Sube la temperatura
Capítulo 21
*¡Holaaa! Os traigo el capítulo 21, dentro de un ratito os traigo el capítulo 22 y el post de gifs y fotos. Espero que os guste <3*
Narra Laia:
Estuve muy nerviosa durante toda la ceremonia. Le miraba, estaba
demasiado atractivo. Tenía su aire de arrogante, pero en realidad era todo lo contrario.
Solo podía sonreír y ser feliz en un día como este.
- Ya puedes besar a la novia.- dijo el cura.
Sonreí. Mats me besó. Todo el mundo aplaudió. Dulce, tierno, el mejor
beso de mi vida. El primer beso como marido y mujer. Mis ojos se aguaron.
Reí.
- Lo intentaré, chico duro.- sonreía porque era mi marido y era una
sensación inexplicable decir eso.
La comida, el baile, todo fue genial, me lo pasé genial. De mis amigas
fui la primera en casarme y también me casé antes que mi hermana ya que ella era
la pequeña.
Pasó un año.
- No puede ser, no me ha bajado la regla y estamos a día 10, debería
hacerme bajado hace una semana y yo soy un reloj para estas cosas.- dije para mí
misma.
Mats no estaba en casa, se había ido unos días porque tenía que viajar
con el equipo, seguía en el Borussia de Dortmund, para los octavos de la Champions. Jugaban
contra el PSG. Yo no había viajado porque tenía que trabajar al día siguiente ya
que tendría que dar la información del Dortmund, hoy ya la había dado, ya eran las
6 de la tarde y decidí ir a comprar un test de embarazo. No le dije nada a Mats
porque estaba nerviosa, no sabía que hacer, era la primera vez que tenía un retraso.
Tan solo era una semana, no había tenido síntomas ni nada, pero yo ya me lo veía
venir.
Me hice la prueba, esperé unos segundos y estaba rosa. Estaba embaraza.
Por un momento pensé que Mats no querría ser padre, pero después me di cuenta de
que él ya me había mencionado que cuando íbamos a tener hijos y yo le dije que eran
solo 4 años juntos, solo uno de casados, pero que él quería ser padre. Y la última
vez lo hicimos sin protección porque íbamos a buscarlo, no pensé que fuese a venir
tan rápido. Y ahora estaba feliz porque era lo que los dos queríamos, íbamos a ser
padres, pero no quería darle esta noticia a Mats por teléfono así que esperé a que
volviese de París.
- ¡Mats!- exclamé al verle entrar la puerta.
- Amor, ¿qué tal?- preguntó él.
- Genial.- dije, hice una pausa.- Tengo algo que decirte.- dije algo
dudosa.
- Adelante.- dijo él subiendo las escaleras con la maleta.
Le seguí.
- Estábamos buscando un bebé, bien, pues ¡estoy embarazada!- exclamé.
Mats justo estaba abriendo la maleta, dejó de abrirla y me abrazó
levantándome por el aire. Me besó.
- ¡Eso es genial Laia!- exclamó él.
Lloré un poco.
- ¿No quieres? Si lo buscamos.- dijo él.
- Sí, si lo quiero, pero no pensé que te alegrarías tanto.- dije
sonriendo.
- Pues sí, amor. Yo quería un bebé y, ¿cómo no me iba a alegrar?
Esto es mejor que ganar cualquier título.- dijo él.
Sonreí de oreja a oreja.
- ¿De cuánto estás?- preguntó.
- De una semana y algo más, hace unos días me hice la prueba, ahora
tengo que ir al ginecólogo para que me diga que realmente estoy embarazada.- dije
sonriente.
Llamé al ginecólogo, me dio cita para esa misma tarde y fuimos los
dos juntos.
- Felicidades señorita Laia. Usted está embarazada de una semana.-
dijo el ginecólogo sonriente.
Agarré la mano de Mats y él me besó.
Sonreí.
- Es fantástico, amor.- dijo él.
- ¿Y por qué no tengo síntomas aún?- pregunté.
- Los empezarás a tener en nada, el embarazo va bien.- dijo el ginecólogo.
Y vaya que los empecé a tener en seguida, los tuve justo al mismo
día. Devolví y me dieron mareos, pero fui al trabajo y di las noticias como normalidad.
Mats me compró caramelos de limón, de miel, galletas de jengibre.
- Se supone que van bien para los vómitos.- dijo él agarrando mi
mano.
- Gracias.- dije.
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