jueves, 4 de septiembre de 2014


                        Sube la temperatura 

                                              Capítulo 20

*Holaaa, os traigo el capítulo 20 espero que os guste, ¡y graaacias por leer!*

Reí.

Laia empezó a salpicarme.

- Así que quieres guerra, ¿eh?- dije.

Corrí tras Laia por la playa y la levanté por el aire mientras besaba su cuello. Le hice algunas cosquillas.

- ¡Para Mats, para!- exclamó Laia.

Solo reía y gritaba que parase, pero yo sabía que le gustaban.

Narra Laia:

Él sabía lo que me gustaba.

Nos tumbamos en la toalla y paró de hacerme cosquillas, me hizo un masaje en la espalda y posó su mano de nuevo en mi culo.

- Te ha gustado mi culo, eh.- dije riendo.

Apartó los mechones de pelo que caían sobre mi oído y susurró:

- Me encanta tu culo y no es ningún secreto a estas alturas, señorita Laia.- dijo siendo provocativo.

Reí.
.
Tomamos un rato el sol y decidimos irnos a comer a un chiringuito que estaba en la playa.

- La lasaña está buenísima.- dije saboreando la lasaña.

- Los canelones tampoco están nada mal.- dijo Mats relamiéndose.

- Prácticamente son lo mismo.- dije sonriendo.

Terminamos de comer nuestros platos y volvimos a la toallas.

- El sol calienta, eh.- dije.

- No más que tú.- dijo Mats con una sonrisita.

Besé su mejilla.

- Deja de hacerte la estrecha, ¡estamos saliendo!- exclamó Mats y luego se rió.

Besé sus labios apasionadamente y deslicé su mano hasta mi pecho.

- ¿Ahora quién se hace la estrecha?- pregunté.

- Desde luego que tú no.- dijo Mats riendo, pero estaba asombrado.

- Estoy saliendo contigo, me he acostado contigo, te beso siempre, no me hago la estrecha y no pretendo hacérmelo, si te doy un beso en la mejilla es porque quiero y no me hago la estrecha.- dije.

Él me besó en los labios y rodeó mi cintura.

- Te quiero.- dijo él mirándome fijamente a mis ojos color miel.

- Te quiero.- dije mirándole fijamente sus ojos color café.

- Eres preciosa. Te lo he dicho miles de veces, pero no me canso de mirarte.- dijo él.

- ¿Miles de veces solo? ¡Yo creo que van millones de veces!- expresé riéndome.

- Gracias por la oportunidad.- dijo él siendo sincero.

- No tienes nada que agradecerme.- dije besando la punta de su nariz.

- Me encanta cuando eres tierna.- dijo y también besó la punta mi nariz.

- ¿Volvemos al hotel?- preguntó él siendo provocador.

Me ayudó a levantarme extendiéndome la mano, recogimos las toallas y volvimos al hotel.

- Antes de nada, un chapuzón en la piscina.- dije corriendo hacia ella y tirándome de bomba.

Él me siguió y se tiró también de bomba.

Reímos los dos mientras que flotábamos en el agua.

Metí los dedos entre su pelo, entrelace mis piernas en su cadera mientras él hacía más fuerza para mantenernos a flote y le besé, le besé porque quería y porque podía.

- Ahora sí que podemos ir a la cama.- dijo Mats en mi oído.

Salimos de la piscina, nos secamos y nos envolvimos en las toallas hasta que llegamos a la habitación de Mats.

- Ahora será más rápido desnudarnos ya que solo llevamos los bañadores.- dijo Mats guiñándome un ojo.

Me quité la parte de arriba del bikini y le guiñé un ojo.

- Me encanta ver a tus amiguitas.- dijo Mats riendo.

- Y a mi me gusta ver como se excita tu amiguita.- dije riendo.


Terminamos desnudándonos, la pasión nos envolvió a los dos al igual que el sudor de dos cuerpos unidos.

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