lunes, 11 de agosto de 2014

                      
                          Sube la temperatura

                           Capítulo 1

*Lo primero de todo dar las gracias por querer leer esta novela, tiene cosas diferentes al resto y espero que os guste. Ser sinceros y si es posible comentar sobre ella porque los comentarios siempre vienen bien para mejorar, si es que es el caso*

Él:

Y ahí estaba ella, en la pista, bailando entre la gente. Tan fugaz como un suspiro. Tan bella como un ángel. Tan radiante como una estrella. Su nombre retumbaba una y otra vez en mi cabeza. Laia.


Ella:

Me acerqué a la barra para tomar algo, sentía unos ojos encima de mi, pero no le di importancia.

- Señorita Laia, ¿verdad?- preguntó el camarero.

- Sí, ¿cómo sabe mi nombre?- pregunté confusa.

- Le han invitado a una coca-cola. Aquel señor de allí.- dijo él señalando nada más y nada menos que a Mats Hummels.

Él me guiñó un ojo desde el otro lado de la barra.

- Supongo que él te habrá dicho como me llamo.- dije yo cogiendo la coca-cola.

- Sí, además, usted es conocida por aquí.- dijo el camarero.

Le sonreí y empecé a tomar mi coca-cola.

- Sé que es tu bebida preferida ya que no te gusta tomar alcohol.

Era la voz de Mats. Había susurrado en mi oído con un tono dulce y provocador. Me atraganté un poco con la coca-cola.

- Creía que la que tenía que leer entrevistas e investigar era yo, no tú.- dije siguiéndole el juego.

- Hay muchas cosas sobre mi que no sabes.- dijo con su tono provocador.

- Un chico misterioso, esto tiene buena pinta.- dije acercándome a él.

Estábamos tan cerca. Si quisiésemos nos podríamos besar y nadie se enteraría de nada. Y a pesar de la música alta, podía escuchar su corazón latir y le delataba, iba demasiado deprisa.

Soltó una risita y se apartó un poco.

- Laia ven a bailar.- dijo Natalia. Una amiga, ella tenía de novio a Koke. La mayoría del tiempo se lo pasan debajo de las sábanas. Ella también es periodista deportiva como yo.

- Aunque te vayas, no pienso quitarte el ojo de encima.- dijo Mats. Seguía provocándome.

Le miré mientras iba caminando hacia la pista y me estaba mirando el culo, nada más y nada menos que Mats Hummels.

- ¿Has visto que Mats Hummels me ha invitado a una coca-cola, me ha provocado y me ha mirado el culo? ¿O me lo he imaginado?- le pregunté a Natalia.

- No te lo has imaginado, ha sucedido.- respondió ella tranquila.

¿Pero cómo puede estar tranquila? Ah, claro, ella se pasa el día en la cama con Koke…

- Me está mirando.- le dije a Natalia.

- Es lo que tiene gustarle a un chico.- dijo ella.

Volví a la barra a por otra coca-cola.

- Te mueves muy bien.- dijo Mats susurrando en mi oído.

- Seguro que no sabías que me movía tan bien.- dije entrando al juego.

- Chica, eres un misterio.- dijo él.

- No más que tú.- dije seductora.- Vamos a bailar, no te quedes ahí parado.- le dije a Mats  cogiéndole de la mano y tirando de él hacia la pista.

- Un bailecito y le tienes ya rendido.- dijo Natalia.

- No me voy a acostar con él.- dije.

- Eso ya lo veremos.- dijo ella.

- ¿Por qué?- pregunté.

- Porque es tu tipo.- contestó ella.

- Que sea mi tipo, no significa que me vaya a acostar con él.- dije.

- Parece mentira que aún te creas eso.- dijo ella riéndose.

- ¡Koke!- exclamó ella.

Koke besó apasionadamente a Natalia. El amor apasionado en su mayor esplendor.

- Oye Laia, nos vamos, te dejo con Mats.- dijo Natalia guiñándome un ojo.

- Creo que nos hemos quedado solos.- dijo Mats.

- Tiene toda la pinta, ¿no?- dije yo riéndome. Él soltó una pequeña risita.

- Me encanta cuando te haces la graciosa.- dijo él.

- ¿Por qué? ¿A caso ninguna chica ha sido capaz de hacerte reír chico duro?- pregunté.

- Creo que esta conversación hay que seguirla en un lugar más tranquilo. ¿Vamos a la azotea?- preguntó Mats.

- Yo también lo creo.- respondí.

- ¿Me permite coger su mano señorita Laia?- preguntó riendo.

- Con mucho gusto, señor Mats.- contesté riendo.

Fuimos a la azotea de la discoteca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario