miércoles, 15 de octubre de 2014


                        Sube la temperatura

                                                                     Capítulo 10

*Siento mucho subir tarde peeeeeeero agggg mandan miles de cosas para clase y clarooo estoy que no puedo, pero no os fallo y os sigo subiendo capítulo, muchos besos y espero que vuestra semana sea más tranquila <3*

Servimos la comida.

- ¡Todo está riquísimo!- exclamó mi hermana.- No creo que hayas cocinado tú.- dijo ella riendo.

- No, ha cocinado Mats.- dije mirándole con una sonrisa.

Él me miró sonriendo.

- Pues cocina genial.- rió Marta.

Seguimos comiendo y hablando entre familias mientras que reíamos. Todos nos habíamos caído bien.

Los padres de Mats volvieron a su casa, su hermano Jonas y su cuñada Alice volvieron también a su casa.

- Son muy agradables y te acogen como a uno más.- dijo mi cuñado Jesús.

- Tienes mucha razón.- dije.

- Tienes una familia maravillosa.- dijo mi madre a Mats.

Él sonrió y dio las gracias.

Narra Mats:

Me encantó que todo saliese bien. Que las dos familias se llevasen bien, eso haría que mi relación con Laia fuese mejorando y que no hubiese problemas entre las familias. La familia de Laia, al igual que había hecho mi familia con Laia, me habían acogido como uno más. Amables, respetuosos, sinceros, atentos. Se veían que quería a Laia y querían que ella estuviese bien, querían su felicidad, la querían y la cuidaban y protegían.

Laia y yo seguíamos sin tener sexo después de nuestra pequeña pelea. Yo creo que Laia quiere, pero ahora con su familia no podíamos hacer nada. Se iban hoy antes de comer, fuimos a despedirles al aeropuerto.

Narra Laia:

- Habrás más veces en las que nos vemos y serán más días, lo prometo, pero mañana viene María y de nuevo Natalia para quedar las tres juntas y no quiero que haya tanta gente y no vamos a hacer lo mismo todos juntos.- dije.

- Laia, ya lo teníamos preparado así antes de que supiésemos que vendría María y también Laia. No te disculpes. Además, nosotros tenemos que volver a la rutina.- dijo mi padre.

Les abracé y nos fuimos. Ellos iban a coger el avión rumbo a España.

Llegamos a casa y nos acostamos en el sofá. Después de un rato, no aguanté el calentón y me senté encima de la amiguita de Mats. Él rió.

- Señor Mats te tengo muchas ganas.- dije quitando poco a poco su camiseta.

Pronto noté como su amiguita se excitaba.

- Yo también, señorita Laia.- dijo él besando mi cuello.

Y nos fundimos en uno, allí mismo, en el sofá de color chocolate que había en mi casa. Siendo uno entre la pasión.

Nos fuimos a la cama después de ver una película de dos horas.

- ¿Quieres repetir?- preguntó Mats siendo amable.

Besé su cuello y susurré:

- Contigo siempre quiero repetir.

Mats besó cada parte de mi cuerpo.

Narra Mats:

Volver a sentirla, volver a tener sexo con ella era alucinante. No te podías cansar de ella, simplemente era fantástica y la amaba.

- Te quiero.- susurré en su oído.

- Te quiero.- susurró ella en mi oído.

Nos unimos en uno a la vez que caía la noche en Dortmund.

Me desperté junto a ella. La mejor sensación del mundo, saber que era mía, que nos queríamos y que sabíamos arreglar nuestras diferencias. La di un ligero beso en la mejilla y ella esbozó una tímida sonrisa.

- Buenos días.- dijo ella muy bajito.

- ¿Qué tal has dormido?- pregunté.

- Genial. ¿Y tú?- respondió ella abriendo poco a poco los ojos y mirando mis ojos color café.

- También genial.- dije mirándola mientras sonreía.

Nuestras miradas, sinceras y directas, de amor, sentíamos lo mismo y eso nadie lo iba a cambiar.

Ella acarició mi mejilla.

- Deberíamos ir a desayunar.- dijo en un susurro.

Asentí con la cabeza y bajamos a desayunar.

- ¡Hoy vienen María y Natalia!- exclamó ella.

Me gustaba verla feliz.

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