¿Alguna vez has visto una foto de tu ídolo y has sonreído tanto que te has sentido idiota? Cuando era pequeña mi madre me dijo que un chico me haría llorar, pero jamás pensó que sería un equipo de fútbol. La distancia no es un problema si las ganas de cumplir tu sueño es mayor. No existen límites para soñar. No pido que admires a quien yo admiro, pero si que le respetes. Mis héroes no llevan capa ni máscara, solo se dedican a algún deporte.
domingo, 17 de agosto de 2014
Sube la temperatura
Capítulo 7
*Holaaaa. Hoy os traigo el capítulo 7!!Bueno este capítulo, os va a dar algo xd Lo publico prontito eeeeh. Al menos más que otros días jaja. Se agradece que leáis y sé que soy muy pesada con que comentéis, pero si me decís esto me parece tal, esto cual y no me gusta esto. Ejemplo: me gustaría saber cuantos capítulos tiene. Me gustaría que dieses información sobre tal. Cosas así.Yo intentaré cumplirlo ;) Gracias!!*
- Gracias por los consejos, Thomas. Ahora tengo que volver con Mats.- dije.
- Ya estoy aquí, Laia, no tienes que ir a ningún sitio.- dijo Mats sonriendo de oreja a oreja.
Le pasé su coca-cola y mientras bebía la coca-cola, Thomas me miraba.
- ¿Qué miras?- le pregunté sonando amable.
- Eres más guapa de lo que nos había contado Mats y más guapa en persona que en las fotos.- dijo él sonriendo.
Me atraganté con la coca-cola.
- No soy muy fotogénica.- pude decir al fin.
- Siempre te atragantas, algún día de estos voy a acabar haciéndote el boca a boca.- dijo Mats riendo.
Tragué saliva y me reí. Estaba siendo provocador de nuevo.
- A ti no te importaría hacerle el boca a boca y ella acabaría muy encantada de que Mats Hummels le salvase la vida. Además, te debería un favor y de los gordos.- dijo Thomas.- Ah, estoy casado, no te preocupes, no voy a ligar contigo.- me guiñó un ojo.
- Thomas siempre está de broma.- dijo Mats.
- Está bien saberlo.- dije riendo.- Así que les has hablado de mi.- dije.
- Me parecían que tenían que saber quién era la causante de mis sonrisitas.- dijo Mats.
Como había dicho Natalia, era lo que tenía que ser en el momento justo. Si tenía que ser provocador, lo era. Si tenía que ser cariñoso y dulce, lo era.
- Así que soy la causante de tus sonrisitas.- dije yo acercándome a él.- ¿Quieres que te provoque otra sonrisita?- pregunté seductora.
- ¿Y de qué forma vas a provocarme esa sonrisita señorita Laia?- preguntó él siguiéndome el juego.
- De esta forma, señor Mats.- respondí dándole un beso en la mejilla y seguido, le di un beso al borde de sus labios.
Mats soltó una pequeña sonrisita.
- Bueno, señor Mats creo que mi reto ha sido cumplido.- dije soltando una pequeña risita.
- A mi es fácil hacerme sonreír.- dijo Mats.
- Excusas.- dije sonriendo.
- Ahora me toca a mi provocarte una sonrisita.- dijo Mats guiñándome un ojo.
Me besó en la frente, un gesto dulce y cariñoso, besó la punta de mi nariz, un gesto tierno y besó mis labios. Fue un beso dulce, apasionado, metió la mano izquierda por detrás de mi pelo y la mano derecha acarició mi espalda.
- Be… besas muy bien.- dije temblorosa.
Mats esbozó una sonrisita y yo otra.
- Reto cumplido.- dijo él con una sonrisa de oreja.- Por cierto, tú tampoco besas mal.- dijo.
- Arrogante.- dije.
- No he dicho que lo hagas mal ni mejor que yo y he de reconocer que el beso ha sido el mejor de toda mi vida.- dijo él.
- El chico duro se vuelve a ablandar.- dije yo riéndome.
- Ahora no te parezco tan arrogante.- dijo.
- Haces que cambie de opinión con un par de palabras.- dije.
- Me gusta ejercer de esa forma en ti.- dijo Mats.
- ¿Quieres ejercer de otra forma más divertida y excitante en mi?- pregunté.
- ¿Me estás diciendo que quieres acostarte conmigo?- preguntó Mats.
- Puede.- respondí acercándome a él y acariciando su pelo.
- Vamos a mi cuarto.- dijo Mats riendo.
Agarró mi mano y subimos a su cuarto.
Empezó besando mi cuello.
- Sabes como complacer a una mujer.- dije.- Los besos en el cuello son mi perdición.- reí.
Apreté mis uñas en su espalda y acabé arañándole la espalda suavemente, sin sangre ni nada por el estilo, solo por excitación.
- Tú sabes como decirme que estás excitada sin pronunciar palabra.- dijo él riendo.
Besó mis labios y poco a poco fuimos desnudándonos. Dejé atrás mi vergüenza de enseñar mi cuerpo.
- He leído que tenías vergüenza de mostrar tu cuerpo y he de decirte que vergüenza ninguna porque eres perfecta tal y como eres.- dijo Mats y besó mi frente suavemente.
- Ha estado muy bien, Mats, eres todo un chico duro en la cama.- dije riendo.
- Todo se me pone duro aquí, ¿verdad señorita Laia?- dijo él riendo.
No pude contener la risa.
- Estás hecho un graciosín Mats.- dije sacándole la lengua.
Narra Mats:
Estuvo fantástica, se olvidó de sus vergüenzas, se olvidó de sus miedos y se entregó a mi, se perdió en mis brazos y yo supe cuidarla.
- No quiero que te vayas, pero Laia, creo que será mejor que te marches porque si mañana nos ven juntos por la mañana.- le dije.
- Son las 12 solo, mi hotel no está lejos, pero no creo que me atreva a irme sola por esta ciudad por la noche.- dijo ella.
- Pues espérate hasta mañana a las 8 y te vas.- dije sonriente.- Pasarás la noche conmigo.- dije guiñándole el ojo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario