¿Alguna vez has visto una foto de tu ídolo y has sonreído tanto que te has sentido idiota? Cuando era pequeña mi madre me dijo que un chico me haría llorar, pero jamás pensó que sería un equipo de fútbol. La distancia no es un problema si las ganas de cumplir tu sueño es mayor. No existen límites para soñar. No pido que admires a quien yo admiro, pero si que le respetes. Mis héroes no llevan capa ni máscara, solo se dedican a algún deporte.
jueves, 1 de agosto de 2013
No es un adiós
Capítulo 7
Me desperté y sentí a alguien muy cerca. Abrí poco a poco los ojos y allí estaba Mireia. Despierta y apoyada en mi. Al sentir que me incomparaba, se giró y se incorporó ella también. Me miró y sonrió. Yo también sonreí. Quería despertarme todas las mañanas y tenerla a mi lado.
- Creo que ya nos hemos conocido lo suficiente Mireia.- dije.
Mireia me besó. Me sorprendió y eso me encantaba.
- No hables, se lo que me vas a pedir y te digo que sí.- dijo ella.
- Entonces, ya estamos juntos y esto será mi mayor felicidad.- dije.
- Sí, y la mía. Cuando vayamos a Asturias te presentaré a mi familia.- dijo Mireia.
- Y cuando volvamos yo te presentaré a la mía- dije.
Ella sonrió y se apartó un mechón de la cara.
- Y por favor, que María no se interponga entre nosotros.- dijo ella.
- No será ni una molestia. En dos días ya se ha vuelto a Estados Unidos. La conozco.- dije.
Ella se levantó de la cama y empezó a tirarme del brazo mientras decía:
- Vamos a desayunar, tengo hambre.
Parecía una niña pequeña.
Pasada la semana, Mireia y yo hicimos la maleta y nos fuimos a Asturias.
- Estoy nerviosa.- dijo Mireia.
- Ya falta poco.- dije sonriendo y acariciándole la mejilla.
Al llegar, su familia la esperaba. Ella fue a abrazarles mientras yo recogía nuestras maletas. No quería molestar.
Narra Mireia:
- Os voy a presentar a alguien. Ha sido la persona que me ha hecho feliz durante todo este tiempo y me ha dado apoyo en Madrid. Nos conocemos desde hace tres semanas o así y salimos desde hace una semana.- dije.
Me acerqué a Aarón.
- Vamos, mi familia te quiere conocer.- dije.
- Me da vergüenza, Mireia.- dijo Aarón.
- Aarón, los tendrás que conocer alguna vez. Además, no vamos a estar mucho tiempo en Asturias, solo una semana y encima, la mayoría del tiempo vamos a estar trabajando y en reuniones con esa empresa. Ahora es el mejor momento.- dije.
- Venga, vamos.- dijo Aarón sin rechistar.
Presenté a Aarón a mi familia. Aarón parecía feliz. Les cayó a todos muy bien. A Aarón también le cayeron muy bien.
- ¿Dónde os vais a instalar?- preguntó mi madre de nombre Felisa.
- En un hotel que esté cercano donde vamos a tener que trabajar y donde tenemos las reuniones.- contesté.
- Si queréis os podéis quedar en casa.- dijo mi madre.
- No, mamá. No hace falta.- dije.
Aarón se mantuvo callado durante todo el trayecto hasta el hotel mientras que yo mantenía una conversación con mi hermana Laura.
Aarón y yo llegamos al hotel.
- Mira que cama más cómoda.- dije.
- Sí, cómoda para una cosa en concreto.- dijo Aarón riendo.
Empezamos a darnos besos y entre una cosa y la otra, la noche acabo en pasión y dulzura.
Por la mañana:
- Buenos días.- dijo Aarón.
Me dio un beso en la mejilla y se levantó a darse una ducha. Yo fui detrás de él y me metí en la ducha dándole un susto.
- Que susto me acabas de dar, Mireia. Pensaba que estabas dormida.- dijo Aarón.
- Pensabas eso, pero realmente estaba despierta.- dije.
- Siempre haciendo travesuras, Mireia.- dijo Aarón.
- Sí, pero mola más cuando las hacemos tú y yo juntos.- dije.
- ¿Quieres ahora?- preguntó Aarón.
- Si no quisiese, me hubiese quedado en la cama.- respondí.
Las gotas de sudor se juntaron con las gotas del agua. La pasión nos inundó a los dos.
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