lunes, 15 de septiembre de 2014


                          Sube la temperatura

                                          Capítulo 31

*¡Buenas tardeeeeees! Hoy me apetecía cambiar el saludo jaja Estoy cansada porque tuve deberes, que asco de verdad jaja Pero estoy feliiiiiiz porque salió el trailer de Sinsajo parte 1 y asfghdjhgfghj por lo que os subiré post de gifs y fotos más tarde. Pero también estoy super feliz porque cada vez tengo más visitas. Ya pasan de 4520 y es increíble y comentarios que recibo que son *-* NUNCA, en serio, NUNCA, pensé que os iba a gustar tanto. ¡Muchísimas gracias por leer! Y si queréis dejar algún comentario en mi ask que acepto preguntas en anónimo lo tenéis a la derecha y si queréis podéis decírmelo en mi twitter también lo tenéis a la derecha :3 Y bueno hoy os traigo el capítulo 31, ya van a Fiji, espero que os gusten las vacaciones que tienen y tengo que subiros un post de información así que nada. Hoy tres post contando con el capítulo jaja <3*

Narra Mats:

Acaricié su pelo y la dije que la quería antes de dormirme. Después recuerdo escuchar su respiración y su corazón latir. Más tarde, quedé dormido mientras rodeaba su cintura con mi brazo.

Me desperté y allí estaba ella. Dulce y tranquila. Durmiendo protegida por mi. Cuidada por mi. Sonreí y le di un beso en la mejilla que hizo que se despertara. Desayunamos tostadas con mermelada y un café para despertarnos. Eran las 8 y nuestro vuelo salía a las 10, así que cogimos nuestras maletas y nos fuimos al aeropuerto para facturar.

Laia llamó a sus padres porque llevaba más de un mes sin verles, les contó todo lo que ocurrió, bueno, todo todo no, pero sí que me había conocido, que había empezado una relación conmigo, que se iba a las Fiji y que cuando volviese me presentaría a su familia.

Narra Laia:

Llegamos a Fiji, concretamente a Nasinu, no es la capital de Fiji, pero si es la ciudad más poblada de Fiji, esta ciudad se encuentra en la isla Viti Levu. Viti Levu es la isla más grande de Fiji. Tardamos 9 horas en llegar a Fiji y había 10 horas de diferencia respeto a España. Allí eran las 5 de la mañana del día 17 de Julio. Fuimos al hotel que estaba enfrente de la playa. Era lujoso y tenía unas vistas increíble. Mis padres estaban contentos porque hubiese encontrado a alguien como Mats. Ellos les contarían a mi hermana sobre Mats y mi relación con él.

- Esto es precioso.- dije abrazándome a Mats mientras que mirábamos a través del amplio ventanal que teníamos en nuestra habitación.- Por cierto, tengo una hermana, nunca te lo he dicho.- dije riendo.

- No pasa nada, ¿la conoceré cuando vayamos donde tus padres?- preguntó él.

- Sí, estará allí con su novio, ella tiene un año menos que yo, por lo tanto 23 años tiene. Se llama Marta, mis padres Fernando y Alba.- respondí.

- Yo tengo un hermano, cuando vayamos a Alemania conocerás a mis padres, se llaman Ulla y Hermann y a mi hermano. Él se llama Jonas, tiene 23 años, el 5 de Agosto hace 24 años. También tiene novia.- dijo él.

Llamé a Natalia y le conté lo bonito que era todo esto.

- Vamos a dormir, mañana ya saldremos a pasear y lo que surja.- dijo Mats agarrándome por la cintura y llevándome hacia la cama.

- Hoy no, Mats. Estoy cansada.- dije.

- No, hoy no. Yo también estoy cansado.- dijo él.

Sonreí.

Al despertarme, a los pies de mi cama había un desayuno muy bien preparado. Fruta, un zumo, un café, unos bollos, tostadas, galletas… Al lado del desayuno estaba Mats con una sonrisa. Su radiante sonrisa. Me encantaba verle sonreír.

- ¿Todo para mi?- pregunté.

- Sí, yo ya he desayunado.- contestó aún sonriendo.

Desayuné, empezando por el zumo y las tostadas, siguiendo por los bollos, las galletas y el café.

- Ven aquí, precioso.- dije y le besé el cuello a Mats.

Mats besó mi cuello. Fui besando su cuello poco a poco. Desnudándonos poco a poco. Nos unimos entre el sudor y el deseo que nos producía Fiji.

- Sigues siendo igual de salvaje en la cama.- dijo Mats.

Reí.

- Tú tampoco cambias.- dije sonriéndole.

Mats besó mi mejilla.

- Te quiero.- dijo él.

- Te quiero.- dije.

- ¿Vamos a la playa?- preguntó él.

Me levanté de la cama y tiré de su brazo.

- Estamos tardando.- dije.

Mats me miró de arriba abajo, me gustaba cuando observaba mi cuerpo con deseo.

- Ya voy.- dijo él sonriendo.

Me acerqué a él, enredé mis dedos entre su pelo, su pelo alborotado, pero con su color habitual, negro. Sonreí frente a él, él sonrió. Amaba cuando él sonreía como un enamorado. Le besé. Sonrisa sobre sonrisa.
Nos vestimos y fuimos a la playa agarrados de la mano. Dimos un largo paseo hasta que decidimos dejar las toallas en un lugar y correr hacia el agua.

- Es un lugar precioso.- le dije a Mats.

- Y me gusta disfrutar de este lugar contigo, señorita Laia.- dijo Mats.

Nos besamos entre las aguas cristalinas y cálidas de las islas Fiji.

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