¿Alguna vez has visto una foto de tu ídolo y has sonreído tanto que te has sentido idiota? Cuando era pequeña mi madre me dijo que un chico me haría llorar, pero jamás pensó que sería un equipo de fútbol. La distancia no es un problema si las ganas de cumplir tu sueño es mayor. No existen límites para soñar. No pido que admires a quien yo admiro, pero si que le respetes. Mis héroes no llevan capa ni máscara, solo se dedican a algún deporte.
sábado, 25 de enero de 2014
Te haré perder el control
Capítulo 20
*Finaaal de la novela. Espero que os haya gustado. Graaacias por leerla, os quiero <3 Gracias por acompañarme en este pequeño viaje entre la historia de Mireia y Jordi. Comentar lo que os pareció de la novela. Si os gusto mucho esto, si lo otro no. Bueno, todas esas cosas. Y gracias de nuevo.*
Narra Jordi:
Amo cuando Mireia me mira con cara de pena. Entonces, en ese momento se que ella no se puede resistir a mi y que lo que más desea es el contacto de mis labios con los suyos.
Varias veces ella me ha hablado del hambre que siente de mis besos, yo también tengo ese mismo hambre. Es un hambre incontrolable, algo insaciable, siempre quieres más y más besos.
La Nochevieja la íbamos a pasar en casa de mis padres, Miguel y María José y junto con mi hermano, David y su novia, Alba. También, venían los padres de Mireia, su hermano y su cuñada.
Tras la cena, llegaban las campanadas, todos estábamos atentos. Y nuevo año, 2014.
- Brindo por un 2014 lleno de amor, salud, amistad, etc. En este 2014 espero que mi club y yo ganemos varios títulos, que a todos vosotros os vaya bien, sobre todo a ti Mireia en tus competiciones y brindo para que muchos años más Mireia y yo disfrutemos de nuestro amor. Y bueno, también que David, Alba, mis padres, mis suegros y mi cuñado y cuñada sigan disfrutando de su amor. ¡Feliz 2014!- dije.
- ¡Feliz 2014!- dijeron todos al unísono.
Y besé a Mireia como nunca antes lo había hecho. La besé deseando tener un futuro con ella, la besé sabiendo que era mía y que quería que siguiese siendo mía durante mucho tiempo, es lo que más deseaba.
Narra Mireia:
Yo era de Jordi y Jordi era mío. Tal para cual. Nos amábamos mutuamente, era uno de esos amores que se vuelven adictivos, que es tu droga, sí, exactamente, Jordi era mi droga, mi perfecta y única droga en mi vida. Y yo seguro que también era su perfecta y única droga en su vida. Los dos juntos nos complementábamos, mucha gente nos lo había dicho ya, estábamos echos el uno para el otro. Él con su gracia, sus tonterías, sus malas formas para picarme, su atrevimiento, su seguridad, etc. Y yo con mi inseguridad, mi tímidez, mis formas para tratarle de una manera especial, mi forma alocada de ser en confianza, todas estas cosas hacen que nos complementemos.
Pasaron varios años. Yo tenía 28 años y Jordi tenía 29 años. Yo seguía con mi carrera de nadadora y él, seguía con su carrera en el Barça. Todo parecía como hace 5 años atrás, exceptuando una cosa. Jordi y yo nos íbamos a casar. Él me lo propuso. Yo no tenía ni idea. Yo hablaba con mi cuñada de que cuando me lo pediría, pero a él no le dije nada y mi cuñada hizo de chivata ahí. Sí, me rio porque hizo de chivata, pero gracias a ella, yo voy a cumplir mi sueño, me voy a casar con el hombre de mi vida.
- Estás preciosa, ese vestido es tu vestido, es el vestido que andabas buscando, aquel que te desesperaba no encontrarlo y llegabas a casa toda cabreada, pero lo has encontrado y ahora más que nunca estás preciosa.- dijo Jordi susurrándome al oído cuando yo llegaba al altar junto con mi padre.
Mis amigas: Celia y Paula con mi prima y las dos primas de Jordi eran las damas de honor. También Alba, la mujer del hermano de Jordi y Ana, mi cuñada. Mi padre era el padrino. La madre de Jordi era la madrina. También, estaban presentes mi madre, el padre de Jordi, el hermano de Jordi y mi sobrina Sara que era la niñita más bonita que he visto en la vida. Morena con los ojos azules, era clavada a mi hermano, era su viva imagen. Ella era la que llevaba los anillos. Mi cuñada estaba otra vez embarazada, pero esta vez de un niño. Alba también estaba embarazada, pero del primer niño de la pareja, ellos ya estaban casados. Estaban los compañeros de Jordi del club, tanto retirados como activos, Xavi, oh, Xavi gracias por unirnos, te debo tanto mejor amigo, también Víctor, Pedro, Leo, Sergio, Marc, etc. Todos con sus respectivas parejas. También algunos compañeros que ha tenido en la Selección como David, Iker, Fernando Torres, Llorente, Javi Martínez, etc. También con sus respectivas parejas. Los que tenían hijos también los acompañaban. Estaban nuestras dos familias, mis compañeros de natación… Era la boda perfecta, con el hombre perfecto.
- Tía, estás preciosa.- dijo Sara cuando ya estábamos en el banquete.
- Tú si que estás preciosa. Eres la niña más bonita que he visto en mi vida.- le dije dándole un abrazo.
Sara tenía 5 años, pero era una niña muy inteligente.
Un año después, me retiré de la natación porque ya no me sentía fuerte para competir. Había conseguido muchas cosas. Había hecho que la natación en España fuese algo importante y les había dado a nadadores más oportunidades de las que yo tuve en su día para llegar a la natación. Jordi seguía compitiendo, su deseo era seguir hasta los 37 o 38 años, eso sí, si se encontraba bien.
Jordi entró a casa. Estábamos viviendo en Barcelona, bueno, en realidad en L’Hospitalet en un casa mediana, ninguno de los quería algo grande y queríamos vivir en un pueblo porque Barcelona, una ciudad para nuestros hijos no iba a ser bueno. Y ahora llegaba el momento más importante de mi vida. Iba a tener un bebé y tenía que decírselo a Jordi, pero no sabía cómo.
- ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar nadando?-preguntó Jordi. A pesar de haberme retirado, yo seguía nadando, era mi pasión y no podía dejarlo.
- Lo haría Jordi, iría a nadar, me esforzaría, pero eso haría que perdiese el bebé que llevo dentro, que es fruto de nuestro amor.- respondí sonriendo de oreja a oreja.
Jordi solo pudo abrir la boca y venir a abrazarme. Unos segundos después, logró decir:
- ¡Eso es fantástico, Mireia! ¡Vamos a ser padres!- gritó entusiasmado Jordi.
Parecía un niño con un juguete nuevo. Yo siempre he querido tener hijos, pero tenía algo de miedo. Pero ahí estaba Jordi, apoyándome, calmando mis pesadillas y que con los años fueron pasando, quedaron en olvido. Y después de intentarlo varias veces, me quedé embarazada. Jordi siempre ha querido ser padre y por fin, lo va a ser y está muy feliz, al igual que yo.
Me besó y después, besó mi vientre, donde estaba situado nuestro bebé. Unos meses después nos dijeron que iba a ser niño y más tarde nació. Era idéntico a Jordi, era su viva imagen.
- Eh, a ver mirad a la cámara.- dije.
- Mira a mamá, Marc.- dijo Jordi señalando la cámara.
- Sergio, haznos una foto con la copa a Jordi, a mi y al pequeño Marc, por favor.- dije y me acerqué a Jordi y me senté en el suelo del Camp Nou con mis dos amores. El Barça había ganado la Liga y lo estábamos celebrando.
Y dos años más tarde tuvimos a una niñita, Vanesa, era clavada a mi. Era mi viva imagen. Rubita con mis ojos azules y Jordi la quería como si fuese su princesa, así como yo lo había sido y como aún lo sigo siendo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Acabo de terminar de leer la novela y solo decirte que me ha encantado. Los viajes a Nueva York, la boda... TODO. Espero que sigas escribiendo porque lo haces genial :) Me ha encantado la novela, enserio. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarMuchas gracias, preciosa. Me encanta que te haya gustado tanto. Besos <3
ResponderEliminar