Daniela le explicó todo lo que había pasado y le dijo que ella dormiría con Eva que él tendría que dormir solo. Durante la noche, Eva no se levantó y Daniela estuvo muy atenta.

A la mañana siguiente:

- Mira, no he devuelto en toda la noche.- dijo Eva.

- Sigo sin fiarme, voy a estar muy pendiente de ti y a la mínima, al hospital.- dijo Daniela.

- Soy una vampira…- dijo Eva.

- ¿Y qué? Aunque seas una vampira, tendrás problemas de salud sino comes, porque no solo necesitamos sangre para vivir.- dijo Daniela.

- Pero no moriré.- dijo Eva.

- Pero tendrás más riesgos a morir si hay fuego cerca y no quiero que te encuentres mal.- dijo Daniela.

- ¡Daniela eres muy protectora, para ya!- gritó Eva.

- Veo que te molesta, eso es porque sabes que es verdad.- dijo Daniela para después sentarse en el sofá a ver la tele.

- Daniela, no me dejes con la palabra en la boca.- dijo Eva.

- Te escucho perfectamente.- dijo Daniela.

- Mira déjalo, ya da igual.- dijo Eva.

- Daniela, ¿por qué eres tan protectora con ella?- preguntó Iker.

- Porque yo soy como ella y esta pasando por cosas que yo he pasado, es doloroso y yo sé como es, no quiero que sufra tanto como yo, para mi es como una hermana, además me preocupa realmente.- dijo Daniela.

- Pero al menos déjala respirar.- dijo Iker.

- Bueno, pero ahora voy a ver que hace.- dijo Daniela para entrar en el cuarto de Eva.

- ¡Estoy leyendo, no te preocupes!- gritó Eva alterada.

- Bueno, te estoy vigilando y sabes que tengo los sentidos muy desarrollados, soy como tú, acuérdate.- dijo Daniela para después salir.

- Daniela no te preocupes tanto.- dijo Iker.

- Sí, Iker es necesario.- dijo Daniela.

- Bueno, Daniela yo tengo que decirte algo…- dijo Iker.

- Adelante.- dijo Daniela.

- Sabes que llevamos mucho tiempo saliendo, bueno, mucho no… Solo unas semanas, pero mis intenciones son verdaderamente buenas y yo quisiera hacer…- dijo Iker.

                                   Capítulo 15.

- Iker, creo que es demasiado pronto, no llevamos ni un mes… déjame reflexionar si lo vamos a hacer o no.- dijo Daniela.

- Tranquila, no pienso forzarte a hacer algo que no quieras.- dijo Iker para después dejarla marchar.

Daniela salió a que le diese un poco el aire, no estaba segura de si entregarse definitivamente a Iker, ya no era virgen, pero se le hacía difícil estar desnuda delante de un hombre desde que aquel chico a los 17 años la desvirgó y no tuvo compasión con ella, no la amó ni siquiera un poco, ella para él era un entretenimiento, pero él para ella era su vida entera, pero todo aquello acabó mal y desde entonces se había prometido estar sola y tratar a los hombres mal, así lo hizo, solo los utilizó como habían hecho con ella, pero apareció Iker y la hizo cambiar de idea, pero todavía no estaba segura, tenía muchas dudas. Una lágrima rodó por su mejilla, en seguida, asomaron el resto y comenzó a llorar fuertemente, pero en silencio mientras que caminaba sin rumbo, sola, al lado del mar… Ahora más que nunca se sentía sola, no tenía con quien hablar con esto… Iker era el culpable de que su mente estuviera ahora mismo así, recordando el pasado y no quería contarle nada, aún guardaba muchos secretos que no quería contarle y seguro que Iker tendría muchos secretos que no quería contarla y después, estaba Eva, que ahora mismo, tenía más problemas que Daniela, así que Daniela prefería no contarle nada.

Daniela siguió caminando mientras lloraba, llegó un momento en el que sintió que el aire que le daba en la cara había desaparecido y que ahora lo que sentía era que alguien la miraba, se giró y vio a Iker con una gran sonrisa.

- ¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras?- preguntó Iker.

- Iker no estoy lista, he recordado el pasado y…- respondió Daniela.

Iker la abrazó y la dijo:

- Tranquila, todo va a estar bien, yo espero lo que hace falta, el sexo es lo de menos y lo sabes.

Iker la acariciaba el cabello, el silencio ahora mismo era el dueño de la escena.

- Iker…- intentó decir Daniela.

- Pequeña, no hables, no hace falta, sé todo lo que sientes ahora y no me hace falta que me lo digas con palabras.- dijo Iker.

A Daniela se le escaparon algunas lágrimas que Iker le secó. Después, Iker la volvió abrazar y así pasaron algunos minutos. Finalmente, Iker tomó la mano de Daniela y empezaron a caminar por la orilla del mar, sin decir nada, mirando al horizonte, los dos sabían perfectamente lo que sentía el otro, sabían lo que el otro pensaba, estaban hechos el uno para el otro, tal vez hubiesen creado a uno y al otro lo hubiesen hecho según el primero, pero eso nadie lo sabe, solo él que está ahí arriba.

- Iker, gracias, en serio, gracias por tratarme así.- dijo Daniela mientras que se le escapaba una sonrisa.

- No las des, no es una norma que deba cumplir, te trato así porque me gusta verte sonreír, por algo estoy contigo.- dijo Iker.

Daniela besó a Iker. Volvieron a casa, en silencio como habían realizado el trayecto por la playa.

- Eva, ¿estás en casa?- preguntó Daniela.

- Sí, estoy en mi cuarto.- contestó Eva.

Daniela entró en el cuarto de Eva y le contó lo ocurrido, Eva no se podía creer que Iker hubiese sido tan bueno con Daniela, ella quería que Fernando fuese así…

- Daniela, lo he pensado mucho, voy a conocer a Fernando y después decidiré.- dijo Eva.

- Me parece bien.- dijo Daniela, después le dio un beso en la frente y le dijo:

- Descansa.

- Así lo haré.- dijo Eva.

- ¿Mañana llamarás a Fernando?- preguntó Daniela.

- Sí, pero por la tarde para dar un paseo por la playa.- contestó Eva.

- Vale, ahora sí, descansa.- dijo Daniela.

- ¿Qué tal está?- preguntó Iker.

- Bien, va a conocer a Fernando y después, decidirá.- respondió Daniela.

- ¿Y como estás tú?- preguntó Iker.

- Bien, yo todavía tengo que pensar si quiero entregarme definitivamente a ti.- respondió Daniela.

- Una cosa, ¿eres virgen?- preguntó Iker.

- No, que va. Solo que cuando me desvirgaron, lo hizo un chico que para él solo era un entretenimiento por eso se me hace complicado desnudar delante de un hombre y hacerlo con amor, anteriormente lo había hecho por jugar con ellos…- contestó Daniela.
- Oh, sé lo que sientes, es doloroso que te utilicen y te dejen.- dijo Iker cortado.

- Pero sé que tú no lo harás, pero hay algo que me dice que a lo mejor lo puedes hacer.- dijo Daniela.

- Si quieres esperamos.- dijo Iker.

                                      Capítulo 16.

- Sí, lo mejor es que estemos más tiempo conociéndonos y teniendo citas y sin presión, lo haremos cuando llegue el momento.- dijo Daniela segura de sí misma.

- Será lo mejor y sabes que te voy a esperar siempre.- dijo Iker.

Iker la besó en la frente y la dijo:

- Ve a descansar, ha sido un día duro, yo todavía no tengo sueño, veré la tele un rato.- dijo Iker.

Daniela asintió y se fue a dormir. Iker se quedó viendo un rato la tele y al final, se quedó dormido en el sofá.

Al día siguiente:

 Daniela se levantó y vio que Iker estaba durmiendo en el sofá, cogió una manta y se la echó por encima y antes de irse, Iker la agarró y la dijo en un susurro:

- Quédate un poco conmigo, esta noche te he echado de menos.

- ¿Por qué no viniste a dormir a la cama?- preguntó Daniela.

- Quería dejarte tu espacio y no quería incomodarte.- respondió Iker.

Daniela reconoció que era verdad, si Iker hubiese dormido esa noche con ella, hubiese estado incómoda, se tumbó al lado de Iker en el sofá, los dos estaban tumbados, era un sofá estrecho y no tenían casi espacio, pero el tenerse el uno al otro cerca, hacían que se olvidasen del resto del mundo, además, hacía frío y al estar juntos en tan poco espacio, les daba calor.

Eva se despertó y decidió salir a desayunar, no le dio importancia a los besos que se estaban dando Iker y Daniela y se puso a desayunar. Finalmente, Iker y Daniela pararon de besarse y fueron a desayunar.

- ¿Vas a llamar a Fernando?- preguntó Daniela.

- Sí.- respondió Eva tímidamente.

- ¿Vais a ir a dar una vuelta por la playa?- preguntó Daniela.

Eva asintió, se levantó y recogió su taza en la que había estado comiendo cereales con leche, la lavó y se dirigió a su habitación para llamar a Fernando.

- ¿Diga?- preguntó Fernando desde la otra línea.

- Hola, soy Eva.- respondió Eva.

- Ah, hola.- dijo Fernando entusiasmado.

- ¿Podemos quedar?- preguntó Eva.

- Claro.- contestó Fernando.

- Podríamos ir a la playa.- sugirió Eva.

- Sí, estaría bien.- dijo Fernando.

- A las 17:00 podemos quedar.- dijo Eva.

- Sí, estaría bien.- dijo Fernando.

- Bueno, nos vemos luego.- dijo Eva.

- Adiós.- dijo Fernando.

 Eva colgó el teléfono y salió de la habitación.

- ¡Hemos quedado a las 17:00 en la playa!- gritó Eva.

- ¡Qué bien!- exclamó Daniela.

- Voy a prepararme.- dijo Eva entrando en su habitación, 30 minutos más tarde salió con un vestido playero y un bikini.

- Vas muy guapa.- dijo Iker.

Daniela y Eva se quedaron calladas.

- Oye, que solo la he dicho que iba guapa, no es un delito.- dijo Iker.

- No pasa nada, pero es que tu comentario nos pareció raro, ¿verdad, Eva?- dijo Daniela.

- Sí.- dijo Eva.

- Bueno, que vas muy guapa.- dijo Daniela.

- Gracias.- dijo Eva.

- Disfruta de este día.- dijo Daniela.

- Eso haré.- dijo Eva saliendo de la casa y dirigiéndose hacia la playa, allí vio a Fernando, se saludaron con dos besos.

                                    Capítulo 17.

Fernando y Eva empezaron a pasear por la playa, a veces se miraban, otras veces miraban al mar, otras al horizonte, los dos tenían miedo de fastidiarla con el otro, preferían quedarse en silencio antes de equivocarse. Con el silencio por medio, traspasaban sus sentimientos de un cuerpo al otro, no hacía falta hablar, decir palabras porque con solo los gestos sabían lo que el uno sentía por el otro…

- Eva…- intentó decir Fernando, pero Eva le interrumpió:

- No rompas la magia, deja que el silencio lo diga todo.- dijo Eva.

Siguieron caminando, cogidos de la mano, sabiendo lo que el uno pensaba sobre el otro. Finalmente, Fernando no aguantó más y le dijo a Eva:

- Eva, no, no me interrumpas, necesito decírtelo, esto me está matando, quiero que sepas que me muero por ti, que nos conocemos desde hace poco, pero mis intenciones son sinceras.- dijo Fernando.

 Eva no le dejó continuar, le besó, le besó con intensidad, pero con pasión, una pasión que Fernando captó enseguida y cuando terminaron de besarse, Fernando abrazó a Eva, le quitó el vestido playero y la dejó solo en bikini, él se quitó la camiseta, cogió en brazos a Eva y empezó a caminar hacia el mar, Eva se quedó paralizada y no sabía como reaccionar… Fernando siguió avanzando y cuando el agua le llegaba a la altura de la cintura, soltó a Eva, la abrazó y la susurró al oído:

- Nunca estarás sola, me tienes a mi.

Eva no sabía que decir, no podía pronunciar palabra… Así que simplemente se dedicó a agarrar el cabello de Fernando y a besarle… Fernando no se esperaba esa reacción, se esperaba hasta que le diese un bofetón menos ese beso, ese beso con pasión, con más pasión que el anterior.

- Fernando no te marches nunca de mi vida.- pudo decir al fin Eva.

Y allí, se quedaron abrazados como si el mundo no existiese, como si ellos fueran las únicas personas en el mundo, pero no son personas normales, son una vampira y un hombre lobo y hay un montón de normas en contra de ese amor, si ahora mismo los viesen, los matarían, pero eso ahora no importa, importa que ellos dos están juntos, abrazados en el mar, de testigo el sol que se va yendo por el horizonte…

- Pequeña, no quiero interrumpir este precioso momento, pero es hora de que te lleve a casa.- dijo Fernando.

Eva asintió y se dirigieron hacia la casa de Daniela.

- Adiós, nos vemos otro día.- dijo Fernando dándola un beso en la frente.

- Adiós.- dijo Eva entrando en la casa de Daniela.

- ¿Qué tal el día?- preguntó Daniela.

- Genial.- dijo Eva para después, continuar contándole todo lo que había pasado en ese día.

- Es todo un caballero.- dijo Daniela.

- Sí, lo es.- dijo Eva.

- Ves como son tus panaroias, Fernando es todo un caballero, no te lastimaría ni un pelo.- dijo Iker poniéndola una mano en la cabeza y presionando.

- Iker, para, me haces daño.- dijo Eva.

- Iker, ya.- dijo Daniela.

- Vale, ya paro.- dijo Iker.

Eva le contó a Daniela que ahora lo tenía claro, quería estar con Fernando, pero que primero quería conocerle.

- ¿Mañana vais a quedar otra vez?- preguntó Daniela.

- No, voy a darle espacio, ya se lo he dicho de camino aquí, que pasado mañana.- respondió Eva.

- Vale, sin estreses y con espacio es lo mejor para empezar una relación.- dijo Daniela.

Eva asintió y empezó a preparar la cena, cenaron los tres e Iker las dijo:

- Esta noche voy a estar por el bosque, es noche de luna llena y faltan dos horas para que salga la luna llena, ni se os ocurra salir, cerrad todo con llave y poner el sofá en la puerta y la estantería en la ventana, dormid juntas y con herramientas al lado aunque seáis vampiras los hombres lobos irán a por vosotros, incluso yo, no me podré controlar, taparos vuestro olor con esta colonia, nos espantará cuando la olamos.

- Vale, Iker, no te preocupes, ahora vete.- dijo Daniela.

 Iker se fue, pero antes le dio un beso a Daniela y la dijo:

- Recuerda que te quiero.

- Yo también.- dijo Iker.

Iker se marchó y en seguida, Eva y Daniela hicieron todo lo que dijo Iker, no tenían miedo, tenían poderes, podrían reducir a los hombres lobos, pero si uno fuese Iker o Fernando, no podrían reaccionar, seguro que se quedarían paralizadas, así que esta noche, querían pasar desapercibidas y después, intentarían buscar una cura para el problema de los chicos y para el suyo porque si esto existe, tiene que haber una cura, es de cajón.

                                  Capítulo 18.


La noche transcurrió sin incidentes.

A la mañana siguiente:

- Daniela, ¿crees que habrá una cura para lo nuestro?- preguntó Eva.

- Seguro Eva y para lo de los chicos también, si esto existe, tiene que existir una cura.- dijo Daniela.

- Pero, nosotras no tenemos ni idea de eso.- dijo Eva

- Cuando llegué Iker, le preguntaremos.- dijo Daniela.

- Bueno, ahora recojamos este lío que hemos montado aquí.- dijo Eva.

 Eso hicieron y en seguida llegó Iker, Daniela le abrazó y le preguntó:

- ¿Existe cura para lo nuestro y lo tuyo?

- Sí, pero solo la tienen los dueños de todos, los que te convirtieron en vampira tienen la tuya y los que me convirtieron a mi la tienen, vamos Aitor la tiene, pero no nos la dará y solo tiene la mía…- respondió Iker.

- ¿Y nos darán tu cura?- preguntó Daniela.

- No, Aitor se negará rotundamente.- respondió Iker.

- Podrías robarla…- dijo Daniela.

- No, eso sería muy arriesgado. ¿Y por qué quieres curarte y por qué quieres curarme?- dijo y preguntó Iker.

- Iker… estoy cansada.- dijo Daniela.

- ¿Cansada de qué?- preguntó Iker.

- Cansada de luchar contra personas a las que no quiero hacer daño.- respondió Daniela.

- No solo es eso Daniela.- dijo Iker.

- Vale, sí, estoy cansada de ser un monstruo y si yo me salgo de esto, tú irás conmigo.- dijo Daniela.

- Es doloroso, Daniela, pero más dolorosa es la cura y con los únicos que se han probado han sido con dos enamorados y acabaron muriendo, él por la cura, ella quemada porque la cura le causó fuego.- dijo Iker.

