Sube la temperatura
Capítulo 18
*¡Hola! Aquí os traigo el capítulo 18, espero que os guste, me gustaría que me comentaseis lo que os está pareciendo. Ya sabéis que podéis hacerlo en mi twitter o en mi ask: http://ask.fm/Criistina18 podéis hacerlo en anónimo si queréis :) Besos <3*
- Entramos en 3, 2, 1.- dijo
Guillermo.
- Buenas tardes. El Borussia de Dortmund perdió ayer contra el Bayer
Leverkusen en su propio campo por cero a dos. Los goles fueron anotados por Karim
Bellarabi tras siete segundos de encuentro, el alemán logró el gol más rápido de
la Bundesliga. El Borussia intentó buscar el empate, pero el guardameta del Bayer
Leverkusen realizó dos paradas magistrales para evitar el tanto del empate. Cuando
todo parecía que estaba decidido, en el minuto 95 Kiebling anotó el segundo gol
para el Bayer Leverkusen. El Borussia perdió los primeros tres puntos en este inicio
de liga. Los de Klopp no han empezado nada bien.- dije con mi mejor tono de voz.
Pusieron un vídeo del resumen del partido del Borussia frente al
Bayer Leverkusen.
- Marco Reus pudo disputar el primer partido de liga del Borussia
tras volver de la lesión en su tobillo izquierdo que le dejó fuera del Mundial.-
dije.
Y pusieron un video de algunas jugadas de Reus.
- Mientras tanto el Borussia sigue sin poder contar con Mats Hummels,
actual capitán del equipo por su molestias en el muslo derecho.- dije y se me escapó
una sonrisita.- Nos despedimos por hoy, que tengan una feliz tarde.- dije y sonreí.
- ¡Estamos fuera!- exclamó Sofía.
Sonreí.
- Ha salido muy bien.- dijo Guillermo.
- Gracias.- dije sonriente.
Me tuve que cambiar y ponerme mis vaqueros con una camiseta básica
de color verde y mis cuñas marrones con mi bolso con flecos a juego porque el vestido
no podía quedármelo ya que era de la cadena. Fui a comer con Verónica, pero antes
llamé a Mats para que supiese que hoy no iba a comer a su casa y que no se preocupase
por mí.
- Sales guapísima siempre y lo haces genial.- dijo Vero.
- Tú también haces genial tu trabajo, me encanta la ropa que me preparas.-
dije sonriente.
- Sales guapa y gran parte es gracias a mi.- dijo Vero riendo.
- Tienes toda la razón.-dije asintiendo con la cabeza.
Terminamos de comer y me despedí de Vero con un abrazo. Fui a casa
de Mats.
- ¡Te he visto y he entendido todo lo que has dicho en español!-
exclamó Mats.
- ¿¡A qué he estado bien!?- exclamé feliz.- Me alegro de que vayas
aprendiendo español dije sentándome a su lado en el sofá.
Él pasó su brazo por encima de mis hombros.
- Has estado genial y guapísima, eres muy buena trabajando.- dijo
él dándome un beso.
- Gracias.- dije sonriente.
- Se te escapó una sonrisita al pronunciar mi nombre.- dijo él levantando
las cejas.
- Es inevitable.- dije soltando una risita.
- Mira, he traído algunas revistas para que te veas.- dijo él.
Cogí las revistas.
- Así que hablan de mi nuevo trabajo, de que salgo muy guapa, que
tengo buen estilo, que se me da bastante bien el nuevo trabajo, que parezco muy
feliz y enamorada. Varias fotos de nosotros juntos en el partido de la super copa.-
dije ojeando las revistas.
- Está divertido ver lo que dicen de nosotros en las revistas, pero
si es malo ten en cuenta que siempre siempre te voy a apoyar, cariño.- dijo Mats
acercándose a mi.
- Y yo a ti amor y ninguno de esos paparazzi que a veces son tan
pesados podrán separarnos. No podrán separarnos, ¿de acuerdo?- pregunté.
Él asintió con la cabeza y me besó. Lengua con lengua. Me tenía ganas
y yo a él.
- ¿Vamos a la habitación?- pregunté entre jadeos.
Mats asintió y me cogió en brazos, subió las escaleras en brazos
mientras yo sonreía. Me tumbó en la cama y me quitó la camiseta, yo hice lo mismo.
- Te amo, Laia.- dijo él.
- Te amo.- dije y le besé.
Narra Mats:
Quería hacerla saber que para mi era perfecta.
- Y no me importan lo que digan de ti, para mi tú eres perfecta,
amor.- dije y la desnudé completamente.
Ella me desnudó a mi.
- Amo tu cuerpo y te amo a ti con tus defectos y virtudes.- dije
mirando sus ojos color miel, los cuales se aclaraban un poco con los rayos del sol
del atardecer.
Narra Laia:
Le miré a los ojos. Estaba siendo muy sincero. Él no quería que nadie
me dañase.
- Yo también te amo con tus defectos y virtudes y amo tu cuerpo,
Mats.- dije y besé su cuello.
Los rayos de sol de la tarde entraban por la ventana haciendo que
el pelo de Mats pareciese más claro de lo normal. Nos perdimos entre los besos y
caricias que surgían.
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