¿Alguna vez has visto una foto de tu ídolo y has sonreído tanto que te has sentido idiota? Cuando era pequeña mi madre me dijo que un chico me haría llorar, pero jamás pensó que sería un equipo de fútbol. La distancia no es un problema si las ganas de cumplir tu sueño es mayor. No existen límites para soñar. No pido que admires a quien yo admiro, pero si que le respetes. Mis héroes no llevan capa ni máscara, solo se dedican a algún deporte.
sábado, 20 de septiembre de 2014
Sube la temperatura
Capítulo 36
*¡Holaa! Estoy feeeeeliz. Tengo el domingo completamente libre de deberes y de estudiar y desde las cuatro de la tarde he tenido el sábado libre, ¡y qué bieeeen! Bueno os traigo el capítulo 36, espero que os guste. Y si tenéis alguna duda mi ask: criistina18 Mi twitter: _myhipsdontlie. De todas formas en la barra de la derecha tenéis los enlaces :) ¡Graaacias por leer! Feliz sábado <3*
Narra Laia:
Tras ser sincera con Mats y que él me hiciese reír con su canción inventada, fuimos a comer al restaurante del hotel y nos fuimos a bañar a la piscina del hotel.
- ¿Hoy me vas a hacer aguadillas?- pregunté.
No se lo pensó dos veces y me hizo una.
- No debería habértelo dicho.- dije cuando pude salir a la superficie enfadándome.
- Venga, no te enfades.- dijo Mats enredando su dedos en mi cabello y besándome.
- No puedo enfadarme contigo.- dije riendo.
- Soy Mats Hummels, soy irresistible.- dijo él riendo.
- A veces te pasas de arrogante.- dije aún riendo.
- Pero te encanta que yo me haga el arrogante.- dijo él.
- Señor Mats, tengo que admitir que sí, que su arrogancia me encanta.- dije.
- Y yo tengo que admitir, señorita Laia, que cuando usted saca su lado arrogante, a mi si que me encanta.- dijo él.
Como ahora estaba desprevenido, le hice una aguadilla. Me reí tanto que tuve que agarrarme a él para no hundirme lo que hizo que él me hiciese otra aguadilla. Él se rió.
- Me encantan nuestros jueguecitos, me excitan.- dije.
Él se acercó a mi y puso su amiguita junto a mi intimidad.
- ¿Así o más jueguecito aún?- dijo él susurrando en mi oído y besó mi cuello.
- Eres irresistible, Mats Hummels.- dije sonriendo.
- ¿Subimos?- preguntó él levantando las cejas.
Reí.
- Creo que estamos tardando.- respondí.
Nos secamos con las toallas y empezamos a correr hacia la habitación del hotel. Nuestra habitación tenía un salón al entrar con dos sillones grandes, una tele, una estantería con libros y con una pequeña neverita con algo de comida y bebidas, después estaba la habitación con la cama de matrimonio, las mesillas, dos armarios grande y el gran ventanal. El salón y la habitación estaban unidos, no había ninguna puerta, pero había una dentro de la habitación, la cual conducía a un baño amplio, lujoso, con jacuzzi, todo en blanco. También teníamos una terraza con una pequeña piscina, una especie de cama y un sofá en blanco, al fondo estaba el mar. Teníamos unas vistas preciosas.
Esta vez estábamos tan excitados que no llegamos a la habitación y empezamos a desnudarnos en el salón.
- ¿Aquí mismo?- preguntó él.
- Aquí mismo, en el sofá.- contesté.
Besé su torso desnudo y deslicé mis manos más abajo. Él también deslizo sus manos hacia abajo. Reímos. Y allí mismo, en el sofá, surgió el amor y la pasión.
Estaba encima de Mats, desnuda. Estábamos recostados en el sofá.
- Incluso en un sofá sabes como lucirte.- dijo Mats en mi oído.
Me sonrojé. Seguía sabiendo como provocarme. Eso era lo mejor de él. Sabía provocar en el momento justo, en la situación perfecta.
- Fue a hablar el que podría hacerlo encima de una mesa y no tendría ningún problema en dar placer.- dije soltando una pequeña risita.
Me levanté bajo la atenta mirada de Mats. Me dio una palmada en el culo. Me reí.
- Creo que lo que te tiene enamorado de mi es mi culo.- dije riendo.
- Tu culo me vuelve loco.- dijo él riendo.
Le abracé.
- Te quiero.- dijo él.
- Te quiero.- dije yo.
- Ya sé que estamos usando protección, pero te bajo la regla cuando te tuvo que bajar, ¿no?- preguntó él.
- Sí, tranquilo. Me ha bajado entre la final del mundial y un día antes de venir aquí.- contesté.
- No me veo siendo padre ahora, por lo que te pregunto para no tener ninguna duda ya que nos pasamos el día en la cama o en el sofá.- dijo él soltando una pequeña risita.
- Parecemos Koke y Natalia, todo el día dándole al tema.- dije riendo.
Mats empezó a reírse. No podía parar. Yo tampoco.
- ¿Es la verdad o no es la verdad?- pregunté.
- Es la verdad.- respondió él.
Me dirigí a la nevera y cogí dos coca-colas. Una para mi y otra para Mats.
- Me gusta verte pasear desnuda.- dijo él.
- Dile a tu amiguita que no se excite tanto, que me deje descansar.- dije riendo.
Le pasé la coca-cola a Mats.
- Por la primera noche en la discoteca. Por la invitación a la coca-cola. Por nosotros.- dije brindando.
Él sonrió y brindó por nosotros.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario