sábado, 18 de enero de 2014


                  Te haré perder el control

                                                   Capítulo 13 

*Quiero aclarar que yo no tengo nada en contra de Fred, es más le adoro por haber echo que Mireia consiga todo lo que ha conseguido, espero que a raíz de este capítulo no se creen ya los comentarios de que odio a Fred y no se que royos porque no es así, adoro a Fred, le quiero un montón. La idea de las pesadillas es de la trilogía de Los Juegos del Hambre para los que la hayáis leído. Disfrutad del capi*

Narra Mireia:

Cuando llegué al aeropuerto, Jordi no me estaba esperando. Así que me puse un poco triste… ¡Pero al llegar a casa toda la tristeza se me fue! Él me tenía preparada una velada romántica y después, seguramente, acabaríamos esa velada en la cama.

- Jordi… no tengo palabras… esto es espectacular.- dijo temblando.

- Espectacular eres tú.- dijo él.

Me besó. Lento, suave, apasionado, con amor. Me besó como él y solo él sabía, nadie más besaba como él o al menos, los labios que había probado no besaban igual que él.

Tomamos lo que había preparado Jordi y acabamos en la cama, como predecía. Perdiéndonos en la dulzura del contacto de nuestros cuerpos.

- Mireia, esta noche voy a ir a la gala de la Liga de Fútbol Profesional…- le interrumpí:

- Jordi, yo también tengo que ir, estoy invitada, entrego el premio de mejor defensa de la Liga, al que tú estás nominado, así que podemos ir juntos, sí.

Y como habíamos dicho, acudimos a la gala juntos, oficializamos nuestra relación con esta aparición.

Poca gente se esperaba que estuviésemos juntos… Otros decían que hacíamos muy buena pareja, otros solo se limitaban a sonreírnos.

Esa noche, yo entregué el premio al mejor defensa a Sergio Ramos y Jordi, por desgracia, no ganó ningún premio, al único que estaba nominado era justo al que yo entregaba, pero se lo entregué a Sergio y no a Jordi.

- Buenos días, princesa.- dijo Jordi apartándome un mechón de pelo de la cara. Besó mi frente con dulzura y bajó hasta mis labios, también los besó con dulzura.

- Buenos días.- dije todavía adormilada.

- Parece ser que la fiera de ayer hoy está calmada.- dijo Jordi soltando una carcajada.

No pude evitar reírme.

Él estaba preparando el desayuno, cuando me acerqué por detrás y acaricié su torso desnudo… Besé su espalda y respiré su aroma, su dulce aroma. Él soltó una pequeña risita y se dedicó a dejarse abrazar.

- Gracias.- susurré.

- ¿Por qué?- preguntó él.

- Por hacer que me sienta bien conmigo misma y contigo, por hacer que sea feliz, por cuidarme, por protegerme, por comportarte como un caballero, por saber como tratarme, por saber lo que significa cada gesto que hago, por abrazarme, por besarme, por sonreírme, por reírte conmigo y no de mi, por quererme, por acariciarme, por hacer que sea yo misma, por ser tú mismo y sobre todo, gracias por amarme y no lastimarme.- respondí en un susurro.

Él se limitó a sonreír y a colocarme un mechón del pelo detrás de la oreja.

Estar con Jordi es como perderse, como flotar en una nube, como si estuvieses volando, no sabes ni siquiera donde estás, solo sabes que las horas pasan demasiado rápidas y que quieres estar más tiempo con él. Quieres que el tiempo se detenga.

Cuando quise darme cuenta, Jordi estaba intentando poner el desayuno en la mesa, pero yo no le dejaba porque seguía abrazada a él.

- Oh, lo siento. No me di cuenta.- dije avergonzada.

- Mientras que seas tú la que me impida poner el desayuno en la mesa y no otra, no pasa nada.- dijo Jordi.

En ese momento quise besarlo con locura. ¿Y quién me lo impedía? Así que lo hice, lo besé con locura.

- ¿Te gusta lo que preparé?- preguntó Jordi.

- Me encantan las tostadas y más con mermelada de fresa.- respondí entusiasmada.

Él sonrió y me acarició la mejilla.

- Creo que tengo un pajarito muy listo y que acierta en todo.- dijo Jordi.

- Bueno, a veces Xavi no es tan listo, pero si que es mi mejor amigo.- dije.

Los dos reímos.

- ¿Vamos a jugar al fútbol un rato?- preguntó Jordi.

- Bueno… Soy penosa jugando.- respondí.

- Limítate a mirar y a intentar imitarme.- dijo Jordi mientras íbamos al jardín.

Jugamos durante un rato. Él controlaba perfectamente el balón, hacía toques, regates… Y bueno, yo…. Yo me limitaba a chutar el balón con fuerza y no se me daba mal.

Jordi no podía parar de reír.

- Mucho reírte, pero ya veremos cuando vayamos a la piscina y no consigas cogerme y bueno, como tengas que nadar un 800 o un 1500 no te veo terminando.- dije furiosa.

- Eh, pero no te enfades.- dijo Jordi mientras que me rodeaba por la cintura.

Me giró y me encontré de frente con sus labios. El beso fue lento, suave.

- Me encanta picarte.- dijo Jordi.

Le golpee en el pecho intentando zafarme de sus brazos, pero no me fue posible, Jordi tenía demasiada fuerza.

- ¿A dónde vas?- preguntó Jordi.

Él fue a besarme, pero yo escondí mi rostro en su pecho. Él soltó un brazo y levantó mi cabeza sujetándome por la barbilla. Este sería el momento perfecto para escaparme de sus brazos, pero no pude. No podía resistirme, necesitaba otro beso suyo, tenía hambre de sus besos y él cumplió mi deseo, me besó, este beso fue más rápido que el anterior, pero seguía siendo suave.

Me desperté, noté mi cama vacía, Jordi se había ido a entrenar y yo debería estar entrenando, pero parece ser que me he quedado dormida, así que hoy me tocará estar hasta más tarde en la piscina.

- ¡Llegas tarde Mireia! ¡Muy tarde!- me gritó Fred, mi entrenador.

- Lo siento, Fred. Me quedé dormida.- dije.

- No lo sientas. Deberías estar aquí desde las 6:00 y son las 10:00, llegas 4 horas tarde, ¿en qué estabas pensando? ¿Era ese chico otra vez? Te está despistando de tu principal labor, que es tu trabajo.- dijo Fred muy enfadado.

- ¡Ni se te ocurra meterte con Jordi! Él no tiene nada que ver, hoy me he quedado dormida porque si, porque alguna vez me tengo que quedar dormida y es la primera vez que sucede desde que llevo entrenando contigo, ni una sola vez he llegado tarde ni me he dormido y no ha sido por Jordi, y si no estuviese saliendo con él, también habría sucedido, ha sido mi culpa, no te metas con él, al menos él se dedica a apoyarme y a animarme mientras tú me echas la bronca por llegar una sola vez tarde.- dije furiosa para después lanzarme a la piscina, mi furia me hizo nadar más rápido y no cansarme tan rápido, mientras yo nadaba, Fred dijo:

- Que yo sepa una buena nadadora, una que ha conseguido récords no puede despistarse ni llegar tarde ni un solo día. Si vuelve a ocurrir me veo seriamente a entremeterme en tu relación con ese chico.- dijo Fred.

Paré, salí de la piscina y le grité en su cara:

- ¡Tú no tienes derecho a meterte en mi relación con Jordi! ¡Tú no eres el que está por las noches para calmar mis pesadillas en las que me veo asfixiada en el agua por la culpa del asma o por la culpa de la alergia porque las pastillas no me han hecho efecto! ¡Tú no eres el que me apoya para que siga nadando, no me rinda y que me dice que no me va a pasar nada!

Volví al agua. Mientras nadaba pensaba el por qué del comportamiento de Fred, es la primera vez que llegaba tarde y él nunca había sido así. Él siempre me había comprendido. Además, Jordi no tiene nada que ver en esto. Cuando acabé de entrenar, Fred vino a hablar conmigo:

- Lo siento mucho, Mireia. No estoy atravesando unos buenos momentos en casa y creo, que lo he pagado contigo. A partir de ahora, si vuelve a ocurrir te regañaré, pero no me pondré como hoy. Pero comprende que la natación es algo sacrificado.

- No pasa nada, Fred. Lo entiendo, sí lo se y bueno, mi enfado contigo me ha hecho nadar mejor.- dije.

- ¿Entonces en paz?- preguntó Fred.

- En paz, un entrenador y su alumna no pueden estar enfadados y no, después de todo lo que estamos por jugarnos.- dije.

Nos abrazamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario