miércoles, 17 de septiembre de 2014


                         Sube la temperatura

                                                            Capítulo 33

*¡HOLAAA! Siento subir un poco más tarde de lo habitual pero estuve estudiando y adelantando cosas para clase, pero ya estoy aquí y hoy os traigo el capítulo 33, espero que os guste y en unos minutos os subo post de gifs y fotos y ya empiezan a ser en Fiji :3 Y bueeeno disfrutar que para mi los capítulos de Fiji son de los que más me gustan, bueno, a mi en general me gusta todo lo que sea escapar de la rutina porque a veces agobia. Si tenéis alguna duda en mi ask o twitter que lo tenéis a la derecha. Y ya tengo pensadas mis próximas novelas: las dos del mismo estilo que esta sobre Erik Durm y Cesc Fàbregas. Tengo que empezar a escribir aún pufff  cuando tenga un ratito libre pero bueno mientras queda mucho sobre esta. Ah y el viernes voy al cine y el domingo de cumple, el domingo por la mañana seguramente sea cuando suba cap y el viernes me lo tengo que pensar u.u De todas formas por twitter aviso, ya sabéis. Besos <3*

Narra Laia:

- ¿Cuánto tiempo vamos a estar en Fiji?- pregunté.

- Una semana, después volveremos a España para que pueda conocer a tu familia, descansaremos allí y volveremos a Dortmund después de una semana y unos pocos días. De Dortmund iremos a mi ciudad, Bergisch Gladbach y conocerás a mi familia.- respondió Mats.

- Tengo muchísimas ganas de irme a Dortmund contigo.- dije.

- No te imaginas las ganas que tengo yo de que vengas a vivir a la misma ciudad que yo.- dijo Mats.

Fuimos de nuevo a la playa, estuvimos buceando y viendo corales, peces, plantas marinas, etc.

- Todo de este lugar es tan bonito.- dije.

El sol empezó a ponerse.

Mats me rodeó la cintura por detrás y nos quedamos allí, entre las aguas cristalinas del mar, mirando la puesta de sol, abrazados, queriéndonos porque ahora solo existíamos él y yo.

Llamé a mis padres para contarles como lo estaba pasando mientras nos dirigíamos a un chiringuito que había en la playa para cenar.

- Sí, lo estoy pasando bien, mamá.- dije.

- ¿Y te está tratando bien?- preguntó mi madre.

- Sí, mamá. Es un gran chico, cuando le conozcas seguro que te quedas más tranquila.- contesté.

- Te paso a tu padre.- dijo ella.

- Vale, un beso mamá. De verdad que no te preocupes.- dije.

Se puso mi padre al teléfono.

- Sí, papá. Todo está bien, lo estamos pasando bien, me está tratando bien.- dije.

- He buscado información sobre él, por suerte no tiene antecedentes o eso dice la prensa y he hablado con Natalia, a ella le parece buen chico y le conoce.- dijo mi padre.

- ¡Papá siempre igual! Pues fíate de Natalia porque sabe bastante bien como es, ella le ha conocido.- dije.

- Me fío, me fío, pero aún así no estaré tranquilo hasta que le conozca.- dijo él.

- Papá… Hasta yo he asumido que lo que me pasó con Javier fue duro, que fue un caso diferente, que tengo que seguir adelante y creer en esto del amor y creo que con Mats no me equivoco. Además, a todos Javier nos pareció un chico increíble, pero se juntó con quien se juntó y bueno.- dije.

- ¿Y si vuelve a pasar?- preguntó él.

Mats me abrazó y me dio un beso en la mejilla izquierda. Esto me hizo estar más tranquila.

- Mats no es como Javier, tiene los pies en el suelo, su familia le hace ser así, por su aspecto te puede parecer arrogante, pero para nada lo es.- dije intentando tranquilizar a mi padre.

- Sabes que tengo miedo y no lo puedo remediar.- dijo él.

- Tengo que arriesgarme, no puedo vivir con miedo. Además, no podrás protegerme de por vida.- dije.

- Lo sé. Bueno, pásalo bien y si tienes algún problema ya sabes como actuar.- dijo él.

- Sí, papá. Adiós, un beso.- dije.

Colgué el teléfono.

- Mírame, Laia.- dijo Mats y me giró para que me quedase frente a él.- Comprendo que tengan miedo, pero les haré ver que conmigo no tienen porque tenerlo. Yo te quiero y no te haría lo que te hizo ese capullo.- dijo Mats, algunas lágrimas rodaron por sus mejillas.

- Lo sé, Mats. Yo también te quiero y lo he superado. Me estoy volviendo a arriesgar, pero es duro también para mis padres. Encima, les dije de un día para otro que me iba contigo y se preocuparon más.- dije.

- Tranquila, no te voy a hacer nada. Bueno, sí, pero sientes placer no dolor.- dijo Mats riendo.

Reí.

- Es hora de cenar.- dijo él.

Cenamos en el chiringuito un risotto y de segundo pinchos morunos.

De camino al hotel, llamé a Natalia.

- ¿Qué tal todo con Mats? ¿Mucho movimiento en la cama?- preguntó ella riendo.

- Todo bien, mejor aún en la cama.- dije riendo.- ¿Y tú con Koke?- pregunté.

- Sabes que nos va perfectamente, mejor aún en la cama.- dijo ella riendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario