¿Alguna vez has visto una foto de tu ídolo y has sonreído tanto que te has sentido idiota? Cuando era pequeña mi madre me dijo que un chico me haría llorar, pero jamás pensó que sería un equipo de fútbol. La distancia no es un problema si las ganas de cumplir tu sueño es mayor. No existen límites para soñar. No pido que admires a quien yo admiro, pero si que le respetes. Mis héroes no llevan capa ni máscara, solo se dedican a algún deporte.
viernes, 19 de septiembre de 2014
Sube la temperatura
Capítulo 35
*Buenaaas. Como os dije hoy iba a subir capítulo al mediodía porque esta tarde me voy al cine y bueno, llevo ya subiendo 1 mes y 5 días capítulo, aww estoy contenta por ello, no os he fallado ningún día y me alegro muchísimo. Bueno, espero que disfrutéis y en unos minutos tenéis el post de fotos y gifs. Besos <3*
Era el segundo día que pasábamos en Fiji, 18 de Julio.
- Buenos días. ¿Hoy te encuentras mejor?- preguntó Mats.
- Buenos días. Sí.- respondí sonriendo.
Besé su cuello y susurré:
- Te tengo muchas ganas.
Él susurró a mi oído:
- ¿De verdad te sientes bien para hacerlo?
Asentí.
- Estoy preparada, me siento bien y ningún gilipollas de mi pasado puede arruinarme el presente y futuro que tengo y que voy a tener contigo.- dije en su oído.
Él sonrió. Me besó en los labios, bajo por mi cuerpo desnudándome y yo reí. Le quité su camiseta del pijama y besé su torso desnudo. Quedamos completamente desnudos.
- Eres preciosa.- dijo él mirándome.
Eso hizo sonrojarme.
Acabamos perdiéndonos entre los rayos cálidos que entraban por el gran ventanal que teníamos en la habitación de nuestro hotel.
Nos levantamos y tomamos un desayuno bastante elaborado como el del día anterior.
- Esta experiencia está siendo una de las más bonitas de mi vida junto con el Mundial y solo llevo dos días aquí.- dije sonriente.
- Es lo que tiene estar con Mats Hummels.- dijo él riendo.
Yo reí.
Narra Mats:
Mientras que desayunábamos no podía dejar de mirarla. Era preciosa con sus pequeños defectos. Era maravillosa con todos sus defectos. Estaba realmente enamorado y no podía dejar que nadie la hiciese daño. No podía permitir que nadie volviese a dañarla como había hecho el capullo de Javier. Tenía que quererla, protegerla y cuidarla. Ella era ahora una de las personas más importantes de mi vida. Me encantaba cuando sonreía, tenía la sonrisa más bonita.
Nos vestimos y nos fuimos a dar un paseo por la playa agarrados de la mano. Aprovechamos también para surfear, nos caíamos la mayoría del tiempo, nos costaba ponernos de pie, nos arrastraban las olas pero estábamos aprendiendo, para otra vez ya cogeríamos algunas olas.
- Aún estoy pensando como agradecerte todo esto.- dijo ella.
- Ya lo has hecho, con tu presencia tanto despierta como dormida, las veces que nos acostamos, todo eso es tu agradecimiento, lo mejor que puedes hacer por mi.- le dije.
Una lágrima rodó por su mejilla.
- Tendrás tus defectos, pero eres perfecto a tus maneras.- dijo ella.
La rodee con mis brazos. Ella empezó a sollozar y la abracé fuerte.
- Sé que son lágrimas de felicidad, pero no llores.- dije.
- Tienes instinto de protección.- dijo ella soltando una risita.
- Contigo sí, no quiero que un capullo vuelva a arruinarte la vida.- dije.- ¿Y qué te hacía? ¿Cuándo cambió?- pregunté con miedo.
- Sin miedo, Mats. Puedo contarlo. Todo empezó un año antes de acabar con nuestra relación. Él se juntaba con otra gente, machistas, bebían, fumaban porros. Él empezó con que yo era puta, cuando seguramente él fue el infiel, él empezó a pegarme.- una lágrima se deslizó por su mejilla.- A insultarme, todo eso, yo no hice nada en unos meses, tenía miedo de contarlo, al final se lo dije a Natalia porque ella me notaba rara, a mi hermana un mes después, a mis padres se lo contó Natalia, le denunciamos, le dejé, los primeros meses seguía acosándome, por eso me molestó tanto que supuestamente me acosases y al final, no me hizo nada, él empezó con otra chica, le pasó lo mismo que a mi, fui al juicio junto con la otra chica. Ella incluso estuvo en el hospital, hubo suficientes pruebas y fue a la cárcel. Yo intenté otra relación, pero ya sabes que no dio resultado.- dijo ella.
La abracé fuerte.
- Nada de eso te pasará conmigo y lo sabes.- le susurré en el oído.
Tras caminar un largo rato callados, empecé a cantar:
- Soy tu papasito Mats Hummels y vengo a provocarte, quiero llevarte a otra parte para acariciarte, yo la ropa quitarte y después conquistarteeee.
- ¿Qué cantas Mats?- preguntó ella riendo.
- Lo que ocurrió en nuestra historia y quería hacerte reír.- dije riendo.
- Es verdad. Nuestra historia fue por ese orden. Me provocaste, me llevaste a la azotea, me acariciaste, te acostaste conmigo y acabaste conquistándome.- dijo ella riendo.- Bonita canción, Mi papasito Mats Hummels.- dijo ella riendo.
Le guiñé un ojo.
- Sé que te vuelve loca la canción.- dije riendo.
- Tanto como tus abdominales.- ella rió.
- Te gusta besarlos y acariciarlos. Además, son solo tuyos.- reí.
- Solo míos.- dijo ella relamiéndose.
- Esta noche volverán a ser solo tuyos.- dije guiñándole un ojo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario