jueves, 11 de diciembre de 2014


                           Sube la temperatura 

                                             Capítulo 23

*¡HOLA! Hoy les subo los capítulos un poco tarde porque estuve haciendo deberes que hoy me mandaron muchos, ya mañana la novela se termina, espero que os esté gustando y que el final os guste. Si queréis comentar en mi twitter o en ask. Besitos <3* 

- ¿Le oyes?- pregunté.

Mats tenía la oreja puesta en mi tripa.

- Sí, le oigo, está dando patadas.- dijo él.

- Sí, las estoy notando.- dije poniendo sus manos en mi tripa.

Mats me miró y sonrió. Me besó.

Narra Mats:

Era tan bonito sentir a nuestro bebé, escucharle, saber que Julian estaba bien. Mi principal prioridad ahora eran Laia y Julian. No quería que les pasase nada. Les cuidaba y les protegía. Cuando tenía que marcharme siempre se quedaba alguien con ellos. Natalia y María solían venir más a menudo a ver a Laia. Todos estábamos muy ilusionados con el primer bebé.

Lloré al notar como estaba dando patadas.

- Ay Mats.- dijo ella abrazándome.

- Es tan bonito sentirte, podrías salir ya Julian.- dije.

- Aún le quedan tres meses, habrá que esperar, amor.- dijo ella besándome.

Narra Laia:

Empecé a ir a clases de parto, a controlar la respiración. Mats me acompañaba. Mis compañeros de trabajo venían a verme. Seguíamos yendo al ginecólogo, nos daba consejos sobre como cuidar al bebé, veíamos a Julian. Empezamos a comprar las cosas. La cuna, pañales, ropita, a pintar la habitación, a preparar todo en casa de Mats. Me había ido a vivir con él allí cuando hicimos seis meses juntos, me pareció un bonito regalo al cumplir 6 meses juntos de novios. Ya teníamos la habitación lista e iba a cumplir los 7 meses de embarazo.

- Julian, ya tenemos tu habitación hecha.- dijo Mats y besó mi tripa dulcemente.

Sonreí.

- Mamá y papá te esperan, pequeño.- dije sonriendo.

El último trimestre de mi embarazo notaba como Julian daba pataditas todos los días, se movía, me dolía la espalda. Mats me daba masajes, me costaba dormir por el dolor y Mats se levantaba por las noches a cuidarme si hacía falta y se quedaba conmigo leyendo, viendo alguna serie o peli si yo no podía dormir, pero muchas veces él se quedaba dormido. No le culpo, tenía que dormir por su trabajo. Seguíamos yendo al ginecólogo para saber como estaba Julian, estaba grande y fuerte.

- Va a salir guerrero.- dije riendo mientras me sentaba en el sofá.

- Da muchas patadas, ¿verdad?- preguntó él.

- Muchas, muchas y manotazos.- contesté.- Yo creo que será futbolista con tantas patadas.- dije.

- Sea lo que sea le apoyaremos.- dijo Mats.- Pero me gustaría que fuese futbolista.

Asentí. Acaricié mi tripa.

Seguí yendo a clases de preparación para el parto, documentándome, leyendo libros del parto y de cómo cuidar del bebé al igual que Mats, preparándome para la lactancia, ya me salía leche. Tenía muchísima ropa premamá porque la tripa me había crecido mucho, iba a ser grande y fuerte. También tenía mucha ropita para Julian. Escogimos el pediatra para Julian, le ponía música, me hice demasiadas fotos durante el embarazo. Hicimos limpieza a fondo para que no hubiese nada que pudiese molestar al bebé. Preparé la maleta para el hospital porque ya tenía algo más de 8 meses de embarazo. Cociné y congelé varias cosas para después del parto para no tener que cocinar mucho y pudiésemos estar más atentos de Julian. Notaba dolores en la espalda más a menudo. Instalamos la sillita de Julian en el coche, compramos su cochecito. La baja la tendría hasta que Julian tuviese 6 meses. Estaría 9 meses fuera del trabajo por los tres antes de dar a luz y los 6 después del parto. Me tomaba todo con más tranquilidad, controlaba mis nervios, pero Mats y yo estábamos deseando verle la carita a Julian, en las ecos se parecía más a Mats y ojalá se pareciese a Mats. Cumplí los nueves meses de embarazo y llamé a Natalia, María, mis padres, mi hermana Marta, mi cuñado Jesús, los padres de Mats, Ulla y Hermann, su hermano Jonas y su cuñada Alice. La familia de Mats en sus casas, mis padres en mi casa, mi hermana y mi cuñado igual. Mis amigas en un hotel para dejarme espacio. Koke también vino y Ryan Lochte, el novio de María vino también. Hacía ejercicios de estiramientos con ayuda de Mats, bebía mucha agua, seguía con los ejercicios que me había recomendado el ginecólogo, ya tenía los médicos y enfermas para mi parto, daba paseos, comí sano durante todo el embarazo, aumenté mucho mi peso.

Y llegó el día, a las 2 de la mañana. Empecé a notar contracciones muy seguidas, cada cinco minutos. Me sentí mojada, había roto la placenta.

- Mats.- él se despertó sobresaltado.- No te asustes amor, pero creo que ya viene. He roto la placenta y tengo contracciones.- dije.

- Vale, voy a por todo.- dijo Mats y cogió mi bolsa, la del bebé, documentación, todo.

Mats me ayudó a levantarme y me llevó hasta el coche. En el hospital me revisaron y tenía 5 centímetros de dilatación, tenía que dilatar hasta 10 por lo menos. Me dijeron que podía durar muchas horas.

Esperamos dos horas y a las 4 de la mañana me volvieron a revisar y tenía 10 centímetros de dilatación. Las contracciones eran más fuertes, tenía calor, me costaba recuperarme entre contracción y contracción. Mats me cogía la mano y me daba besos. Me dijeron que me pasaban al paritorio. Cuando llegó el momento para empujar, las contracciones ya no eran cada minuto o dos si no que pasaron a ser cada tres minutos. Mats pasó conmigo y después de unos minutos teníamos a Julian con nosotros. Me lo enseñaron y empecé a llorar. Mats también. Mats fue con la enferma a lavarle mientras que yo terminaba de expulsar la placenta.

Narra Mats:


Tener a Julian con nosotros era un sueño. Tan pequeñito. Tan bonito. Tenía algo de pelito en su cabeza, de color negro. La enfermera le lavó y me dijo como deberíamos hacerlo a partir de ahora. Cogía a Julian y fuimos a la habitación donde ya estaba Laia. 

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