viernes, 2 de agosto de 2013



                               No es un adiós

                                                        Capítulo 8 

- ¿Y qué tal estáis? ¿Estáis bien en el hotel?- preguntó mi madre.

- Mamá, no seas pesada. Estamos bien y en el hotel nos sentimos como en casa.- contesté.

- Pero si no os gusta, podéis venir aquí.- dijo mi madre.

- Mamá, que está todo muy bien.- dije.

- Vale.- dijo ella.

- Bueno, nos vamos.- dije.

- ¿Tan pronto?- preguntó mi madre.

- Tenemos una reunión, mamá.- dije intentando sonar amable.

Nos dirigimos a donde teníamos la reunión.

- Perdona a mi madre, a veces se pone pesada.- dije.

- No pasa nada, se preocupa.- dijo Aarón.

Sonreí. El sonrió.

Pasada la reunión, volvimos al hotel.

Salimos a dar un paseo por las calles. Y entre, caricias, besos y abrazos, nos perdimos.

- Reconoce que nos hemos perdido, Mireia.- dijo Aarón.

- Sí, nos hemos perdido. Así que deja de ponerme caras y busca a alguien que nos pueda decir donde estamos y como podemos volver al hotel.- dije.

Encontramos a una señora que nos dijo que nos habíamos ido bastante lejos de ese hotel y que nos tocaría caminar. Así que decidimos coger un taxi para volver. Menos mal que llevábamos dinero.

- Menos mal que llevábamos dinero.- dije.

- Sino a patita.- dijo Aarón.

Me reí. Él se rió.

- Parecemos tontitos.- dije.

- Pero solo lo parecemos, no lo somos.- dijo Aarón.

Llegamos al hotel donde nos habíamos instalado.

- La próxima vez que salgamos a dar una vuelta con mapa.- dije.

- Ahí le has dado.- dijo Aarón.

Pasada una semana, volvimos a Madrid.

- No mires hacia la izquierda.- dijo Aarón.

- ¿Qué pasa?- pregunté.

- Está María.- respondió.

Tragué saliva.

- No.- susurré.

- Tranquila.- dijo Aarón y me abrazó.

- No quiero encontrarme con ella.- dije.

- No pasa nada. Tú sonríe y camina rápido para llegar a casa.- dijo Aarón.

Narra Aarón:

Justo cuando Mireia y yo estábamos dando un paseo por Madrid después de haber vuelto de Asturias y estábamos felices, tenía que aparecer María para joder. No, madre mía, que oportuna es.

- Aarón.- escuché una voz por detrás de mi.

- No, por favor. Que no sea ella.- susurré.

Me giré.

Narra Mireia:

Al oír que alguien llamó a Aarón, desee que no fuese María, tragué saliva y me giré.

- Que sea otra persona.- susurré para mis adentros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario