domingo, 24 de agosto de 2014


                        Sube la temperatura 

                                                     Capítulo 15 

*Holaaa, al final no me voy hoy, pero pronto me voy a ir, hoy os traigo el capítulo 15, espero que os guste y que no os vengáis muy arriba porque lo que viene es muy fuerte. Jajaja ¡Gracias por leer!*

- No perdamos tiempo.- le susurré a Laia.

Ella asintió y caminamos más deprisa para llegar a la habitación.

- Ahora ya puedes tener todas las erecciones que quieras porque voy a poder complacerte.- dijo Laia riendo.

Besé sus suaves labios y susurré cerca de ellos:

- ¿A qué esperas para provocarme una?- pregunté excitado.

Ella empezó a besar mi cuello, a desnudarme y yo a desnudarla a ella. Fue bajando con sus besos por mi cuerpo.

- Sabes como provocar erecciones, señorita Laia.- dije riendo.

Apoyé mi mano en la parte baja de su espalda y fui recorriendo su espalda con mi mano, acariciándola, sintiendo su piel.

- Tú sabes excitarme, señor Mats.- dijo ella sonriendo.

Su sonrisa radiante.

- Me excita que me llames señor Mats, suena a jueguecito erótico.- dije riendo.

- ¿Quieres un jueguecito erótico?- preguntó ella.

- ¿Por qué no?- le guiñé un ojo.- He sido un niño muy malo, me merezco unos azotes.- dije riendo.

Y sucedió, jugamos a azotarnos.

La pasión inundó la noche y nos perdimos entre besos y caricias.

- Deberíamos ir a comer.- dije susurrando en su oído mientras le hacia caricias en su pelo.

Narra Laia:

Este hombre es increíble, pensé mientras que le miraba comer.

- ¿Qué me miras?- preguntó Mats.

Reí.

- ¿Me he manchado?- preguntó él preocupado.

- No, no es eso. Es que estás hasta guapo comiendo.- dije sonriendo.

- Te gusto hasta comiendo. Chica dura, te estás ablandando mucho.- dijo Mats soltando una pequeña risita.

- El chico duro si que se ha ablandado, que le han dejado azotarle.- dije riendo.

- Me excitas mucho, chica dura.- dijo él.

- Tanto que tienes que darte duchas cuando me he marchado porque has tenido una erección.- dije mordiéndome el labio.

- Estás atenta a todo, señorita Laia.- dijo Mats.

- ¿No quieres que me de cuenta teniendo en cuenta lo que tienes entre las piernas?- pregunté siendo divertida.

- Sé que te excita lo que tengo entre las piernas.- contestó él sonando arrogante.

Reí.

- La comida está deliciosa.- dije.

- Hemos tenido suerte con este restaurante.- dijo Mats sonriente.

Volvimos al hotel y nos dimos un baño en la piscina.

- ¿Y si aparece alguien?- pregunté.

- Amigos, aunque no creo que mis compañeros se lo vayan a creer.- contestó él soltando una risita.

- Quiero mantener esto en secreto aunque para Natalia ya no lo es, pero tampoco quiero estar escondiéndome todo el rato.- dije.

- Vamos a llevar esto lo más normal posible.- dijo él sonriente.

Sonreí.

- ¿Subimos arriba?- preguntó Mats provocándome.

Asentí.

- Eres tan seductora sin querer serlo.- rió Mats.

Empezó a besar mi cuerpo, fuimos desnudándonos poco a poco.

- Parece ser que por hoy no quedaste satisfecha.- dijo Mats.

- Contigo siempre quiero más.- dije riendo.

Besó mi cuello y susurró en mi oído:

- Voy a hacerte gritar, preciosa.- hizo una pausa- voy a darte todo el placer que andas buscando.

Y nos perdimos entre el placer y el calor de dos cuerpos uniéndose.

No hay comentarios:

Publicar un comentario