Sube la temperatura
Capítulo 20
*Llega el final de la novela, pero aún quedan 5 capítulos, pero mañana os subo dos y pasado me quedaría uno :)*
Pasaron los años, Mats ganaba títulos, a mi me iba bien en el trabajo.
Mats tenía 28 años y yo tenía 27, era Julio, Mats aún no tenía los 29 ya que los
hacía en Diciembre. Mats ese año no tenía Mundial ni Eurocopa así que decidimos
que era el momento de casarnos.
- ¡Mañana es el gran día!- exclamó Natalia.
Natalia, María y mi hermana Marta eran mis damas de honor. María
estaba saliendo con Ryan Lochte. No se habían casado ni tenían hijos llevaban algo
menos de 3 años. Mi padre era el padrino. La madre de Mats la madrina. El padre
de Mats y mi madre eran el otro padrino y madrina de la boda. Estaba nerviosa. Estaba
temblando.
- ¡Sí y estoy muy nerviosa!- exclamé chillando.
- Todo irá genial.- dijo ella abrazándome.
Natalia y Koke habían decidido que aún no era el momento para casarse
y por ahora no querían tener hijos, eran más jóvenes que nosotros, lo veía normal.
Pero llevaban más tiempo que nosotros juntos.
Vero, mi estilista junto con mi madre, mi hermana, Natalia y María
me habían ayudado en el vestido. Sofía y Diana, compañeras de trabajo, la cámara
y reportera me habían ayudado con el peinado y Lucía y Ainhoa las maquilladoras
me habían preparado el maquillaje y los complementos. Mats y yo nos habíamos encargado
de la comida, la discoteca, la iglesia que era la iglesia Reinaldo en Dortmund,
la ceremonia iba a ser en Dortmund, el sitio de la comida, las flores, las invitaciones.
6 meses para preparar todo.
No me lo pude creer cuando me pidió que me casase con él. Estábamos
de vacaciones en Punta Cana, paseando por la playa, sentados al atardecer. Mats
estaba nervioso y yo le pedí que estuviese tranquilo, pero me dijo que no podía
aguantar más, que tenía que pedírmelo, que me amaba y que quería que para el resto
de mis días estuviese junto a él, que fuese su mujer. Me preparó un discurso, no
de los empalagosos, si no de los que te hacen llorar, aún me acuerdo letra por letra:
"Por lo que somos y por lo
que tengamos que ser. Aún recuerdo cuando te dije que te quería , aún recuerdo nuestra
primera mirada, nuestras primeras palabras, Brasil fue testigo del amor que sentimos
y que a día de hoy seguimos sintiendo, tal vez más fuerte que la primera vez. Te amo,
Laia y quiero que el resto de mis días sean junto a ti, disfrutar de una coca-cola
contigo, sin más, sin razón, perderme contigo entre las sábanas, reír como niños
pequeños y quiero que todo esto lo hagamos como marido y mujer. ¿Te quieres casar
conmigo?"
Y sacó un anillo sencillo pero muy bonito. Comencé a llorar, le dije
que sí, le abracé y nos besamos en la playa de Punta Cana bajos los últimos rayos
de sol.
Y 6 meses después estoy aquí, a un día de casarme con el hombre más
maravilloso del mundo.
Narra Mats:
Llegó el día, 13 de Julio, nos íbamos a casar 3 años después de aquella
maravillosa final en la que nos proclamamos campeones del mundo y en la que se dio
a conocer mi relación con Laia aunque empezamos a salir el 21 de Junio de 2014.
Estaba muy nervioso, quería morderme las uñas, tirarme del pelo, saltar, gritar,
pero me controlé, tenía a mi madre dándome un masaje para relajarme.
- Voy a ver a la novia, ahora vuelvo.- dijo mi madre, hizo una pausa.-
Habrás pasado la noche sin verla, ¿no? Y recuerda que no puedes verla hasta que
no os vayáis a casaros.- dijo ella.
- No he estado con ella en toda la noche y no voy a verla, tranquila
mamá.- dije sonriente.
Narra Laia:
Estaba terminando de arreglarme. Vino la madre de Mats, Ulla.
- ¡Estás preciosa!- exclamó ella.
- Gracias.- dije con mi mejor sonrisa.
- Si que lo estás.- dijo Natalia y la abracé.
- Yo quiero otro.- dijo María.
La abracé a ella también.
Mi madre y mi hermana me miraban con los ojos llorosos.
- Ay mamá, no llores. Tú tampoco Marta.- dije riendo.
Mi madre me abrazó y después mi hermana.
- Ya está todo.- dijo Vero.
Fui al espejo y me miré. Si que estaba preciosa. Se me llenaron los
ojos de lágrimas.
- ¡Ni se te ocurra llorar que estropeas el maquillaje!- exclamó Lucía.
Me contuve.
- Vale.- dije soltando una risita.
Todos rieron.
Narra Mats:
La vi entrar en la iglesia como la vi aquella vez en la discoteca.
Radiante, preciosa, caminar como una modelo sin quererlo. Parecía un ángel. Estaba
vez era mía. Estaba vez ella iba a ser mi mujer. Me dieron ganas de llorar, pero
me contuve. Ella venía del brazo de su padre. Llegó hasta mi y su padre me cedió
el sitio. Sonreí.
- Estás preciosa.- susurré en su oído.
Ella se sonrojó.
La ceremonia se celebró. Yo solo podía mirarla, contemplar lo guapa
que era y lo guapa que estaba hoy. La amaba y nadie podía cambiarlo.
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