domingo, 4 de agosto de 2013


                                   No es un adiós

                                                          Capítulo 9 

Al levantar la cabeza, vi que era María y resoplé. No me lo podía creer. Que pesada.

- Hola, Aarón.- dijo saludándole y acercándose a él.

Le agarró por el cuello de la camisa y yo rápidamente la aparté la mano.

- Uy, tu novia se pone celosa.- dijo.

No respondí. No iba a entrar en su juego.

Se acercó más a Aarón. Tan cerca que los labios de María estaban a punto de besarle. No aguanté y le pegué una hostia a María. Ella se quedó perpleja. Se lo merecía. A Aarón no le besa nadie más que yo.

- ¿Cómo te atreves?- preguntó María.

- Aarón ya no es tu novio. Hace mucho que lo dejasteis. Si el otro te ha dejado por puta, lo siento mucho, pero Aarón ahora está conmigo y está intentando rehacer su vida después de que le dejases hecho una mierda. Y no, no va a volver contigo así que deja de acosarle. Deja vivir su vida junto a los que de verdad le quieren. Gracias.- dije furiosa y me marché mientras que algunas lágrimas corrían por mis mejillas.

Aarón corrió hasta llegar a mi.

Me abrazó.

- Tranquila, se va.- dijo susurrando.

Una sonrisilla se asomó a mi rostro.

- Sonríe. Yo te quiero.- dijo Aarón.

Él siempre tan atento y tan cariñoso.

- Yo también te quiero.- dije susurrando.

Me dio un beso y sentí como si el tiempo se parase.

- Gracias por ser tan atento y cariñoso conmigo.- dije susurrando.

- Te lo mereces.- dijo él también susurrando.

- Mañana te voy a presentar a mis padres. ¡Sorpresa!- exclamó Aarón.

Me quedé perpleja.

- ¿En serio?- pregunté.

Aarón asintió.

Por la mañana:

- Arriba.- dijo Aarón.

Me di la vuelta y susurré:

- Unos minutos más.

- No, que te tienes que poner más guapa de lo que ya eres que tienes que conocer a mis padres.- dijo.

Al oír esas palabras, salté de la cama, le abracé y me metí a la ducha. En menos de una hora estaba lista.

- ¿Vamos a comer con ellos?- pregunté.

Aarón asintió. Yo sonreí.

Nos dirigimos al pueblo en el que Aarón había crecido de pequeño y donde vivían sus padres actualmente. Estaba nerviosa. ¿Cómo serían sus padres? ¿Me caerían bien? ¿Yo les caería bien? Ay, Mireia deja de pensar eso que te pones más nerviosa.

- ¿Estás nerviosa?- preguntó Aarón.

Asentí.

- Tu tranquila, les caerás bien.- dijo Aarón.

Sus palabras me calmaron. Respiré fuertemente y tragué saliva. El momento cada vez estaba más cerca.

Aarón rozó las yemas de sus dedos contra mi rodilla. Le agarré la mano y la besé. El sonrió. Yo sonreí.

Me bajé del coche. El momento había llegado. Aarón llamó al timbre y yo puse mi mejor sonrisa.

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