No es un adiós
Capítulo 9
Al levantar la cabeza, vi que era María y resoplé. No me lo podía creer. Que pesada.
- Hola, Aarón.- dijo saludándole y acercándose a él.
Le agarró por el cuello de la camisa y yo rápidamente la aparté la mano.
- Uy, tu novia se pone celosa.- dijo.
No respondí. No iba a entrar en su juego.
Se acercó más a Aarón. Tan cerca que los labios de María estaban a punto de besarle. No aguanté y le pegué una hostia a María. Ella se quedó perpleja. Se lo merecía. A Aarón no le besa nadie más que yo.
- ¿Cómo te atreves?- preguntó María.
- Aarón ya no es tu novio. Hace mucho que lo dejasteis. Si el otro te ha dejado por puta, lo siento mucho, pero Aarón ahora está conmigo y está intentando rehacer su vida después de que le dejases hecho una mierda. Y no, no va a volver contigo así que deja de acosarle. Deja vivir su vida junto a los que de verdad le quieren. Gracias.- dije furiosa y me marché mientras que algunas lágrimas corrían por mis mejillas.
Aarón corrió hasta llegar a mi.
Me abrazó.
- Tranquila, se va.- dijo susurrando.
Una sonrisilla se asomó a mi rostro.
- Sonríe. Yo te quiero.- dijo Aarón.
Él siempre tan atento y tan cariñoso.
- Yo también te quiero.- dije susurrando.
Me dio un beso y sentí como si el tiempo se parase.
- Gracias por ser tan atento y cariñoso conmigo.- dije susurrando.
- Te lo mereces.- dijo él también susurrando.
- Mañana te voy a presentar a mis padres. ¡Sorpresa!- exclamó Aarón.
Me quedé perpleja.
- ¿En serio?- pregunté.
Aarón asintió.
Por la mañana:
- Arriba.- dijo Aarón.
Me di la vuelta y susurré:
- Unos minutos más.
- No, que te tienes que poner más guapa de lo que ya eres que tienes que conocer a mis padres.- dijo.
Al oír esas palabras, salté de la cama, le abracé y me metí a la ducha. En menos de una hora estaba lista.
- ¿Vamos a comer con ellos?- pregunté.
Aarón asintió. Yo sonreí.
Nos dirigimos al pueblo en el que Aarón había crecido de pequeño y donde vivían sus padres actualmente. Estaba nerviosa. ¿Cómo serían sus padres? ¿Me caerían bien? ¿Yo les caería bien? Ay, Mireia deja de pensar eso que te pones más nerviosa.
- ¿Estás nerviosa?- preguntó Aarón.
Asentí.
- Tu tranquila, les caerás bien.- dijo Aarón.
Sus palabras me calmaron. Respiré fuertemente y tragué saliva. El momento cada vez estaba más cerca.
Aarón rozó las yemas de sus dedos contra mi rodilla. Le agarré la mano y la besé. El sonrió. Yo sonreí.
Me bajé del coche. El momento había llegado. Aarón llamó al timbre y yo puse mi mejor sonrisa.
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