sábado, 27 de septiembre de 2014


                       Sube la temperatura

                                                         Capítulo 43 

*¡Holaaa! Voy a irme en cero coma xd Así que os subo el capítulo 43, espero que os guste y ahora os subo post de fotos. Si tenéis dudas o si queréis comentar algo conmigo, ya sabéis. Besos <3*

Comimos en el barco algo de fruta, avena, empanadas y poco más ya que no pudimos traer nada cocinado como carne o pescado. El hotel se había molestado mucho en tener comida mediterránea para nosotros al igual que varios chiringuitos y bares de la zona, pero no solo para nosotros si no para varios turistas mediterráneos que vinieron durante estos días.

Tras acabar el paseo en barco, volvimos al hotel. Yo estaba ansioso porque sabía la gran sorpresa que le esperaba a Laia, se lo debía después de cumplir un mes.

Narra Laia:

Al abrir la puerta de la habitación noté que olía como a rosas, me resultaba raro, la habitación nunca olía así, estaba perfumada de otro modo, pero al pisar los pétalos de rosa roja sabía por qué olía así, habían perfumado la habitación para la ocasión y decorado para lo mismo. Había un camino de rosas hasta la cama, en ella había sábanas de seda blanca y un picardías muy sexy encima de la cama, el picardías era de color rojo, sobre la cama caía una tela blanca también de seda y el cabecero tenía unos lazos en color rojo. En las mesillas había unas velas perfumadas, lo que hacía que la habitación oliese así.

- Hoy, este es nuestro templo del amor.- dijo Mats en un susurro por detrás de mi.

Me giré y le vi ahí, de pie, con las manos en el bolsillo, el pelo alborotado, como tanto me gustaba a mi y sonriendo de oreja a oreja.

- ¿Cuándo lo has preparado?- pregunté.

- La idea ha sido mía, pero quiénes lo han preparado han sido las asistentas del hotel.- contestó él.- Póntelo.- dijo señálando con la cabeza el picardías.

Me sonrojé.

- Rojo, para encajar perfectamente con el decorado.- dije riendo.

- Pero la diferencia es que tú no eres decorado, tú eres la protagonista en esta noche.

- Por nuestro primer mes, ¿cierto?- pregunté.

Él asintió.

Fui al baño y me quedé con la boca abierta, también habían llenado el jacuzzi, le habían puesto espuma, algunas velas y pétalos de rosas.

- Póntelo, sales para que te vea y al jacuzzi.- dijo él guiñándome un ojo.

Me puse el picardías. Estaba alucinando con la idea tan romántica y picantona que había tenido Mats.

Salí del baño para que me viese y en cuanto me vio, su amiguita se excitó. Solté una pequeña risita. También llevaba unos tacones puestos. Caminé por la habitación intentando parecer una modelo.

- La primera vez que te vi en persona pensé que perfectamente podrías ser una modelo, la tercera vez en aquella entrevista al verte marchar me lo pareciste aún más al verte marchar desfilando.- dijo él.

- Yo nunca desfilo.- dije.

- Tú crees que no, pero lo haces sin darte cuenta.- dijo él levantándose y acercándose a mi.

Me apretó contra su cuerpo. Sentí a su amiguita acechar y no pude evitar soltar una risita. Nos desnudamos mientras íbamos camino del jacuzzi. Nos metimos los dos juntos y me coloqué encima de él. Él y yo fuimos uno entre la espuma que había en el jacuzzi. Después de disfrutar en el jacuzzi fuimos corriendo hasta la cama donde seguimos con nuestros jueguecitos. Clavé suavemente mis uñas en su espalda, reí y el rió. Éramos uno entre tanto placer.

Narra Mats:

Desperté después de la mejor noche de mi vida y allí estaba ella, dormida, acaricié su pelo y ella se despertó, lo primero que dijo fue:

- La mejor noche de mi vida, sin duda.

Sonreí mientras que seguía acariciando su pelo.

- La mía también.- pronuncié.

- Gracias, ha sido maravilloso.- dijo ella.

- Gracias a ti.- dije yo besando sus labios.

- Te quiero.- dijimos los dos a la vez y reímos.

Me quedaba menos de un día para terminar las vacaciones en Fiji. Disfruté de este día muchísimo. Primero desayunamos, lo hicimos de nuevo con la pasión que conteníamos de la noche anterior, fuimos a darnos el último baño a las aguas cristalinas de Fiji, nos besamos una y otra vez en ese precioso mar, comimos y de vuelta al agua, nos besamos una y otra vez, jugamos con las olas, buceamos a poca profundidad, vimos algunos peces de colores y corales, algún caballito de mar, vimos la puesta de sol de Fiji por última vez, nos besamos mientras que el sol se escondía, cenamos en el restaurante del hotel y volvimos a perdernos una vez más entre la oscuridad que inundó Fiji. Esta vez era la última vez que nos perdíamos entre la noche de Fiji.

Narra Laia:

Mats nada más levantarse, llamó a su representante para saber que pasaba en Alemania y le dijo que por ahora Caty no se había pronunciado, pero que los medios sí y que habían dado por bueno nuestro mensaje y que no creían las palabras de Caty y si las nuestras, las cuales si eran verdaderas.

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