viernes, 3 de enero de 2014

                       Te haré perder el control

                                                      Capítulo 1

*Este primer capítulo va dedicado al DVFC, sin ella esto no hubiese sido posible. Ellas daban su opinión y me ayudaban cuando me quedaba atascada. Gracias chicas.*

Iba caminando por la fiesta sin rumbo, había bebido como unas dos o tres copas. Quería ahogar las penas de amor en alcohol, pero no daba resultado, no conseguía olvidarla. De repente, a lo lejos, divisé una figura delgada, de pelo rubio, de piel ni muy morena ni muy blanca. ¿Estaba soñando? ¿O era ella de verdad?

Me acerqué lentamente, sin perderla de vista, cada vez estaba más cerca. Cada vez la veía más real. Apoyé mi mano sobre su hombro, ella se giró, de nuevo sus ojos azules, de nuevo su rostro angelical, de nuevo su pelo liso y rubio, un poco más largo que la última vez y… su sonrisa, su sonrisa deslumbrante, nada en ella había cambiado. Seguía igual de guapa que siempre.

- ¡Jordi! ¡Me alegro de verte!- exclamó ella.

- Mireia, yo también me alegro de verte.- dije.

- ¿Qué tal los partidos?- preguntó ella sonriendo.

- Bien, de lo que llevamos hasta ahora de liga, los hemos ganado todos, aunque alguno nos ha costado. En Champions también hemos ganado el partido que hemos disputado. La Copa del Rey todavía no la hemos empezado.- contesté esbozando una sonrisa.

- Me alegro.- respondió ella.

- ¿Qué tal tú con las competiciones de natación?- pregunté.

- Bien, gané tres medallas en el Mundial, dos de plata y una de bronce. Además, de que en la Copa del Mundo he ganado dos medallas de oro, he batido dos récords mundiales, una de plata y una de bronce. Ahora en Octubre el 12 y 13 compito en la Copa del Mundo, también el 17, 18, 19, 20 y 21 compito.- respondió ella sin perder la sonrisa.

- ¡Me alegro muchísimo! Espero que te siga yendo todo muy bien.- dije.

Y ni una sola palabra más, no conseguía entablar más relación con ella, siempre las mismas conversaciones, hablamos de nuestros trabajos y lo peor de todo es que decimos las cosas que el otro ya sabe porque salen en las noticias.

Estoy tan enamorado de ella, pero siempre resuenan en mi cabeza las mismas palabras en aquella entrevista que me jodieron muchísimo: ‘No tengo tiempo para novio.’

Ya sé que pasa muchas horas entrenando y también, tiene que estudiar para sacarse la carrera de Publicidad y Relaciones Publicas, pero siempre queda un hueco libre… Todavía no le he propuesto nada, pero espero que algún día tenga valentía y le pueda decir todo lo que siento. Que estoy enamorado desde aquella vez que la vi en el Camp Nou.

*Flash back*

- ¿Mireia Belmonte? ¿Qué hace usted aquí?- pregunté.

Ella soltó una pequeña carcajada.

- Jordi, soy una fan más del Barça y he bajado al vestuario para conocer a los jugadores. No hace falta que me trates de usted, me sacas casi dos años.- contestó ella guiñándome un ojo.

Solté una pequeña carcajada.

- Yo que tú no entraría, no solo porque sería una completa vergüenza con todos medio desnudos, también porque alguna novia o mujer se pondrá celosa.- dije sonriendo.

- Me espero, tranquilo. Por cierto, ¡gran partido y buen gol!- dijo ella sonriendo.

*Fin flash back*

Y desde entonces, la he visto tantas veces, he hablado con ella muchísimas veces, pero jamás le he dicho lo que siento y me arrepiento, pero no tengo la valentía suficiente.

- ¡Eh, Jordi!- exclamó Sergio.

- ¿Qué quieres Busquets?- pregunté desanimado.

- Se te ve decaído, toma otra copa.- respondió Sergio

- No quiero beber más, no soluciona nada.- contesté tirando la copa al suelo.

- ¡Tranquilo, Jordi! Hablemos.- dijo Sergio.

Comencé a andar rápidamente hacia la parte de la piscina y me senté en la mesa de jardín que había al lado de la piscina, para mi sorpresa Mireia estaba allí. Se la notaba nerviosa.

- ¿Pasa algo? ¿Te incómoda mi presencia?- pregunté amablemente.

- No, no me incómoda. Solo que estoy un poco nerviosa porque he bebido un poco.- respondió ella con su sonrisa.

Esa sonrisa que no podía olvidar. Esa sonrisa que jamás me pertenecería. Esa sonrisa que recordaba todas las noches. Esa sonrisa, puede sonar irónico, que produce mis lágrimas todas las noches.

Y aunque Mireia estuviese sentada a mi lado, yo la notaba lejos, la notaba que no era mía, que jamás tendríamos algo. Muchos dicen que lo que siento es obsesión, pero yo no lo siento así, yo siento que esto es amor. Un puto año el cual ha pasado y sigo enamorado de ella como el primer día y no hay manera de decírselo, de tener valentía, tampoco de olvidarla. Y cada vez que pienso esto, algo dentro de mi se rompe. Se rompe en mil pedazos.

- Eh, Jordi. ¿Por qué te fuiste así?- preguntó Sergio.

Lo miré y no respondí. El sabía perfectamente que estaba jodido por Mireia, pero como suele estar empanado ni se acordará.

Sergio no pronunció ninguna palabra más y se fue.

- ¿Te pasa algo?- preguntó Mireia.

Tragué saliva. No quería responder, pero tenía que hacerlo.

- Nada, simplemente que cuando tomo alguna copa de más, me pongo furioso.- respondí sonando amable.

Ella solo sonrió.

No hay comentarios:

Publicar un comentario