Sube la temperatura
Capítulo 24
*¡Holaaa! Os traigo el capítulo 24, mañana el último capítulo, ahora os subo post de gifs y fotos. Besitos <3*
Laia le puso el pañal a Julian y le dio un tierno beso. Le pusimos
en su cunita del hospital y me quedé mirándole. Estaba muy feliz. Ellos ahora eran
mi familia.
- Estás hecha una campeona.- le dije a Laia y la besé.
Ella sonrió.
- Gracias por estar aquí conmigo.- dijo ella.
- Ahora descansa.- dije.
Ella se durmió desde las 5 de la mañana hasta las 11 de la mañana.
A las 11 vinieron los padres de Laia, vieron a Julian, estuvieron con nosotros y
se marcharon para no molestar. Mis padres vinieron por la tarde. Estuvimos dos días
en el hospital para saber como estaba Julian, le dieron el alta a Julian y a Laia
y volvimos a casa. Allí nos estaban esperando mis padres, los padres de Laia, mi
hermano, mi cuñada, la hermana de Laia, el cuñado de Laia, María, Natalia, varios
compañeros de equipo y selección como Reus, Götze, Lahm, Müller, Neuer, Bastian,
Durm, Kroos, Özil, Khedira. Algunos con sus mujeres. Todos fueron muy amables, le
dieron la bienvenida a Julian. Mis padres, hermano y cuñada se volvieron a casa
y nos dijeron que si necesitábamos algo que estábamos al lado. María que había venido
con Ryan se fue a los dos días, Natalia y Koke también.
- Soy tía, ¡qué bien!-exclamó Marta.
- Es tan bonito.- dijo Laia sonriendo.
Me besó.
Narra Laia:
Marta y Jesús se volvieron a Madrid a los cuatro días. Los padres
de Laia se quedaron durante una semana pero después se fueron para que pudiésemos
disfrutar del pequeño Julian. Según fue creciendo nos dimos cuenta de que cada vez
se parecía más a Mats, su pelo negro, sus labios, sus cejas, sus ojos color café,
pero tenía mi nariz.
Pasaron dos años y me volví a quedar embarazada. Esta vez el parto
lo llevé muchísimo mejor. Seguía con el mismo trabajo, viviendo en la misma ciudad,
Mats en el mismo equipo, todo con Julian. Y llegó nuestro segundo bebé. Natalia
se quedó embarazada de Koke. Íbamos a tener un bebé a la vez. El suyo iba a ser
niño y se iba a llamar Jorge al igual que el padre. El mío iba a ser niña la íbamos
a llamar Daniella. El parto para mí fue mejor que el anterior, con menos dolor o
al menos como lo recordaba. Natalia al ser el primer embarazo y parto le fue algo
más difícil, pero tuvo mucho apoyo por parte de Koke. Julian con dos años, Daniella
recién nacida. Jorge recién nacido. Pasaron tres años. Julian tenía cinco y Daniella
tres. Daniella tenía mi nariz, el pelo rubio como lo tenía mi madre, pero cada vez
se le oscurecía más como me pasó a mi en mi niñez, los ojos color café como los
de Mats, los labios como los de Mats. Jorge, el hijo de Natalia y Koke era precioso.
Se parecía mucho a Koke, pero los ojos eran como los de Natalia, marrones. Y me
volví a quedar embarazada. De una niña de nuevo. Mats estaba muy feliz por nuestro
tercer hijo. A él le encantaban los niños y era todo un padrazo. Mi hermana Marta
ya tenía una niña Julia, de unos meses, cada vez se parecía más a ella y era preciosa.
María se quedó embaraza a la misma vez que yo, de una niña también. Ryan se portó
genial con ella.
Narra Mats:
A nuestra tercera hija la llamamos Bianca, el embarazo y el parto
fue muchísimo mejor que los anteriores, pero con la misma ilusión como la de antes.
Bianca era la que más se parecía a Laia. Tenía el pelo rubio de la madre de Laia,
pero la nariz, labios y ojos eran los de Laia. Los ojos de Bianca eran exactamente
de su madre y era una niña preciosa.
Narra Laia:
La niña de María se llamó Rocío y se parecía muchísimo a Ryan, pero
tenía el pelo rubio de María. Natalia tuvo una niña más y ahí paró. Tuvo un niño
y una niña. La niña se llamó Cristina y era igualita a Natalia. María tuvo un niño
más y ahí paró. Una niña y un niño. El niño se parecía muchísimo a María y muy bonito.
Le llamaron Michael. Marta, mi hermana y Jesús, mi cuñado después de tener a su
hija Julia, tuvieron otra niña justo un año después de tener a Julia, a la segunda
niña la llamaron Yolanda y era igual a Jesús. Pasaron dos años de tener a Yolanda
y tuvieron un niño, Lucas le llamaron, era una mezcla de Marta y Jesús.
Todos estábamos felices hasta que pasó lo que nunca nadie pensó que
podría pasar porque estaba controlado. Después de unos años de salir de la cárcel:
- Hola preciosa.- dijo una voz que me sonaba mucho mientras que entraba
a mi casa con Julian, Daniella y Bianca. Llevaba a Bianca en el carrito y Julian
y Daniella entraron corriendo.
Me giré y era Javier.
- ¿Qué haces aquí?- pregunté.
- ¿Tú qué crees? Recuperar lo que es mío.- dijo él acercándose.
Metí el carrito de Bianca para dentro y cerré la puerta. Si me tenía
que pasar algo, que me pasase a mi, no iba a tocar a ninguno de mis hijos.
- No voy a irme contigo.- dije.
- Vendrás conmigo, cacho guarra. Que te has tirado al Hummels y mira
que creías tener una vida de anuncio y robarle el dinero.- dijo él.
- ¡Nunca he querido eso!- grité.- ¡Le quiero de verdad y amo a mi
familia!- grité.
Si gritaba tal vez algún vecino me escucharía. Estaba sola ante él.
Miré mi reloj y vi que era ya la una, Mats tenía que estar al llegar del entrenamiento.
Oí el ruido de un coche mientras que Javier me agarraba del brazo.
- ¡Suéltame!- exclamé.
Él seguía tirando de mi brazo.
- Te vendrás conmigo, cacho guarra.- dijo él.
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