viernes, 17 de octubre de 2014


                      Sube la temperatura

                                                           Capítulo 12

*¡Holaaa! Os lo subo ahora al mediodía porque esta tarde salgo jejeje tengo vida social aunque no lo parezca por mis estudios y porque me paso una parte de mi tiempo por twitter, etc etc jaja en fiiiiiin, espero que os guste y si comentáis os lo agradecería. Besos <3*

- ¿Y en serio que no tienes novio María?- preguntó Natalia asombrada.

- No.- dijo María.

María nunca perdía su sonrisa. Nadie podía quitársela. Ella era muy fuerte.

- Con el cuerpazo que tienes. Rubia, ojos marrones pero que contrastan genial con tu pelo, alta, guapa, amable, lista, periodista, te gustan los deportes… Aún no me lo puedo creer.- dijo Natalia.

- Pues ya ves. En Estados Unidos parece ser que les cuesta echarse novia.- dijo ella riendo.

- En Estados Unidos no saben a apreciar a María.- dije riendo.

- En el tema del amor, en el trabajo he recibido muchas propuestas pero estoy tan a gusto en mi trabajo y hago lo que quiero, que no quiero irme a ningún otro sitio por mucho que me suban el sueldo. Tampoco cobro poco en mi trabajo.- dijo María.

- Eso está bien, a gusto en tu trabajo es lo mejor que puede haber.- dije.

Le conté a María sobre mi vida en Dortmund, lo que iba a hacer, etc porque Natalia ya lo sabía.

- Pues muchísima suerte, que te vaya genial Laia.- dijo María.

- Ojalá.- dije.

- Y ojalá tengas muchos hijos con Mats y os caséis.- dijo María.

Entramos a la primera tienda en el centro comercial para comprar ropa, zapatos, accesorios, cosas de decoración para mi casa.

- Todo a su debido tiempo. Aún es muy pronto. Vamos a hacer dos meses solo.- dije.

Una fan se me acercó para pedirme que me hiciese una foto con ella. Me dijo que estaba feliz de que una chica buena como yo estuviese con Mats y le hiciese feliz. Le di las gracias y seguimos comprando.

Narra Mats:

Mientras que Laia fue a pasear por Dortmund con María y Natalia yo me quedé en casa haciendo algo de ejercicio, no podía ir a entrenar por mis molestias y me habían mandado hacer ejercicios en casa. Cada vez pensaba que las molestias podían ir a más, a la supercopa alemana no llegaba porque estando a día 9 y la supercopa era el 13 no iba a jugar, ya lo sabía.

Laia, Natalia y María llegaron con un montón de bolsas. Les hice la comida mientras ellas hablaban de sus cosas. Laia me contó que se había encontrado con una fan y lo que le había dicho.

- Está bien que acepten mi relación contigo.- dije sonriente.

Ellas se pusieron a ver una peli y como no tenía nada que hacer allí le dije a Laia que me iba a mi casa, que ellas disfrutasen.

- Amor, no molestas, de verdad. No te pienses que te estoy apartando o algo así. Solo que a María llevo mucho tiempo sin verla y quiero estar con ella el mayor tiempo posible.- dijo ella y me besó.

- Lo entiendo, Laia. No estoy enfadado, solo quiero dejaros vuestro espacio. Nos vemos el 13 para la supercopa alemana.- dije.

- Ojalá te recuperes pronto, amor.- me besó y me despedí de ella.

Narra Laia:

- Os queréis mucho.- dijo María.

Asentí con la cabeza.

Nos pusimos a ver la película, decidimos ver El diario de Noa, no por nada en especial, si no que nos gustaba a las tres.

- ¿Sabéis qué? Que si puede que haya un chico que me esté intentando conquistar.- dijo María.

- ¡No me lo puedo creer! ¿Un compañero de trabajo?- preguntó Natalia.

- Yo me inclino más por un nadador.- dije yo.

- Acertaste Laia, es un nadador. Nada más y nada menos que Ryan Lochte.- dijo María.

- ¡Según varias revistas es el mejor nadador del mundo y ha sido campeón del mundo y olímpico!- exclamé.

- Sí, vale, pero detrás de todo eso hay un chico majísimo, divertido, romántico, provocador, es todo lo que busqué y no sé, tenemos citas, nos vemos, pero lo malo es su trabajo, viaja por todo el mundo.- dijo ella.

- Si él te quiere no te va a poner los cuernos, claro que lo pasarás mal cuando le tengas tan lejos en varias ocasiones y que entre tu trabajo y el suyo pues os veréis lo justo, pero si os queréis de verdad, seguiréis adelante y después de su retirada será lo mejor, os quedará mucho por vivir.- dije.

Natalia asintió.

- Creo que le daré una oportunidad pero poco a poco.- dijo María.

Nos abrazamos las tres.

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