                                    Capítulo 19.

- Pero, Iker… Yo quiero curarme.- dijo Daniela.

- Eso es casi imposible.- dijo Iker.

- Quiero correr todo el riesgo posible.- dijo Daniela.

- No, no te dejaré a que te expongas a esos peligros y menos me expondré a perderte.- dijo Iker.

- ¡Eres un egoísta!- gritó Daniela.

- No lo soy, créeme que me encantaría curarme, pero no es tan fácil.- dijo Iker intentando calmar a Daniela.

- Pero yo quiero curarme.- dijo Daniela.

- ¡Daniela, hazte a la idea de que estamos condenados a vivir así1- dijo Iker para después de la casa dando un portazo.

Daniela se encerró en su habitación dando un portazo.

Eva se quedó sola en el salón. Después, de haber visto la pelea de Daniela e Iker.

Iker y Daniela, cada uno por su parte, lloraba desconsoladamente, sabían que si se enfrentaban a esa cura, podrían morir, Daniela quería, pero Iker no, pero sino se enfrentaban, su amor estaría condenado al fracaso, a morir en silencio, lentamente por el otro, sabiendo que estaban condenados a ser enemigos, su amor es lo que se llama un amor desdichado.

Eva mientras tanto pensaba en lo mismo, su amor también estaba condenado a acabar mal, Fernando y ella estaban condenador a ser enemigos, pero sus corazones no…

Para las dos parejas, todo era muy complicado, pero no se darían por vencidos tan fácilmente, cada uno iba a luchar por su pareja, querían estar juntos, pasase lo que pasase.

Cada uno estaba por su camino, Fernando no era consciente de la cura, él no sabía nada, pero Iker, Daniela y Eva si sabía que existía.

Daniela e Iker lloraban desconsoladamente, Iker sentado en un banco, Daniela en su cama.

- Iker, ¿qué te pasa?- preguntó una voz grave.

Iker levantó la cabeza y vio que se trataba de Fernando. Iker le contó la discusión con Daniela y lo de la cura. Entonces, Fernando fue consciente de la cura y de que su amor por Eva era desdichado, pensaba ahora mismo todo lo que había pensado y lo que todavía pensaba Eva.

- Iker, entonces sin la cura, mi amor con Eva está destinado a fracasar, ¿no?- preguntó Fernando.

- Sí.- contestó Iker con la voz entrecortada porque estaba llorando.

Al oír esas palabras, a Fernando se le escaparon algunas lágrimas.

- Iker, ¿nosotros amamos para siempre?- preguntó Fernando.

- Sí, en eso nos parecemos a los vampiros, procedemos de la misma familia, pero cada uno a evolucionado de una forma.- respondió Iker.

- Oye, Iker, ¿y si nosotros robamos la cura de la casa del clan Fenora y nos quitamos esto y después las chicas nos muerden?- preguntó Fernando.

- Fernando, nunca robaremos la cura.- dijo Iker siendo negativo.

- Podemos intentarlo.- dijo Fernando siendo positivo.

- No sé, es mucho riesgo.- dijo Iker.

- Más riesgo es el que corremos nosotros al estar con las chicas.- dijo Fernando.

- Pero en ese momento no soy consciente del riesgo.- dijo Iker.

- Pues cuando estemos robando en la casa del clan Fenora, no seas consciente del riesgo.- dijo Fernando.

- Vale.- dijo Iker.

- ¿Lo vamos a intentar?- preguntó Fernando.

- Sí.- dijo Iker.

A Fernando se le dibujó una sonrisa en la cara.

- Pero no te hagas muchas ilusiones, todo puede salir mal.- dijo Iker.

- Iker, vamos a ser positivos.- dijo Fernando.

- No puedo.- dijo Iker.

- ¿Dónde está el tío que siempre era positivo? ¿Qué siempre pensaba que había solución? ¿Dónde está?- preguntó Fernando.

- Creo que está volviendo.- dijo Iker empezando a sonreír después de las palabras de su amigo.

                                    Capítulo 20.

Fernando e Iker se dirigieron a la casa del clan Fenora. Cuando llegaron allí, no había nadie, como era normal, la casa solía estar vacía, a los del clan les gustaba estar por el bosque, se sentían más libres, al único que le gustaba estar allí era a Iker, pero Iker ya no vivía allí.

Entraron en la casa y empezaron a buscar, lo pusieron todo patas arriba, pero no encontraron nada. De repente, oyeron un ruido y salieron por la puerta de atrás, se adentraron en el bosque mientras que corrían sin parar hasta llegar al coche, se subieron y compusieron hasta la casa de Daniela.

- Daniela, necesitamos que Fernando se quede aquí con nosotros.- dijo Iker.

- ¿Por qué?- preguntó Daniela.

- Hay dos razones. Una: no puede seguir en la casa del clan Fenora debido a que está con Eva. Dos: Hemos ido a por la cura y hemos revuelto todo, encima Aitor casi nos pilla y será un milagro que no nos haya visto.- dijo Iker.

Daniela se quedó boquiabierta, mientras tanto Eva salía de su habitación, abrazó a Fernando y le contaron todo.

- Sí, hemos descubierto que con la cura que tiene Aitor, nos podemos curar los cuatro, pero es muy peligroso y muy doloroso. ¿Seguro que queréis?- preguntó Iker.

- Sí.- contestaron Eva y Daniela al unísono.

- ¿Pero cómo es que nos podemos curar tanto vosotros como nosotras?- preguntó Eva confusa.

- Nos podemos curar los cuatro ya que venimos de la misma familia, aunque los vampiros evolucionaron  por una parte distinta que los hombres lobo.- dijo Iker.

- Por ello, algunas cosas las tenemos en común.- añadió Fernando.

- Vale, ahora todo cuadra.- dijo Eva.

- Tenemos que idear un plan para colarnos en la casa del clan Fenora y robar la cura.- dijo Daniela.

- Eso no va a ser fácil.- dijo Iker.

Empezaron a idear un plan:

- Y sí nos colamos por aquí…- dijo Daniela.
- Eso sería muy cantoso.- dijo Fernando.

- Y si aparcamos lejos, corremos hasta llegar a la casa, entramos por la ventana del cuarto de estar que es la habitación más aislada y que menos utilizan, vamos con cuidado y a cada uno se le asigna una habitación. Claro, esto lo tendríamos que hacer un día que no estén en casa.- dijo Iker.

- Sí, es buena idea.- dijo Daniela.

- ¿Pero cuándo no están en casa?- preguntó Eva.

- Mañana si estarán en casa, es Martes y los Martes siempre están en casa, es el día de descansar…- dijo Fernando.

- ¿El Miércoles estarán?- preguntó Eva.

- No están desde las 17:00 hasta las 19:00 y eso es muy poco tiempo.- dijo Fernando.

- ¿Y el Jueves?- preguntó Daniela.

- El Jueves están todo el día fuera.- dijo Fernando.

- ¡Perfecto!- exclamó Eva.

- EL Jueves será el día.- dijo Iker.

- Mientras tanto, haced una vida normal, no deis pistas con las cuales nos puedan descubrir.- dijo Iker.

- Tranquilo, Iker.- dijo Daniela.

- Eso mismo haremos.- dijo Eva.

- Vale.- dijo Iker seriamente.

- Tened mucho cuidado, no penséis mucho en esto, los hombres lobos, a veces, somos capaces de leeros la mente.- dijo Fernando.

- No te preocupes, Fernando. No pensaremos en ello.- dijo Daniela.

- Es muy importante.- dijo Fernando.

- Sí, no seas pesado.- dijo Eva.

- Eva, no es pesado. Esto es importante.- dijo Daniela.

- Vale, vale.- dijo Eva.

- Por favor.- dijo Fernando.

- No te preocupes.- dijo Daniela.

                                     Capítulo 21.

Pasaron los días y llegó el Jueves, el día tan esperado. Hicieron el plan que habían ideado y todo fue bien.

- ¡Sí, lo hemos logrado!- gritó Daniela entusiasmada.

Llegaron a la casa de Daniela, donde ya vivían los cuatro.

- Bueno, ¿estáis listos?- preguntó Daniela.

Iker y Fernando asintieron, había llegado el momento de ponerles la cura y esperar a ver que pasaba. Después, si todo salía bien, les tocaría a las chicas intentar curarse.

Les inyectaron la cura, esperaron una hora, dos, tres… No pasaba nada, no había ningún síntoma de que se iban a transformar y que, la cura, lo pararía y no se volverían a convertir.

Pasaron tres horas y eso ocurrió, los chicos se curaron. Ahora tocaba con las chicas.

- ¿Preparadas?- preguntó Fernando.

Daniela y Eva asintieron.

 Pasaron dos, o tal vez, tres horas y a las chicas, se le fueron yendo los colmillos, no olían la sangre, su marca donde las habían mordido fue desapareciendo, todo rastro de vampiras, desapareció de su cuerpo.

Daniela empezó a sonreír mientras que se sonrojaba y a los demás, les pasó lo mismo.

- ¡Ha funcionado!- exclamó Iker.

- ¡Con los cuatro!- añadió Daniela.

Los cuatro se abrazaron, la cura había funcionado, podrían vivir en paz, pero con cuidado, no querían volver a convertirse ni en vampiros ni en hombres lobo.

Daniela e Iker estuvieron tres años saliendo, se casaron y un año después, tuvieron un niño, pasaron dos años más y tuvieron una niña.

Fernando y Eva estuvieron cuatros años saliendo, se casaron y dos años después, tuvieron una niña, después, pasaron cuatro años y tuvieron un niño.

La niña de Daniela e Iker se llamó Felisa y el niño se llamó Jaime.

La niña de Eva y Fernando se llamó Candela y el niño se llamó Marcos.

Y el destino, decidió que Jaime y Candela, se amasen.

Marcos decidió otro camino al igual que Felisa, cada uno decidió empezar a salir con otros, ellos dos no querían estar juntos, pero había una parte que les decía que querían estar juntos, pero no se decidían.

Tanto Daniela e Iker como Eva y Fernando, les contaron a sus hijos su historia, les dijeron que tuviesen cuidado para no sufrir como ellos sufrieron.

Pero a Candela la contagió un vampiro y a Jaime igual, esta vez la historia iba a ser un poco diferente, quien sabe, a lo mejor su amor estaba destinado a fracasar, pero esta vez, siendo los dos vampiros.

Eva enfermó, no se sabía muy bien de que, hasta que al final la detectaron un tumor en el cerebro, no había cura, la única cura que había era que volviese a ser vampira, pero ella no quería, así que acabó muriendo. Fernando se sumió en una depresión, pero consiguió salir ya que Marcos y Candela le ayudaron a salir.

Candela, finalmente, acabó yéndose con Jaime, quería huir, quería perderse, no quería que los vampiros la buscasen y la encontrasen, la historia se empezaba a repetir, un amor destinado al fracaso. ¿Ellos también se salvarían aunque fuesen dos vampiros? Eso no se sabía, ni ellos lo sabían.

Daniela e Iker ayudaron a Fernando para que no volvería a caer en la depresión al haber perdido a Eva y que Candela se hubiese marchado, Marcos los ayudó.

Felisa quería ser vampira, pero su madre no la dejó que se fuera con su hermano, la mantuvo en casa hasta los 18 años y después, decidió irse con su hermano, pero ni su hermano ni Candela la contagiarían y no la dejarían contagiarse, esto era muy peligroso y ellos ya estaban sufriendo, no querían que hubiese alguna más sufriendo y menos, un ser querido.

Fernando no volvió a caer en la depresión y vivió feliz junto a Marcos que se casó con una chica que se llamaba Janire, con esa chica tuvo una niña llamada María.

Daniela e Iker se sentían solos al haber perdido a Jaime y Felisa, les pidieron que volviesen, la única que hizo caso fue Felisa debido a que se enfadó con su hermano porque no la dejaba ser vampira.

Jaime y Candela no volvieron a tener ningún contacto con sus padres, no quisieron, fueron felices aunque su amor estaba destinado al fracaso, todo lo que estaba destinado a fracasar, salió a flote y fueron felices, felices para siempre, tuvieron un niño que se llamó Pablo.

Y Aitor, Luca, Sergio, Jordi, Alejando y Gonzalo… ¿Qué pasó con el resto de la manada?

Ellos simplemente, siguieron siendo amigos, hombres lobo y los dos únicos que se casaron fueron Luca y Jordi. Luca con una chica llamada Zaida que era mujer loba y Jordi, se casó con una chica llamada Olalla, también mujer loba.

La primera pareja tuvo dos niñas, se llamaron Marta y Alba.

La segunda pareja solo tuvo un niño, que se llamó al igual que el padre, se llamó Jordi.

El resto de la manada, no se casaron ni tuvieron hijos, en esa parte, fueron desdichados.

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