¿Alguna vez has visto una foto de tu ídolo y has sonreído tanto que te has sentido idiota? Cuando era pequeña mi madre me dijo que un chico me haría llorar, pero jamás pensó que sería un equipo de fútbol. La distancia no es un problema si las ganas de cumplir tu sueño es mayor. No existen límites para soñar. No pido que admires a quien yo admiro, pero si que le respetes. Mis héroes no llevan capa ni máscara, solo se dedican a algún deporte.
domingo, 19 de enero de 2014
Te haré perder el control
Capítulo 14
Llegué a casa, eran las 19:00 de la tarde y había comido en las instalaciones de donde entrenaba. Jordi me esperaba en casa.
- Hola, Jordi. He estado entrenando hasta más tarde porque he llegado tarde por la mañana.- dije.
- Ya lo sé. Cuando salí de casa, todavía estabas aquí, pero no quise despertarte, parecías tan inocente durmiendo.- dijo él.
Le conté sobre mi pelea con Fred.
- ¿Todo arreglado?- preguntó Jordi.
- Sí.- contesté.
Él me habló sobre su entrenamiento.
Y en ese mismo momento, en ese preciso momento, me di cuenta de lo que quiero provocar en él y sí, quiero provocar pasión, pasión desenfrenada, esa pasión que no se detiene ni soltando el acelerador.
- ¿En qué piensas?- preguntó Jordi.
- Miraba tus ojos y me perdí en ellos y bueno, pensé en la reacción que quiero provocar en ti.- respondí.
- ¿Y qué quieres provocar en mi?- preguntó él.
- Pasión, pasión desenfrenada, esa pasión que no se detiene ni soltando el acelerador.- contesté provocativa sentándome en sus piernas.
Él me agarró por la cintura y me levantó con sus fuertes brazos, enredé mis piernas en su cintura y mis manos en su cabello. Besó mi cuello despacio, pero con pasión. Yo cerré mis ojos y me contuve para no gritar. Él se apartó de mi cuello y le oí pronunciar:
- ¿Quieres pasión?- preguntó.
Yo moví mi cabeza de arriba a abajo delicadamente.
Él me agarró con más fuerza y empezó a andar hacia la habitación mientras besaba mi cuello. Me dejó encima de la cama y allí, entre la pasión desenfrenada y la dulzura nos perdimos.
- ¿Pero es verdad eso de que solo me quieres por el sexo?- preguntó Jordi.
Yo no pude evitar reírme.
- ¿Quién te dijo esa tontería?- pregunté.
- Tus palabras, las que dijiste antes.- respondió Jordi.
- Jordi, ¿cómo has interpretado esas palabras?- pregunté seria sentándome en la cama.
- De que solo estás conmigo por el sexo.- contestó él.
- ¿Y no te sentiste ofendido y te acuestas conmigo?- pregunté molesta.
- Yo… Em.- intentó contestar Jordi, él no sabía que contestar porque noto mi tono de voz molesto.
- Jordi, a ver, lo que dije es porque quiero provocar algo en ti que no solo sea besitos y caramelitos, yo quiero provocar en ti pasión, volverte loco, pero no solo estoy contigo por lo que haces en la cama.- respondí con una sonrisa pícara por lo último que dije.
- Claro que me vuelves loco, princesa.- dijo él para después besarme.
- ¿Por qué decidiste decirme que sí cuando te propuse que fueras mi novia?- preguntó Jordi al cabo de un rato.
- Porque yo me sentía vacía, sentía frío y tuve que recurrir al calor de tus brazos y de tus besos. Tenía hambre, pero era hambre de tus besos.- respondí.
Jordi fue a decir algo, pero puse el dedo índice sobre sus labios y le besé.
Apoyé mi frente sobre la suya, nos quedamos mirándonos durante unos minutos y yo logré pronunciar con voz temblorosa:
- Cada vez que estoy lejos de ti, cuando tengo que competir, cuando no estás para calmar mis pesadillas, cuando no estás para besarme, para abrazarme, para quererme, cuando no estoy junto a ti, todas esas veces siento que mi vida se va, que me caigo por un precipicio y me ahogo intentando agarrarme a las rocas resbaladizas. Es irónico, ¿no? Soy nadadora, estoy todo el día en contacto con el agua, pero aun así, sueño que me muero en ella.
Jordi me acarició el pelo mientras me daba ligeros besos en mi cabeza.
- Tranquila, pequeña, yo siempre estaré aquí para ti, cuando estemos lejos, cuando la distancia nos esté separando quiero que lleves esto.- dijo Jordi quitándose un collar con un ancla. Continúo hablando:
Este collar me lo dio mi abuelo, yo también tenía miedo, me sentía solo, asustado y por eso me lo dio, para que me sintiese protegido.- dijo Jordi.
- Jordi es una cosa muy personal, es algo entre tu abuelo y tú, no puedes dármelo.- dije.
- Claro que sí, antes yo me sentía protegido con ello y ahora, yo quiero que tú te sientas protegida al igual que yo lo hacía. Así que ahora es todo tuyo.- dijo Jordi sonriente.
Me puso el collar e instintivamente besé el collar y después, besé a Jordi.
Me quedé dormida sobre su pecho, sintiendo su respiración, oliendo su dulce aroma, oyendo cada pálpito de su corazón.
Narra Jordi:
Verla dormir era una de las maravillas de este mundo. Verla entre mis brazos, protegida por mi y amada por mi, era lo único que me calmaba cuando despertaba de una pesadilla en la cual creía haberla perdido.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario