lunes, 13 de octubre de 2014


                      Sube la temperatura
 
                                              Capítulo 8

*¡Holaaa! Siento subir tarde pero he tenido que hacer mil cosas y de verdad que ahora me duele la cabeza que me va a explotar y pufff aún me quedan cosas por hacer, pero me tocará hacerlas mañana. En fin, espero que os guste el capítulo 8, besos <3*

Los dos cenamos lo mismo. No tuve que preparar mucho, pero lo hice yo todo para que viese que si algún día vivíamos juntos, yo también iba a hacer cosas en casa.

- ¿Sabes limpiar?- preguntó Laia.

- Sí, ¿cómo no iba a saber?- pregunté.

- ¿Y planchar? ¿Y poner una lavadora o un lavavajillas? Sé que cocinar sabes.- dijo ella sonriente.

- Sí, sí que sé. Vivo solo, debería saber hacer todas esas cosas, además no me gusta que ningún extraño entre en mi casa por lo tanto no tengo señora de la limpieza ni señor, que ahora hay muchos.- dije.

- Pareces el hombre ideal.- dijo Laia soltando una risita.

- Podría serlo.- dije sonando arrogante.

- Me encanta cuando te haces el arrogante.- dijo ella cogiendo un trozo de manzana y mordiéndolo.

Me quedé embobada mirándola. Ella sonreía bajo mi atenta mirada.

- ¿Qué tal va el tema de Caty?- preguntó.

- Todo bien. Con la amenaza de que podíamos denunciarla y llevarla a los tribunales se calmó y no ha vuelto a aparecer. Ya sabes que creyeron que nosotros solo llevábamos un mes saliendo.- respondí.

- ¿Pero tú te enamoraste de mi mientras que salías con ella?-preguntó Laia.

- No, cortamos un mes antes de el partido contra el Madrid, en marzo y los partidos fueron en abril de 2013. Caty y yo llevábamos 3 años y algo más. Después te vi en Dortmund y más tarde en Madrid. Investigué sobre ti, seguía tu trabajo y esperé un más de un año para conocerte porque hablar contigo ya había hablado pero no como me hubiese gustado.- respondí.

- Ella podría pensar que la habrías dejado porque queríamos conquistarme.- dijo ella.

- No sería verdad porque cuando cortamos, yo aún no te conocía.- dije.

- Esperemos que no vuelva a pronunciarse sobre nuestra relación porque ella no tiene nada que ver en esto, ella solo quiere ganar dinero y no voy a permitírselo.- dijo ella frunciendo el ceño.

- Me encanta cuando te enfadas.- dije con una sonrisita.

Ella esbozó una sonrisita.

Recogimos los platos, fregamos y fuimos a su cama. La vi ponerse el pijama sin ninguna erección mientras yo también me ponía mi pijama. Nos metimos en la cama, pasé mi mano sobre su cintura, ella acomodó su cabeza en mi pecho.

Narra Laia:

Podía oír a su corazón latir. A un ritmo despacio, tranquilo, cómodo. Sonreí mientras que estaba apoyada en su pecho.

- Gracias por quedarte conmigo.- dije.

Él acarició mi mejilla y me dio un dulce beso en la cabeza.

- No tienes porque darme las gracias. ¿Ahora me crees?- preguntó él.

- Te creo y confío en ti. Sé que no me quieres solo por el sexo.- contesté.

Narra Mats:

Ella ya me creía, confiaba en mi y ahora no la iba a decepcionar. Hoy no iba a tener sexo con ella, no iba a hacer nada, solo a cuidarla y respetarla.

- Te vuelvo a preguntar: ¿tienes algún defecto?- preguntó ella mirándome.

- Sí y lo has podido comprobar. A veces sin querer soy un poco cabezón.- respondí.

- No en esta ocasión, pero en algunas ocasiones anteriormente he visto que eres un poco cabezón. Aquella vez que te dije que el pastel no se hacía así y tú que sí y entonces, salió mal. - dijo ella riendo.

- También me equivoco en la cocina y dejo arrugas en la ropa que plancho.- dije riendo.

- Tranquilo, a mi también me pasa.- dijo ella.

- Ya no soy tan perfecto.- dije riendo.

- Para mi lo eres.- dijo ella y se levantó para darme un beso. Dulce y tierno.- Te quiero.- dijo ella mirándome y con una sonrisa de oreja a oreja.

- Te quiero.- dije y me mordí el labio.

Ella era irresistible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario