jueves, 14 de agosto de 2014


                      Sube la temperatura 

                                       Capítulo 4 

*Hoy traigo el capítulo 4, espero que os guste. Lo subí más tarde porque me he levantado tarde, acabo de comer, etc. Si comentáis se agradece. ¡Gracias por leer!*

Volvíamos al hotel, el cual no estaba muy lejos del bar, teníamos que reunirnos con el resto de compañeros porque al mediodía íbamos a dar toda la información sobre el Mundial. Y bueno, a mi esta vez me había tocado ir al hotel de Alemania aunque no fuese un rival directo con España, pero es el que mejor sensaciones daba de cara al Mundial.

- Me ha dejado claro que quería acostarse conmigo, así que soy un capricho.- le dije a Natalia.

- ¿No puede tener ese tipo de deseo hacia a ti? ¿Tiene que ser un santo? Te sigue respetando porque no te ha metido mano.- dijo Natalia.

- No sé, Natalia. Todo es tan raro.- dije.

- ¿Y desde cuándo el amor no es raro?- preguntó ella guiñándome un ojo.

- Toma, aquí tienes la entrevista de hoy, Laia.- dijo una chica que era compañera nuestra, Bea.

Abrí la carpeta con la información y me quedé quieta como una estatua.

- ¿Qué pasa? Estás pálida.- preguntó Natalia.

- Me toca entrevistar a Mats.- dije.

- Será el destino.- dijo ella.

- ¿Has sido tú?- pregunté.

- No, esta vez no he sido yo y los únicos que sabemos todo somos tú, Mats y yo. Nadie más, lo prometo.- contestó ella.

- Será el destino como tú dices.- dije.

- Bueno, pues si el destino lo quiere así, corre, vamos, te espera una entrevista.- dijo Natalia empujándome hacia la puerta.

- A veces creo que quieres que me marche para dejarte en paz.- dije.

- ¡Mentira! Solo quiero lo mejor para ti, vamos, tienes que ir.- dijo ella.

Llegué al hotel donde se hospedaba Alemania y por lo tanto Mats estaba allí dentro, seguro que lo sabía porque al tener día libre le tenían que haber avisado de que tenía una entrevista.

- ¿Dónde se encuentra Mats Hummels? Vengo a una entrevista con él.- pregunté en la recepción del hotel.

La recepcionista me señaló un bar que formaba parte del hotel y entré. Allí estaba él. Con una amplia sonrisa por saber que quién le entrevistaría sería yo, se apartó varios mechones del pelo que caían sobre su frente y me guiñó un ojo. Él estaba encantado de que yo estuviese aquí y encima, solos.

Narra Mats:

Ya sabía que me entrevistarían, que sería una chica y que sería española, pero me esperaba que fuese cualquiera menos ella. Mientras caminaba hacia mi no pude reprimir mi sonrisa, aparté varios mechones de mi pelo que caían sobre mi frente y le guiñé un ojo.

- Lo primero de todo siento que en tu día libre tengas que hacer una entrevista, seguro que es lo que menos te apetece.- dijo ella con su dulce tono de voz.

- No me importa mientras que sea contigo.- dije sonando algo provocador.

- ¿Tú has pedido que sea yo quién te entreviste?- preguntó.

- No, de verdad que esta vez no he sido yo.- respondí siendo sincero.

- Pues será el destino.- dijo ella.

- El destino es sabio.- dije sonriendo.

Noté en sus manos un ligero temblor así que le cogí una mano y le dije:

- Tranquila, es tu trabajo así que no te lo voy a poner muy difícil.

Intentaba calmarla.

Ella esbozó una sonrisa.

Narra Laia:

Le hice varias preguntas a Mats, como veía a Alemania, a sus rivales y que sensaciones tenía de cara al primer partido contra Portugal y la última de todas:

- Si ganaseis contra Portugal, ¿a quién se lo dedicarías?

- A ti y luego te llevaría a bailar.- dijo Mats.- Pero tranquila, no hace falta que lo apuntes, apunta lo típico, que se lo dedicaría a mi familia, que estarían orgullosos de mi.

- Dijiste que no me lo pondrías difícil.- dije molesta.

- Y no lo he hecho, solo he dicho la verdad respecto a esa pregunta, pero no quiero que todo el mundo se entere, nuestros bailecitos son secretos, ¿prometido?- preguntó él.

- Prometido.- respondí riendo.

- Y ahora si me permites me gustaría invitarte a una coca-cola.- dijo él extendiendo la mano para ayudarme a levantarme.

Acepté su mano y asentí con la cabeza.

- ¿Ves como contigo no es tan difícil y al final acabas aceptando?

- ¿Me estás poniendo de chica fácil?- pregunté molesta.

- Para nada, pero es que todas se rinden ante Mats Hummels.- contestó él.

- ¿Así que un mujeriego?- pregunté.- Acabo de perder todo el interés.- dije.

- ¿Así que tenías interés? Pues siento decirte chica dura que para nada soy un mujeriego así que vuelve a retomar el interés.- dijo él.

- No me creo que no seas un mujeriego.- dije.

- Si de verdad fuese un mujeriego ya no estaría aquí, me hubiese ido con otra porque hubiese perdido todo el interés en ti.- dijo él retándome.

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