Sube la temperatura
Capítulo 25
*¡HOLAAAA! Os traigo el último capítulo, el final, espero que os guste y podéis comentarme lo que os ha parecido y decirles que gracias por leerme, por ver las fotos, por los comentarios, favs, rts, que ha sido un largo camino, jajaja se alargó un poco más por mi culpa lo siento. Me da pena que se acabe porque con lo que me costó, con la ilusión que tenía y cada capítulo que hacía, lo disfrutaba y más disfrutaba cuando me decíais: "me has dejado con la intriga ya quiero que sea mañana" *-* Amo esos comentarios y bueno siento haber estado tanto tiempo sin subir de verdad. En fin, besitos y espero que hayan disfrutado tanto como yo. GRACIAS. Sin vosotros esto no hubiese sido posible. GRACIAS, por acompañarme en este largo viaje. Espero que no dentro de mucho podamos realizar otro. Os quiero y gracias por estar ahí.*
Intenté zafarme de él.
- Como vuelvas a retorcerte, te clavo la navaja.- dijo enseñándomela.
Me callé, pero sabía que Mats había llegado. Mats estaba detrás del
muro que separaba nuestra casa de la calle.
Narra Mats:
Llegué y vi a un tío hablando con Laia y ella gritando. Llamé a la
policía. Él estaba llevándose a Laia, me bajé del coche y me coloqué detrás del
muro. Cuando aparecieron por la puerta, le pegué un puñetazo en la mandíbula y se
le cayó una navaja de la mano. Me asusté, pero prometí un día defender a Laia y
que no volverían a tocarla del modo en que Javier la tocó. Laia había conseguido
zafarse.
- ¡Es Javier!- gritó ella desesperada.
- ¡Métete en casa!- grité.
Ella corrió a casa y cerró la puerta. El hijo de puta de Javier seguía
en el suelo tirado doliéndose por el golpe.
- ¡Eres un hijo de puta si tienes la cara de presentarte en mi casa
delante de mis hijos a llevarte a Laia para volver a forzarla!- grité.
Me daba hasta asco tocarle. Oí las sirenas de la policía. Javier
empezó a levantarse. Empujé la navaja lejos para que no pudiese cogerla. Javier
me pegó un puñetazo. Me sujeté a la pared y vi como los policías se bajaban del
coche y sujetaban a Javier. Se lo llevaron arrestado.
Narra Laia:
- ¿Pasa algo mamá?- preguntó Julian.
- Has tardado en entrar.- dijo Daniella.- Y estás llorando.
¿Cómo les iba a explicar si tenían seis y cuatro años?
- Hay un hombre malo ahí fuera, papá y la policía nos está protegiendo,
quiso pegar a mamá.- dije como pude.- Pero no os asustéis está la policía, ya se
lo llevan.- dije.
- ¿Y por qué quería pegarte mamá?- preguntó Julian llorando y abrazándome.
Daniella hizo lo mismo.
- Porque fue novio de mamá y era malo, muy malo y quería volver a
ser mi novio pero yo quiero a papá, ¿verdad?- pregunté.
- Sí mamá tú quieres a papá.- dijo Daniella llorando.
- ¿Y por qué fue tu novio mamá?- preguntó Julian.
Él era un niño muy listo.
- Porque mamá creía que era bueno, pero no lo es.- respondí intentando
no llorar.
- No lloréis, todo va bien ahora.- dije.
Bianca empezó a llorar y le cambié el pañal. La coloqué en la cuna
que teníamos en la parte de abajo.
Mats entró y me dijo que se habían llevado a Javier. Llamamos a sus
padres, a su cuñada Alice y a su hermano Jonas, les contamos lo ocurrido.
- ¿Estás bien Laia?- preguntó Alice abrazándome.
- Sí, estoy bien.- contesté.
- Vamos a ir a tomar declaración a comisaría, pero los agentes han
visto una parte de mi pelea, por llamarlo de algún modo, con Javier, llevaba un
arma, ha gritado en contra de Laia, hay un vecino que ha sido testigo de cuando
se llevaban a Laia así que le caerá la cárcel y muchos años le caerán.- dijo Mats,
hizo una pausa.- Quedaros con los niños.
Me abrazó, secó mis lágrimas y fuimos a comisaría a hacer nuestra
declaración.
Pasó un año y me llegó una noticia de que Javier se había ahorcado
en la cárcel, me quedé más tranquila porque él ya no podía hacerme daño. Mats siempre
estuvo apoyándome en este tema, protegiéndome, cuidándome. En ese año en el que
Javier estuvo en la cárcel y todavía no se había suicidado, me costó salir sola a la calle, pero tuve que hacerlo
por mis hijos, tuve pesadillas, lo pasé fatal, Mats se levanta por las noches a
cuidarme, a prepararme tilas, los niños a veces se despertaban preguntando si estaba
bien, pero les decíamos que todo iba bien, que mamá se encontraba un poco mal, que
solo era eso. Pero seguí cuidando de mis
hijos junto a Mats, seguí con mi trabajo que era el mismo de antes, viviendo en
la misma ciudad, en la misma casa, con mi vida, con mi marido. Todo volvió a la
normalidad y yo era feliz con Mats tanto que cuando los niños dormían nos gustaba
revolvernos entre las sábanas y no era para dormir. A pesar de la convivencia y
los niños, nada pudo matar el deseo que seguíamos sintiendo el uno por el otro.
Nos gustaba hacer algunas escapadas solos al cine, algunas cenas románticas, contratar
un hotel en algún lugar unos días nosotros solos para escapar de la rutina. Mis
padres estaban felices de tener seis nietos. Los padres de Mats estaban muy felices
de tener cincos nietos porque Jonas y Alice solo habían tenido dos. El niño se llamó
Jonas como el hermano de Mats, era clavado a Jonas y por lo tanto también se parecía
a Mats y la niña se llamaba Alexia y era una mezcla entre Jonas y Alice, pero era
muy bonita. María seguía en Estados Unidos con su marido Ryan, ya se habían casado
y con sus niños Rocío y Michael. Natalia seguía en España con Koke con su niños
Jorge y Cristina. Marta, mi hermana y mi cuñado Jesús seguían también en España
con sus niños Julia, Yolanda y Lucas. Mis sobrinos y mis hijos se llevaban estupendamente.
Mis hijos con los de María y Natalia también se llevaban bien. Solíamos quedar las
tres juntas en el sitio que fuese Madrid, Dortmund o Los Ángeles donde vivía María
aunque a veces preferíamos otros sitios de Estados Unidos como Nueva York. Mi hermana
decía que era una madre fantástica y una tía fantástica también, pero lo único que
tenía claro es que lo hacía como mejor podría y que el que era un padrazo y un grandísimo
marido era Mats. Siempre atento, cariñoso, arrogante cuando lo tenía que ser, amable,
educado, respetuoso, les enseñaba las cosas muy bien a los pequeños. Mats había
aprendido español y a los niños les hablábamos en alemán, inglés y español.
¡FIN! c':