martes, 2 de septiembre de 2014


                       Sube la temperatura

                                        Capítulo 18 

Llegué al hotel y me estaba esperando Mats fuera.

- Vamos, todos me están esperando, quieren ver al goleador de esta noche.- dijo sonando arrogante.

- A veces te pasas de arrogante.- dije riendo.

- Porque puedo presumir.- dijo Mats.

Mats se pasó gran parte de la fiesta aceptando las felicitaciones de todos por su gol y hablando con un montón de personas que yo desconocía así que me harté de estar de pie sonriendo a todos y asintiendo con la cabeza y me fui a la barra. Estaba bien que Mats me hubiese presentado como su acompañante esta noche, pero no soportaba este tipo de cosas.

- ¿Abrumada?- preguntó nada más y nada menos que Manuel Neuer.

- Un poco.- respondí siendo sincera.

Le pedí una fanta de naranja al camarero.

- Has pedido una fanta, no debe de ser bueno ya que siempre te gusta pedir coca-cola.- dijo Manuel sonando amable.

- Mats debe de hablaros mucho de mi.- dije sonando amable.

- Está como loco contigo.- dijo Manuel.

Narra Mats:

Todos estaban muy pendientes de mi y no me podía escapar un rato con Laia. Ella se cansó de estar recibiendo felicitaciones y sonreír a personas que no conocía y se marchó a la barra. Me dolía no poder atenderla como me gustaría.

Narra Laia:

- Ahora no parece que esté como loco conmigo, está como loco por ser el goleador de esta noche.- dije.

- No se lo tengas en cuenta, él quiere estar aquí contigo, pero no le dejan, tiene que atender a todas esas personas, a todos nos ha pasado alguna vez, pero es tu primera vez y no estás acostumbrada, lo comprendo. Así que relájate y disfruta de que tu novio hoy sea el más buscado.- dijo Neuer.

- Gracias por el consejo Manuel.- dije sonriéndole.

Mats me abrazó por la espalda y me dio un beso en la mejilla.

- Ahora el estrecho eres tú.- dije riendo.

- ¿No querrás que te bese con tanta gente delante, señorita Laia?- preguntó él.

- Nuestros secretos mejor que permanezcan siendo secretos.- respondí.

- Me voy, es mejor que estéis solos el tiempo que podáis.- dijo Manuel siendo cordial.

- ¿Quieres subir?- me preguntó Mats.

- ¿Podrás escaparte?- pregunté emocionada.

- Vamos a intentarlo. Señorita Laia, quiero disfrutar de ti.- dijo susurrando en mi oído.

Salimos del bar del hotel, nadie nos llamó la atención, subimos por el ascensor y llegamos a la habitación de Mats sin que nadie nos viese.

- ¡Misión conseguida!- exclamó Mats.

- Me excita saber que abajo hay miles de personas buscándote y de que pueden pillarnos.- dije seductora.

Mats me agarró por la cadera y me levantó.

- Entonces esta noche va a haber mucha pasión.- dijo Mats y besó mis labios.

Empezamos a desnudarnos, él me lleno de besos, acarició cada parte de mi cuerpo como si fuese suya. Yo besé cada parte de su cuerpo

- Soy toda tuya, Mats.- dije.

- Te gusta que te dominen.- dijo él riendo.

- No más que a ti.- dije besando su cuello.

Y nos perdimos en la noche, en el calor de dos cuerpos juntándose, sintiendo la excitación de que podían pillarnos.

- Buenos días, eres toda mía.- dijo Mats con una sonrisa de oreja a oreja.

- Buenos días, eres todo mío.- dije sonriendo.

- Ayer me mandaron un mensaje de que al final hoy tenemos el día libre, a Joachim le ha costado darnos el día libre.- dijo él.

- Entonces yo también tengo el día libre.- dije guiñándole un ojo.- Tengo que mandarle un mensaje a Natalia para que sepa que estoy bien.

Le mandé el mensaje a Natalia:

Finalmente voy a pasar el día con Mats ya que tiene el día libre y por lo tanto, yo también. Ya sabes que cuando Alemania tiene día libre, yo también tengo día libre, así que  no te preocupes estaré con Mats después de otra gran noche.

A los pocos minutos recibí un mensaje:

Pásalo bien, pillina y repite lo de esta noche. Ya me contarás.

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