lunes, 22 de septiembre de 2014


                         Sube la temperatura 

                                                          Capítulo 38

*Holaaa!! Sé que llego un poquito tarde. Sorry, sorry, pero mi ordenador casi decide dejarme sin subir capi porque casi se rompe mi cargador :c Pero bueno ya estoy aquí, ahora en un momentito os subo post de fotos, graaaacias por leeer!! Y espero que disfrutéis de este capi 38 que seguro que es uno de los que más plofff porque no tiene mucha chicha ya que están con el problema de Caty. Besos <3*

Llamé a Natalia y le conté todo.

- Hay que ser hija de puta para hacer cosas como esas.- dijo Natalia.

- No lo sabes tú bien.- dije.

- Menos mal que soy la primera novia de Koke y que él es mi primer novio y no hay ningún problema.- dijo ella.

Natalia y Koke llevaban saliendo 5 años, desde lo 17 hasta los 22. Habían pasado de la primera vez en el sexo a estar todo el día en la cama.

- Tengo que dejarte. Mats está algo nervioso.- dije.

- Hablamos más tarde o ya mañana. Adiós.- dijo Natalia.

- Adiós.- dije despidiéndome y colgando.

Abracé a Mats con fuerza.

- No podemos permitir que esa idiota y que los paparazzi nos arruinen las vacaciones.- dije.

Mats asintió.

- Perdóname, voy a intentar disfrutar.- dijo él.

- Nada de intentar, vas a disfrutar.- dije sonriéndole.

- Gracias, en serio.- dijo Mats.

- Nada de dar las gracias. Tus pequeños gestos cada día son como un gracias para mi.- dije sonriéndole.

Él sonrió.

- Si tengo que darte las gracias, sobre todo por aparecer en mi vida.- dijo Mats.

Sonreí. La abracé fuertemente.

- ¿Vamos a la playa?- preguntó él.

- Solo si te sientes bien.- respondí.

- No podemos dejar que nos arruinen las vacaciones.- dijo él.

Nos pusimos rumbo a la playa. Mats me agarraba por la cintura.

- Cuando dejaste a Caty fue porque te diste cuenta de que solo le importaba el dinero y la fama, ¿no?- pregunté.

- Sí, estuve mucho tiempo cegado, quería ver algo que no era verdad.- dijo él.

- Me gusta tu camiseta.- dije riendo.

- Soy todo un señor, ya lo sabes.- dijo él riendo.

Mats llevaba una camiseta con un muñequito con bigote y sombrero en la cual ponía: I’m a sir.

- Cuando tenga un hijo le voy a comprar una camiseta que pondrá en inglés: “¿piensas que yo soy adorable? Tendrías que ver a mi padre”- dijo Mats soltando una risita.

- Para no perder la costumbre de ser arrogante.- dije riendo.- ¿Y cuándo tengas una hija?- pregunté.

- Una para su madre, que ojalá seas tú.- dijo él.

- Así que soy adorable.- dije.

- No lo sabes tú bien.- dijo él riendo.

Mats y yo fuimos a un acantilado y miramos el mar desde allí. Estaba atardeciendo. Apoyé mi cabeza en su hombro.

- Quiero tener hijos contigo.- dije mirando hacia el horizonte.

- Te estás arriesgando mucho, chica dura.- dijo él riendo.

- Tú también te arriesgaste antes al decirme que ojalá yo fuese la madre de tus hijos.- me giré quedándome frente a él y miré sus ojos color café.

- Pero espero que nunca perdamos la magia del principio, cuando se pierde y ya no hay esperanza de recuperarla, es cuando se acaba todo.- dijo él mirando mis ojos color miel.

- Prometo conquistarte durante los días que me queden de vida.- dije sonriendo.

- Prometo seguir conquistándote durante los días que me queden de vida.- dijo él sonriendo y me besó.

Su boca sabía dulce, un beso dulce, sin ninguna otra intención más que el beso.

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