jueves, 9 de octubre de 2014


                          Sube la temperatura

                                                  Capítulo 4

*¡Holaaaaa! Hoy empiezan las fiestas y estoy super super contenta y bueno, les traigo el capítulo 4 que a mi me encantaaa en serio es que asfghgfghj. Es que Mats es super sensible, léanlo y si quieren pueden comentarlo conmigo en mi twitter o ask. ¡Graaacias por leer!*

Narra Laia:

Me fui con Alice a hacer algunas compras, no compré cosas extravagantes ni rarezas, solo la ropa que me gustaba y los zapatos. Además de accesorios, tenía que renovar algo el armario y comprar ropa de abrigo para la vida en Alemania teniendo en cuenta que soy muy friolera.

Cuando llegué a casa, dejé todas las bolsas y Mats me estaba esperando para llevarme a un sitio secreto como decía él.

- Pero dime a dónde vamos.- dije.

- Cuando lleguemos lo verás.- dijo él.

Después de andar por una especie de bosque que había llegamos a un pequeño lago.

- Cuando era pequeño venía con mi padre aquí y tirábamos piedras al lago para ver cuál llegaba más lejos haciendo saltos, daba igual si llovía, nevaba, hacía sol, viento, veníamos aquí todos los fines de semana, me daba igual viernes, sábado o domingo, veníamos alguno de esos días, cuando el lago estaba helado hacíamos lo mismo pero el hielo se rompía y se caían antes de lo que esperábamos. También me traía un balón y jugaba en el camino de arena por el que habíamos venido. Echo de menos todo esto, sobre todo echo de menos ser un completo desconocido para el mundo.- dijo Mats sentándose en una roca.- Me sentaba aquí y miraba el paisaje durante horas, intentando ver si algo había cambiado desde el fin de semana pasado.

Me senté a su lado y él pasó un brazo por encima de mis hombros.

- Es un lugar precioso. Yo también echo de menos ir con mi padre en invierno a esquiar como siempre hacíamos o ir a la playa en verano e intentar pasar por encima de una ola más rápido que mi hermana o tomarme un helado en Sol o un chocolate caliente mientras veía una peli de dibujos con mi hermana, pero la vida pasa, crecemos, elegimos nuestro destino y algunos acabamos siendo conocidos y echando de menos tiempos en los que no éramos conocidos solo para hacer tonterías sin que salgan en la prensa, pero por suerte aquí nadie nos va a ver. ¿Qué cámara se metería hasta aquí? ¿Quién se perdería por aquí para perseguir a la pareja de moda, el futbolista alemán y campeón del mundo Mats Hummels y su nueva novia, la guapa periodista española Laia?- dije.

- Se nota que eres periodista y se nota tu arrogancia.- dijo Mats riendo.

- Oye, así era el título de una noticia: ¿Quién conseguirá la mejor foto de la pareja de moda, el futbolista alemán y campeón del mundo Mats Hummels y su nueva novia, la guapa periodista española Laia?- dije.

- Así que te gusta buscarte en internet.- dijo Mats.

- Me lo pasó Natalia, está como loca con que salgamos en revistas, que nos persigan, nos busquen, etc. Por suerte en Fiji estuvimos tranquilos aunque alguna foto cayó, en Brasil es cuando más tranquilos estuvimos, no sabían nada hasta la final, pero en Madrid ya nos hicieron fotos y Natalia solo hace que buscarnos. Por cierto, cuando volvamos a Dortmund, Natalia y Koke van a venir a visitarnos, antes de que Koke empiece la liga así que tenemos que comprar los muebles y montarlos cuanto antes y después vendrá mi familia. Ya se han planeado entre ellos.- dije soltando una pequeña risita por lo último.

- Yo no tengo ningún problema, si te hacen feliz, ellos son bienvenidos en mi casa y mis padres, hermano y cuñada ya estarán en Dortmund podríamos celebrar una reunión con todos.- dijo Mats.

- Sí, eso estaría bien. Y Natalia y yo hemos quedado en vernos cada mes, una vez vendrá ella, una vez iré yo, siempre respetando el trabajo y con mi familia también. Tampoco estamos tan lejos y los fines de semana siempre vienen bien.- sonreí.

- Me parece bien.- dijo Mats sonriente.

Le abracé.

Caminamos entre el bosque que separaba el lago y el camino. Mats agarró mi mano y me sonreía. Yo no podía parar de sonreír.

- Te quiero.- susurró él y su susurro se perdió entre el viento y el olor a pino que recorría el bosque.

- Te quiero.- susurré y mi susurro tomó el mismo camino que el suyo.

Apreté con más fuerza su mano como si tuviese miedo de perderle pero sabía que no tenía nada que temer. Él notó como me ponía tensa y pasó su mano por mi cintura, eso hizo que me calmase, besó mi mejilla suavemente.

- Te he traído algo.- dijo él susurrando en mi oído.

- Aún recuerdo cuando susurrabas en mi oído para provocarme, para conquistarme, aún recuerdo los regalos, las rosas, los bombones, el helado, los paseos, los besos a escondidas.- dije sonriendo de oreja a oreja.

- Aún recuerdo esos regalos, esos susurros, esos paseos, esos besos, también las caricias, los abrazos, las vacaciones en Fiji, recuerdo como te gustaba esconder un poco la sonrisa pero acabar sonriendo ampliamente porque no podías reprimir tu sonrisa, tus ojos color miel mirándome como diciendo que no acabaríamos juntos, la apuesta y aquí estamos, decidimos a comernos el mundo y dispuesto a comerte.- dijo Mats soltando una pequeña risita.

Golpeé su hombro.

- Nunca puedes dejar el sexo de lado, pero yo también estoy dispuesta a comerme el mundo junto a ti y dispuesta a comerte.- dije soltando una risita.- Bueno, ese regalo.

Mats sacó de la mochila que traía, una cajita, era pequeña por lo que me imaginé que sería alguna joya, pero me llevé una sorpresa. Era una especie de maderita en la cual había un corazón grabado y dentro de él ponía “por lo que somos y por lo que tengamos que ser” En un espacio, arriba en la madera ponía 21/6/14 con una pequeña coca-cola dibujada y abajo, en otro espacio de la madera ponía Mats y Laia.

Mis ojos se llenaron de lágrimas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario