¿Alguna vez has visto una foto de tu ídolo y has sonreído tanto que te has sentido idiota? Cuando era pequeña mi madre me dijo que un chico me haría llorar, pero jamás pensó que sería un equipo de fútbol. La distancia no es un problema si las ganas de cumplir tu sueño es mayor. No existen límites para soñar. No pido que admires a quien yo admiro, pero si que le respetes. Mis héroes no llevan capa ni máscara, solo se dedican a algún deporte.
miércoles, 13 de agosto de 2014
Sube la temperatura
Capítulo 3
*Hoy os traigo el capítulo 3, espero que os guste y que comentéis, si lo hacéis se agradece. Si tienen alguna duda en mi twitter o ask, graacias por seguir leyendo*
Buenos días, señor Mats. Como veo has conseguido mi teléfono. ¡Enhorabuena! Pero siento decirle que el resto de cosas no le van a resultar tan fáciles conmigo.
- ¿Qué le dijiste?- preguntó Natalia curiosa.
- Que el resto de cosas no le iban a resultar tan fáciles conmigo.- respondí.
Natalia levantó las cejas.
- ¿Qué?- pregunté molesta.
- Nada, nada.- contestó Natalia.
- Vamos, dímelo.- dije.
- Que es Mats Hummels, a él nada le resulta difícil.- dijo ella riendo.
Ahora la que suena arrogante eres tú, pero eso me gusta. Me estás retando y siento decirte que los retos me gustan y demasiado.
Al final va a ser esto divertido de seguirle el juego a Mats. Al menos me echaré unas risas.
Le escribí:
A mi me gusta retarte.
- ¿Y esa sonrisita?- preguntó Natalia.
- ¿Qué sonrisita?- pregunté.
- Oh vamos, no te hagas la tonta, sé que estás hablando con Mats.- respondió ella.
No dije nada.
- Te pillé, Laia. Un día y ya estás pillada por él.- dijo ella.
- No estoy pillada por él.- dije.
- ¿Y por qué le sigues el juego?- preguntó ella mirando mis mensajes con Mats.
- ¡No los mires! ¡No te interesa lo que hable con él!- grité.
La gente que había en el bar nos miró y me fijé en alguien a lo lejos, de pelo negro, ni muy largo ni muy corto, con algo de barba.
- ¿Ese de allí es Mats?- pregunté.
- Creo que sí.- respondió ella.
- ¿Y cómo sabe que vendría a desayunar a este bar?- pregunté.
- No lo sé, coincidencia.- contestó Natalia.
- Sé lo dijiste, te conozco.- dije enfadada.
- ¿Y?- preguntó ella.
- ¡Qué parece un acosador todo el día siguiéndome! ¡Qué le importará a él al bar que vaya a desayunar!- grité.
- Laia, tranquila. Sé lo dije porque él quería seguir hablando contigo en persona, no por mensajes a través del móvil.- dijo ella.- Además, hoy tiene el día libre ya que aún no ha empezado el Mundial, quedan 2 días y él no juega el primer día si no que juega el cuarto día.
- Sí y además su hotel no está lejos de aquí.- dije moviendo la cabeza.
- Mira como sabes cosas de él, eh, pillina.- dijo Natalia.
- Todos los periodistas sabemos en que hoteles se hospedan las selecciones.- dije.
- Yo no me acordaba del de Alemania y tú sí, no sé por qué será.- dijo Natalia riendo.
Resoplé y me acerqué a la mesa de Mats.
- ¿Así que acosándome?- le pregunté.
- ¿Así que volviéndote loca porque supuestamente te estoy acosando? Te diré que acosar a alguien sería lo último que haría, simplemente estoy siguiendo a una chica que me ha llamado la atención.- dijo él tan tranquilo.- Por cierto, estuve leyendo una entrevista tuya, estás soltera.- dijo él guiñando un ojo.
- Me resulta muy difícil creer que esto no es acoso.- dije seria.
- No te hagas la dura, aquí el chico duro soy yo.- dijo soltando una risita.
- No lo pareces diciendo que sigues a una chica que te ha llamado la atención y rebajándote tanto para pedirle a su amiga su número de teléfono.- dije cruzándome de brazos.
- En el fondo no soy tan duro cuando se trata de ti.- dijo él levantando las cejas.
- Parece que el chico duro no es tan duro.- dije regodeándome.
Se acercó a mi, puso su mano en mi pelo y lo acarició, sus manos eran tan suaves, después cogió mi mano como temiendo que me marchase y me susurró al oído:
- Puede que aquí no sea el chico duro que te piensas que soy, pero no sabes como me gusta ser en la cama.
Un escalofrió recorrió mi espalda y comencé a temblar. Él empezó a reírse.
- Espero que no te hayas asustado, el chico duro no quería eso.- dijo guiñándome un ojo y se levantó.- Ah, nos volveremos a ver, pero tranquila, no será a escondidas para que no pienses que soy un acosador.
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