Sube la temperatura
Capítulo 17
*Holaaa!! Ya estoy por aquí, les traigo el capítulo 17, espero que les guste y dentro de un rato les subo el capítulo 18, las fotos y los gifs. Besos <3*
Le pedí a Laia un masaje en la espalda para ver si decía que no era
tan buena como yo.
- No lo haces tan mal, da gustito.- dije.
Ella rió.
- Más gustito da lo que hacemos en la cama.- dijo ella riendo.
Reí.
- Luego soy yo el salido.- dije.
- Lo eres, yo no.- dijo ella mordiéndose el labio.
La besé.
- Los dos somos salidos, pero entre nosotros y eso es lo que más
me gusta.- dije.
Ella sonrió y me besó. Un beso cálido y dulce. Como ella mejor sabía
darlos.
- ¿Y la lesión dónde es?- preguntó ella.
- En el muslo derecho.- respondí.
- ¿Y te duele al andar o qué ocurre?- preguntó ella.
- Al correr, parar en seco o intentar chutar es cuando me duele,
si ando o lo hago contigo no pasa nada, Laia.- contesté
- No lo decía por si teníamos que dejar de hacerlo, solo quería informarme.-
dijo ella levantándose del sofá.
- No has acabado mi masaje.- dije.
- Por mi parte si.- dijo ella.
- ¿No te habrás enfadado por esa tontería?- pregunté.
Ella no respondió.
- Oh, vamos, Laia. Es una tontería, no lo dije a malas.- dije.
- Tampoco es tan malo que si tienes una lesión no lo hagamos por
tu bien.- dijo ella.
- Si tengo la lesión en mi amiguita sí, si es en otra parte va a
ser difícil no poder hacerlo.- dije riendo.
Ella golpeó mi brazo.
- Vamos, Laia.- dije levantándola en el aire.- Todo esta bien.- dije
besándola mientras la sujetaba.
Ella rió.
- ¿Estamos en paz?- pregunté.
Ella besó mis labios.
- ¿Y ese muslo derecho para cuándo estará recuperado?- preguntó ella.
- Pues cuando quiera ponerse bien el muslo derecho, no tengo semanas
ni meses de baja, cuando me sienta bien podré jugar.- contesté.
Me puse a leer un libro en el sofá. Laia se tumbó en el sofá y apoyo
sus piernas sobre las mías mientras que ella leía otro libro. Sonreí simplemente
al notar su piel con la mía. Era feliz con ella a mi lado.
Pasaron los días y Laia seguía con su trabajo de lunes a viernes.
Ella era muy buena en lo que hacía. Estaba orgulloso de ella. Llegó el primer partido
del Borussia contra el Bayern Leverkusen, el día 23 de Agosto. Perdimos 0-2 y yo
no pude jugar por mi lesión en el muslo derecho.
Narra Laia:
Era 24 de Agosto, domingo. Yo acudía al trabajo si había novedades
del Borussia, siempre dábamos la información por la tarde y después de un partido
las había por lo que me dirigía a la cadena para contar la información sobre la derrota
del Borussia frente al Bayer Leverkusen, Mats se había quedado en su casa y después
iría a verle porque no se encontraba muy bien al no poder recuperarse y con la derrota
de su equipo, seguía con el ánimo bajo.
Saludé a mis compañeros, con la que más relación tenía era con Verónica,
mi estilista. Era una chica guapa, alta, ojos verdes y de pelo negro. Era muy amable
y se comportaba muy bien conmigo. También me llevaba bien con los chicos, Guillermo
el cámara, era alto, tenía el pelo rubio y unos ojazos azules y Luis el reportero
tenía el pelo castaño, ojos marrones y era de estatura media. pero tenía más relación
con Diana y Sofía, la reportera y la cámara. Diana tenía el pelo rubio, ojos verdes,
bajita y era majísima conmigo. Sofía también era maja, tenía el pelo castaño, ojos
color café y era alta. La que menos maja era mi jefa, pero no la culpo, las jefas
tienen que ser duras. Ella tenía el pelo completamente negro y unos ojos marrones.
Alta, fuerte y muy estilizada. Las chicas de maquillaje Lucía y Ainhoa eran ambas
hermanas, con el pelo castaño y los ojos azules. Eran tímidas, pero bastante simpáticas.
Llegué a maquillaje y como siempre Lucía y Ainhoa me maquillaron
y me dejaron bastante guapa. Hoy decidieron dejarme el pelo completamente liso para
que mis mechas rubias en mi pelo castaño, el cual me lo había aclarado, destacasen
más. Verónica decidió ponerme un vestido en azul claro de gasa, más largo en la
parte de atrás, de tirantes, pero no de los finos y con escote en v.
- Has acertado, Vero. Me encantan estos vestidos de gasa y con escote
en v.- dije sonriente.
- Pues tengo muchísimas cosas más que te van a encantar, pero para
otro día.- dijo Vero sonriente.
- ¿Después vamos a comer?- pregunté.
- ¡Por supuesto!- exclamó ella.
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