lunes, 13 de enero de 2014


                      Te haré perder el control

                                        Capítulo 8

*Este capítulo se lo dedico a mis primos pequeños aunque ellos no vayan a leer esto. Los quiero. Ellos son una razón para seguir.*

2 de Noviembre por la mañana:

Me desperté y me fui a entrenar. Al volver, tenía un mensaje en el Whatsapp, decía así:

Buenos días mi niña, aunque tú seguro que llevas ya unas cuantas horas despierta porque has tenido que ir a entrenar. Bueno, quería decirte que te quiero más que ayer, pero menos que mañana. ¡Pasa un buen día por si no nos vemos hoy! Te quiero, Jordi <3 

Nada más leerlo, una lágrima recorrió mi mejilla. Rápidamente le escribí:

Buenos días, Jordi. Da igual que me des los buenos días a las 6 de la mañana que a las 9 o a la hora que sea, los voy a recibir con la misma ilusión. ¿Por qué no nos íbamos a ver hoy? Venga, vístete, arréglate o lo que sea y ve a la cafetería en la que estuvimos el otro día. Te quiere, Mireia.

Narra Jordi:

Y allí que fui, con una gran sonrisa y muy feliz. Hoy era el último día que tenía para poder estar con Mireia antes de que se fuese a competir a la Copa del Mundo.

Llegué y Mireia todavía no había llegado, así que la esperé.

- Lo siento por la tardanza, Jordi, estuve hablando por teléfono con una amiga.- dijo ella nada más llegar.

- No pasa nada, ¿puedo saber que amiga es?- pregunté.

- Claro, bueno es amiga y cuñada, es la novia de mi hermano, se llama Ana.- contesté.

Él sonrió.

- Bueno, pidamos.- dijo Jordi.

- Para mi un café con leche.- dijo Mireia.

- Para mi otro café y una tostada con aceite de oliva.- dijo Jordi.

El camarero nos trajo lo que pedimos.

- A ver si te recuperas pronto y pueda ir a verte al Camp Nou jugar.- dijo Mireia.

- Espero recuperarme pronto porque yo también estoy deseando jugar y estoy deseando que tú vengas al Camp Nou a verme jugar.- dije sonriente.

Mireia sonrió. Su dulce sonrisa. Su preciosa sonrisa. Esa sonrisa que a mi también me hacía sonreír. Esa sonrisa que se le producía cada vez que estaba conmigo. Una sensación inigualable.

Pasé una gran mañana con Jordi, pero tenía que ir a entrenar al gimnasio y después a dormir porque al día siguiente tenía que madrugar, como normalmente hacía, pero esta vez para viajar a Singapur.

Al día siguiente:

Buenos días, mi niña. Que tengas un gran viaje, espero que consigas un montón de medallas y que pases un buen cumpleaños el día 10, cuando vuelvas te espera una sorpresa. Dicen que más vale tarde que nunca, ¿no? 

Rápidamente le contesté:

Muchas gracias, cielo. Seguro que lo paso bien a pesar de que tengo competir. Ansiosa de volver y saber lo que es.

¿En serio que le había dicho cielo? ¿En serio? Estaba flipando conmigo misma…

Cogí la maleta y me dirigí al aeropuerto, allí me esperaba Fred, Melani, más integrantes del equipo español como fisios, nutricionistas, etc.

Narra Jordi:

Al ver el mensaje de Mireia me alegré y más aún cuando leí que me dijo cielo. Una lágrima rodó por mi mejilla, estaba seguro de que ese sentimiento que tenía hacía mi había crecido en los últimos días y que estaba más segura de lo que sentía por mi.

Narra Mireia:

Llegué a Singapur y pronto me acomodé en el hotel. Tenía que descansar para que al día siguiente pudiese entrenar y estar a tope para competir el día 5 y el día 6.

Día 5: Mireia nadó los 200 metros estilos (50 metros mariposa, 50 metros espalda, 50 metros braza y 50 metros crol) quedó primera en su serie teniendo una centésima menos que su rival Sophie Allen. Mireia se clasifica para la final con el séptimo mejor tiempo. Después, consigue la medalla de plata en los 800 metros (todo se nada a crol) Y para acabar el día, acaba séptima en la final de los 200 metros estilos.

Día 6: Mireia nadó los 200 metros mariposa, quedó primera en su serie y se clasificó con el mejor tiempo a la final. Después, nadó los 400 metros libres (todo se nada a crol) y se clasificó a la final con el segundo mejor tiempo. Consigue la medalla de bronce en los 400 metros estilos (100 metros mariposa, 100 metros espalda, 100 metros braza, 100 metros crol) Consigue la medalla de bronce en los 200 metros mariposa. Finalmente, consigue la medalla de bronce en los 400 metros libres.

Narra Mireia:

Acabé de competir en Singapur y me puse rumbo a Tokio. El día 9 tengo que estar ya compitiendo. El día 8 lo tengo para descansar y para entrenar antes del día 9.

Narra Jordi:

Echo de menos a Mireia, pero me encanta que se esté esforzando tanto y que esté consiguiendo tantas medallas. La quiero tanto.

Narra Mireia:

En el avión de camino a Tokio, le escribí a Jordi:

Hola, Jordi. Espero que por L’Hospitalet vaya todo bien. También, espero que tu recuperación esté yendo mejor y que pronto puedas jugar. Te echo de menos y te quiero.

Le había dicho te quiero, se lo había dicho, había tenido la valentía suficiente para decírselo.

Pronto recibí un mensaje de Jordi, decía así:

Hola, por aquí todo bien. La recuperación va bastante bien. Quiero que sepas que estoy muy orgulloso de ti. Sigue así, estás haciendo un gran trabajo en la Copa del Mundo. Yo también te echo de menos y te quiero. Deseando que veas la sorpresa que te estoy preparando. Besos. 

Simplemente sonreí.

Narra Jordi:

Ella me había dicho te quiero, ya estaba seguro de que podíamos estar juntos, que lo íbamos a estar.

Narra Mireia:

Llegué a Tokio y me acomodé en el hotel. Descansé un rato porque más tarde tendría que entrenar para que al día siguiente pudiese estar compitiendo.

Día 9: En los 200 metros individuales, Mireia acaba primera en su serie y se clasifica con el segundo mejor tiempo a la final. En los 800 metros, Mireia consigue la medalla de plata. En la final de los 200 metros individuales queda sexta por lo tanto no consigue medalla.

Día 10: Mireia nadó los 200 metros mariposa y quedó primera en su serie. Paso a la final con el octavo mejor tiempo. Después, nadó los 400 metros estilos y quedó primera en su serie. Pasa a la final con el tercer mejor tiempo. En los 400 metros individuales, Mireia consigue la medalla de plata. En la final de los 200 metros mariposa, Mireia queda cuarta por lo tanto no consigue medalla. En la final de los 400 estilos consigue la medalla de bronce.

Cuando acabé de competir, llamé a Jordi.

- ¡Jordi!- exclamé.

- Mireia, me has despertado…- dijo él.

- Ah, es verdad, a estas horas son las 9 o así en España, ¡pero deberías estar levantado!- exclamé.

- Me levanto a las 10, que a las 11 tengo que estar en la ciudad deportiva y estoy allí hasta las 12:30. No se cuantas veces te lo habré repetido ya…- dijo Jordi.

- Lo siento. Bueno, que sepas que llevo ya muchas medallas.- dije.

- Y estoy muy orgulloso de ti.- dijo él.

Una sonrisa se me dibujó en la cara.

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