miércoles, 29 de julio de 2015


                Eres la suerte de mi vida 

                                        Capítulo 6

-No mientas, es una sonrisa de haber disfrutado.- ella comenzó a reír.

-Pues sí, ¿pasa algo?

- Que te viene muy bien, Clary. Llevabas unos meses amargada y muy estresada así que conocer a un chico con el que puedes divertirte de esa manera te viene muy bien.

- No lo sabes bien.- dije riendo.

-¿Le van los jueguecitos?-preguntó ella curiosa.

-No cuento esas intimidades sexuales.- respondí intentando ser seria.

-A mí siempre me las has contado.- Ely levantó una ceja mientras que me miraba.

- Pero esta vez quiero que sea un secreto entre él y yo.- dije.

- Eso es que es muy bueno en la cama y le van los jueguecitos por eso no quieres contármelo para que no te lo quite.- ella me dio un golpe en el brazo riendo.

- Pues sí, es demasiado bueno.- solté una risita.

- Lo sabía, tiene cara de niño bueno, pero tiene que ser una fiera en la cama.

- Sí, Ely y por suerte yo he podido disfrutarlo.

- ¿Dónde lo hicisteis?

- En la mesa de la cocina.- me mordí el labio al recordar la escena.

- Es de los que no puede esperar.- dijo ella observando un caso.

- Tanto que esta mañana me ha llamado a las siete porque tenía un calentón.

- ¿Y nos ha ido?- ella arqueó una ceja.

- No, le he dicho que se dé una ducha fría y que esta tarde me paso.

- Así que esta tarde vas a divertirte otro rato.

- Por supuesto y ahora si me disculpas tengo que ir a revisar otro caso que el lunes tengo un juicio.

- ¿De qué?

- Un divorcio, que si la custodia del niño, para quien es la casa, etc. Lo de siempre, nada nuevo.- dije dirigiéndome a mi mesa.

Trabajé hasta las dos y decidí irme a comer con Ely como hacíamos siempre, después no teníamos que volver al trabajo hasta las cinco como de lunes a jueves, los viernes teníamos menos horas.

-Pásalo bien esta tarde- Ely me guiñó un ojo.

Reí.

No me preocupé mucho por lo que ponerme, algo sencillo, no teníamos nada.

Llegué a casa de Erik y él me recibió dándome dos besos en la mejilla.

-Eres impaciente por lo que he visto esta mañana.- dije.

-Cuando se trata de sexo, sí.- dijo él mirándome.

-No sé a que estamos esperando, hemos venido a lo que hemos venido.- dije acercándome poco a poco a él.

Él me agarró por la cintura y deslizó sus manos hacia abajo.

-Entonces no perdamos tiempo.- sonrió.

Él empezó a besarme poco a poco mientras que me quitaba la ropa, corrimos por las escaleras hasta que llegamos a su habitación.

-Esta vez en la cama, aquí se pueden hacer más cosas.- dijo Erik y luego me besó.

Le empujé encima de la cama y me coloqué encima de él, aún no nos habíamos terminado de quitar la ropa, pero él ya tenía su torso desnudo así que empecé a besarlo, le quité el pantalón y él me miró mordiendo su labio, nos terminados de desnudar y en seguida le sentí dentro de mí, ambos gritamos de placer.

-Eres de las que quieren dominar.- dijo él mientras que se colocaba encima de mí.

-Pero también me gusta que me dominen.- dije riendo.

Él se mordió el labio y me besó, fue bajando poco a poco.

Me desperté en la habitación de Erik, una habitación blanca, con las sábanas blancas, las mesillas de color blanco, pero con una cama de estructura de madera. Era realmente bonita.

-Me gusta tu habitación.- dije mirando a Erik.

Él aún estaba desnudo, yo también lo estaba.

-El color blanco me parece relajante para una habitación, pero quedaba soso todo de blanco así que le añadí varias cosas de madera como la estructura de la cama, la cómoda y el armario.


- ¿Sabes algo de diseño de interiores o simplemente decoras a tu gusto?-pregunté.

-Decoro a mi gusto.- respondió él sonriendo.- Es la suerte de vivir solo.

- Pues déjame que te diga que tienes muy buen gusto, a mí me gusta tu habitación.

- Gracias.- él sonrió y me dio un beso en la mejilla.

- Te recuerdo que no somos nada.

- Y lo sé, pero aunque nos acostemos sin ser nada, eres mi amiga y creo que debo tratarte como tal.


Sí, tenía razón. Aunque nos acostásemos juntos, éramos amigos y no deberíamos de estar discutiendo cuando no nos acostásemos, tenemos que tratarnos bien. 

domingo, 26 de julio de 2015


                   Eres la suerte de mi vida                   

                                            Capítulo 5

Llegamos a casa de Erik, una casa amplia y bonita.

 Él comenzó a desnudarse, yo hice lo mismo.

-Tienes un cuerpazo.- dijo Erik mientras que me miraba de arriba abajo.

No quise sonrojarme, no estaba aquí para recibir piropos, estaba aquí para tirarme a Erik y era lo único que quería ahora mismo.

Besé su cuello y fui bajando poco a poco. Él gritó de placer y me subió encima de la mesa de la cocina.

-¿Aquí?-pregunté.

-¿No estás cómoda?

-No, lo decía por si podía venir alguien, a mí me da igual hacerlo en una mesa.- respondí.

-Vivo solo así que no va a venir nadie, no te preocupes.- soltó una sonrisita.

-Ponte un condón, Erik. No quiero quedarme embarazada tan joven y no creo que tú quieras ser padre tan joven.

Él fue a por un condón.

-Ya está.- dijo con una sonrisa picarona.

-Pues adelante, soy toda tuya Erik.

Le sentí dentro de mí y grité de placer.

-Estaba deseando poder tenerte, Clarissa.- dijo él.

Clavé suavemente mis uñas en su espalda. Volví a gritar de placer.

Cogí mi ropa y me vestí.

-¿Te vas ya?-pregunto él mirándome.

-Sí, mañana tengo que trabajar.

-Espera, Clarissa. Una pregunta.- dijo él.

-Adelante.- me giré para mirarle.

-¿Qué somos ahora?-preguntó

-Lo que quieras menos novios, no quiero estar con un tío ahora.-contesté.

-Vale, yo tampoco quería por eso te lo preguntaba, no quería que hubiese confusiones, solo estamos aquí para hacerlo.

-Exacto, nada de sentimientos, que quede claro, me gustaría repetirlo, ya te llamaré o me llamas tú, da igual, el caso es repetir.

Ahora entendía los piropos, la comida, la invitación al cine, solo quería llevarme a la cama, pero me daba igual porque yo también lo quería.

Al llegar a casa, llamé a Elissa.

-¡No me lo puedo creer! ¡Te has tirado a Erik!- gritó ella.

-Me vas a dejar sorda, Ely.- reí.

-¿Y qué sois?-preguntó ella.

-Nada, solo somos amigos que se acuestan de vez en cuando.-contesté.

-¿Y no te gusta ni un poquito?-preguntó ella curiosa.

-Físicamente sí, si no no me habría acostado con él, pero no siento nada más que una atracción física.

-Yo estaría coladita- Elissa soltó una risita.

-Ah, ¿pero qué no lo estás aún?- empecé a reír.

-Bueno, pero son fantasías, es todo tuyo.

Al levantarme recibí una llamada de Erik.

-¿Qué quieres Erik?- dije aún adormilada.

- Me dijiste que te llamara cuando tuviese ganas.- dijo él.

- Pero son las siete de la mañana, ¿no te parece algo pronto? Tampoco voy a responder a todos tus calentones, date una ducha fría.

- Pues empezamos bien si no vas a responder a todos mis calentones.

- No voy a discutir Erik, pero tienes que comprender que a algunas horas no voy a estar disponible. Además, hoy trabajo, pero tranquilo es viernes y libro el fin de semana y hoy saldré algo pronto, esta tarde me paso por tu casa y me quedo a dormir o lo que surja.- me reí por lo último que había dicho.

- Nos vemos esta tarde entonces, espero que sepas llegar.

Colgué y empecé a vestirme para ir a trabajar. Me puse unos pantalones en negro y una blusa de color rojo, los tacones no podían faltar, unos finitos de color rojo. Cuando me vestía así sí que parecía abogada, el día que me crucé con Erik iba con un vestido y me hacía verme joven por eso me dijo que parecía una modelo, si me viese ahora sí que pensaría que soy una abogada.

-Buenos días.- dije entrando en la oficina.

Varios de mis compañeros me dieron los buenos días.

-Uy esa sonrisa.- dijo Elissa.


-La de siempre.- le miré.

miércoles, 22 de julio de 2015


Hoy os traigo fotos, solo de Clarissa y Erik. Sé que por ahora Julian Draxler no ha aparecido y que Elissa apenas tiene protagonismo, será así durante un tiempo, pero no os preocupéis, ya vendrá la importancia de estos personajes.

Fotos de Clarissa:



Foto de Erik Durm:




                  Eres la suerte de mi vida

                                          Capítulo 4

-¿Me dejas irme?-pregunté apartando mi mirada de él.

-¿No tienes curiosidad por saber lo que hacía por aquí?-preguntó él.

-No.- mi voz sonó demasiado áspera e indiferente.

Él se acercó a mi oído:

-Quería ver lo guapa que estabas hoy.

Sonrió.

Me acaba de echar un piropo y yo me había puesto roja.

Llegué al trabajo y allí me estaba esperando Elissa. Ayer no la llamé ni le contó lo que había ocurrido con Erik así que me tocaba contárselo todo ahora.

-Le gustas, está claro.- dijo Elissa.

-Me da igual gustarle porque no me gusta.- dije revisando un caso.

-Vamos, es Erik Durm, te tiene que gustar sí o sí. Tan alto, tan bien definido, ese pelo rubio y brillante, esos ojitos azules que te miran de una forma tan profunda, esa cara de niño bueno, me gusta hasta a mí.

Ely fantaseaba con Erik eso estaba claro, pero yo no lo hacía.

-¿Te vienes a comer Clary o prefieres irte con Erik?-preguntó Ely riendo.

-Voy Ely.- contesté resoplando.

Mientras que estábamos comiendo, recibí una llamada. Era Erik. Lo cogí y me fui al cuarto de baño.

-Diga.- dije cuando descolgué el teléfono, intenté sonar segura.

-Hola Clarissa, soy Erik. Te llamaba por si esta tarde te apetecía ir al cine.

Ely entró al baño y me preguntó quién era, le susurré que era Erik y ella soltó una risita, le mandé callar.

-¿Qué pasa Clary?-preguntó él, no le había contestado.

-Oh, nada Erik. Es que estaba comiendo con una compañera de trabajo. Sí, sí que me apetece.- sonreí.

Ely volvió a reírse y le pegué un puñetazo en el brazo.

-Erik, ¿me haces un favor?- le pregunté.

-Por supuesto.- respondió él.

-No vuelvas a llamarme Clary.- colgué.

-Ahí te has pasado, has sido muy dura al decirle que no te llame de una forma cariñosa y cortando la llamada.- dijo ella.

-No quiero que se tome confianzas.- pronuncié.

Me vestí con una falda de vuelo de color granate y una blusa de color blanca. Le añadí accesorios en dorado y unos zapatos de tacón alto en negro y un bolso del mismo color. Por si acaso, cogí una chaqueta de color negro.

Me había puesto tanto tacón para no parecer tan bajita al lado de Erik aunque en realidad era muy bajita al lado de Erik y sabía que por mucho tacón que me pusiese iba a seguir siendo más bajita que él.

Llegué al cine, allí había quedado con Erik y le pude ver de pie en la entrada, con las manos en los bolsillos, cuando él me vio sonrió y empezó a acercarse a mí.

-Hola-sonrió él y me miró asombrado- Estás muy guapa.

-Gracias.- dije algo sonrojada.

No sabía si esto era una cita, pero yo me había vestido para una cita y no estaba segura de si sus piropos indicaban que él quería algo más que una amistad, pero nos acabábamos de conocer y era pronto.

-¿Qué película vamos a ver?- pregunté mientras que entrábamos al cine.

-Cincuenta sombras de Grey.-contestó él con una sonrisita.

Solté una risa.

Ya sabía por donde iban las intenciones de Erik y si quería jugar, íbamos a jugar porque yo llevaba ya unos meses sin sexo y tenía ganas.

Nos sentamos en nuestros asientos y comenzó la película. Erik posó una mano sobre mi rodilla, miré su mano sobre mi piel y le miré a él, después le dediqué una sonrisa. Según iba avanzando la película, Erik iba subiendo poco a poco su mano así que decidí agarrar su mano y subirla aún más, ya estaba muy cerca de mi intimidad y le sonreí, él me sonrió.

-Así que quieres jugar- susurró él en mi oído.

Me dio un suave beso en el cuello.

-Tengo muchas ganas- dije mientras que sentí su mano deslizar sobre mí.

-Espérate a que acabe y te llevo a mi casa- dijo él mordiendo su labio.

Era tan irresistible cuando hacía eso.

-Pero dile a tu amiguita que se calme-le dije suavemente en su oído.


-No te preocupes, puedo aguantar- él rio. 

domingo, 19 de julio de 2015


                    Eres la suerte de mi vida

                                       Capítulo 3

Era la hora de comer y llamé a Erik, quería saber si ahora podía quedar para tomar un café así su deuda quedaba pagada y no tendría que molestarme en saber nada más de él.

-Hola Erik, soy Clarissa, la chica de esta mañana.- dije sonando amable.

-Hola Clarissa, supongo que me llamabas por lo del café.- dijo él, su tono de voz sonaba mucho más amable que el tono de voz de esta mañana.

-Sí.- sonreí y me sentí como tonta, estaba sonriendo por un chico, pero tampoco sentía nada.

-¿Qué te parece si en vez de invitarte a un café, te invito a una comida? – preguntó él.

No contesté.

-Pasa de ser a una pregunta a una afirmación, te vienes a comer conmigo.- dijo él.

-Está bien.- dije.- ¿Dónde comemos?- pregunté.

-¿Recuerdas dónde nos hemos chocado? Pues quedamos ahí, desde ese sitio yo te guío al restaurante que por allí cerca hay uno muy bueno.

- Vale.- sonreí y colgué.

¿Tenía una cita con Erik Durm? No lo creía, no creía que le gustase.

Llegué al lugar donde habíamos quedado, allí ya estaba Erik. Al verme venir, una sonrisa se le dibujó en el rostro.

-Buenas Clarissa.- me dio dos besos en la mejilla.

-Hola.-sonreí mientras que miraba sus ojos azules.

Fuimos hasta el restaurante. Nos sentamos en la mesa que nos asignó el camarero.

¿Cuántos años tienes?-preguntó Erik mientras que se sentaba en su silla.

-22-respondí sonriendo.

-Yo también tengo esa edad.-sonrió.

Tenía una sonrisa bonita. ¿Él pensaría que yo también tenía una sonrisa bonita?

- ¿En qué trabajas?- preguntó Erik mientras comíamos.

Yo había pedido una ensalada y un solomillo con patatas. Erik había pedido una ensalada y pescado.

-Soy abogada.- dije sonriendo.

-No me lo habría imaginado.- dijo él asombrado.

-¿No tengo pinta de abogada?-pregunté.

-Para nada, tienes pinta de modelo.- sonrió.

Su sonrisa era deslumbrante.

¿Me acababa de lanzar un piropo?

-Supongo que gracias.- me sonrojé.

-Bueno, pues tu deuda ya está pagada.- sonreí.

-Pero me gustaría volver a quedar, me has caído muy bien, Clary.-él miró mis ojos verdes.

Yo miré sus ojos azules, hipnotizada de nuevo.

-No te tomes tantas confianzas, por el momento Clarissa.

- Está bien, te llamaré Clarissa.

Besó mi mejilla.

-Nos volveremos a ver.- me susurró al oído.

Mientras que Erik se iba, me guiñó un ojo.

Todo me resultaba tan raro, había sido tan amable conmigo y quería quedar de nuevo, pero no creía que tuviese esas intenciones. Pero el piropo… No, Clarissa, no le gustas, es Erik Durm no podrías gustarle ni aunque quisieras. Y no sé qué hago pensando si le gusto o no, si no me gusta.

Volví a casa y organicé todo para el día siguiente ya que tenía que ir a trabajar.

Caminaba despacio, respirando el aire de la ciudad de camino al trabajo, ya llevaba mi café en la mano, hoy iba con mucha antelación para que mi jefe viese que solo iba a ocurrir una vez.

Bebí un trago del café, giré la esquina en la que me había chocado con Erik y me detuve un momento en ella, me reí recordando el golpe y nuestra discusión.

-Así que parándote a recordar lo de ayer, eh.- dijo una voz grave a mi espalda.

Me giré y allí estaba Erik, firme y esbelto, la luz del sol le hacía brillar el pelo y le hacía el pelo mucho más claro de lo que era.

-¿Y tienes algún problema? ¿No puedo pararme a recordarlo?-pregunté.

-Según lo que acabas de hacer, diría que estás coladita por mi.-contestó él sonando arrogante.

-Oh vamos, no te pongas chulo, no estoy coladita por ti.- me giré y comencé a andar.

Mi trabajo estaba en la dirección contraria, pero prefería cruzar a la otra acera y seguir el camino hacia mi trabajo por allí antes que seguir hablando con Erik.

Una mano me agarró por el brazo, sabía que era él, no me hacía falta girarme.

-¿Me dejas seguir mi camino?-pregunté.

-Solo quería recordarte que a tu trabajo se va por el lado contrario.- su voz ahora sonó amable.


-Sé dónde está mi trabajo, voy todos los días, Erik.-me giré y vi sus ojos azules encima de mí, eran preciosos, había que reconocerlo. 

miércoles, 15 de julio de 2015


Bueno, hoy también os traigo alguna foto para que os vayáis imaginando como son Clarissa y Elissa.

Foto de Clarissa:



Foto de Elissa:


Foto de Durm y Draxler (esta es la portada en wattpad):





                            Eres la suerte de mi vida

                                            Capítulo 2

-No sabes lo tantísimo que te he extrañado.- dijo él.- ¿Qué más recuerdas?- preguntó él.

- Muchas cosas, me han venido todos los recuerdos de golpe.- contesté.

-Cuéntame lo que recuerdes.- dijo él esbozando una sonrisita.


Y así es como comienza todo, la historia de Clarissa y Erik:
Llegaba tarde al trabajo así que pagué el café y salí corriendo de la cafetería con el café en la mano, iba concentrada en el ritmo de mis pies para no caerme porque iba corriendo con tacones, seguro que estaba patética, pero en ese momento no me importaba.
Al girar la esquina, noté un fuerte golpe en mi pecho y sentí como la carpeta que llevaba en la mano resbalaba, el café resbaló y me empapé.

-¡Mierda!-exclamé.

Levanté la vista y vi que había un chico rubio, pelo corto y en punta, de facciones jóvenes, ojos azules extremadamente claros, parecido al azul del cielo en los días más bonitos, labios carnosos, piel clara, me recordaba a alguien, pero no me importaba eso, me importaba que me había empapado de café y mis papeles…

-¡Oh no!-exclamé.

-¿Quieres dejar de gritar?- preguntó el chico.

-¿Y qué quieres que haga si me has empapado de café y mis papeles seguramente estén mojados?- hice una pausa- Es un trabajo de toda una semana.- dije de mal humor.

Él recogió mi carpeta y miró en ella.

-Están secos.- dijo dándome la carpeta.

-Vale, pero ahora tengo que volver a mi casa a cambiarme y llego tarde.- dije quitándole la carpeta de sus manos.

-No haberte chocado.-dijo él.

-¡Has sido tú!- le miré incrédula.

-La que iba corriendo por la calle y sin mirar eras tú.- dijo él mirándome con expresión firme.

-Quien me ha tirado el café has sido tú.- dije seriamente.

-Bueno, hemos sido ambos y por mi parte yo lo siento.- su cara se relajó un poco.

-Yo también lo siento.- dije.

-Bueno, como no puedes entretenerte más, te doy mi número de teléfono para que me llames cuando quieras que te pagué otro café.- dijo él- Bueno, apúntalo en algún lado.

-Ah sí.- dije mientras que buscaba mi móvil para apuntarlo, me había quedado tan hipnotizada mirando sus ojos azules que no me había dado cuenta de que tenía que apuntar su número de teléfono en algún lado.- Dime.- sonreí.

Él me dictó su número de teléfono.

-¿Tu nombre?- le pregunté.

-Erik.-dijo sonriendo.

Ya sabía de qué le conocía, era un futbolista, era Erik Durm, el futbolista del Borussia de Dortmund e internacional con Alemania.

-Erik Durm- hice una pausa- ya sé de qué me sonabas, eres el futbolista del Dortmund.- sonreí.

-Sí y campeón del mundo.-dijo él mientras que miraba como guardaba mi móvil en el abrigo.

-Yo me llamo Clarissa- tragué saliva.- Tengo que irme, tengo que cambiarme y no quiero llegar demasiado tarde.-le sonreí y él me dio dos besos en la mejilla.

Tras cambiarme en casa, fui al trabajo, era abogada, el jefe me echó una bronca por haber llegado 30 minutos tarde, le conté lo ocurrido, sin incluir que con quien me choqué era Erik Durm. Tras la explicación me dijo que no volviese a ocurrir.

-Has llegado muy tarde, vaya bronca que te ha caído.- dijo Elissa

Elissa era mi mejor amiga, ambas éramos abogadas en la misma empresa y habíamos estudiado juntas, nos habíamos conocido en la universidad.

Elissa era rubia, con ojos azules, un azul más oscuro que los ojos de Erik, pero seguían siendo unos ojos muy bonitos, era alta, tenía 22 años. Era alemana al igual que yo, al igual que Erik.

Le conté que me había chocado con Erik Durm y que él me había dado su teléfono.

-A ver, Clarissa piensa un momento. Tienes el teléfono del futbolista Erik Durm el cual está buenísimo y resulta que no estás nada nerviosa- hizo una pausa.- No me lo puedo creer.- dijo ella.

-A ver, Elissa, no creo que vaya a pasar nada, solo intenta ser amable después de haberme tirado el café y de haber sido borde conmigo al principio.- dije.

Realmente pensaba que no le gustaba, que no había nada porque era Erik Durm, podía tener a la chica que quisiera y seguramente ni se iba a molestar en mi pudiendo tener a cualquiera.

-No se va a fijar en mí, puede salir con una modelo, con una actriz, con una cantante, con alguien mucho más guapa que yo.- dije.

-Pero puede que ninguna le haga sentir lo que tú le puedes hacer sentir al ser natural, al ser una chica que no está en contacto con la fama.- Elissa me miró levantando las cejas.

-No, Ely, no creo que sienta nada por mí, nos acabamos de conocer.


-Tiempo al tiempo.- se le dibujó una sonrisita en la cara. 

domingo, 12 de julio de 2015


                    Eres la suerte de mi vida

                                   Capítulo 1

Me desperté y vi que me encontraba en una habitación con paredes blancas, estaba en una cama con sábanas blancas y de estructura de madera, no estaba sola, en la cama se encontraba un chico dormido de pelo rubio, con musculosos brazos y estaba vestido solo con un pantalón de pijama por lo que se podía ver su torso desnudo, el cual estaba bien definido. Al lado de las camas se encontraban dos mesillas de color blanco. La que estaba colocada a mi lado tenía un libro, una lámpara, una pequeña botella de agua y un despertador. La que estaba colocada al lado del chico tenía varios libros encima, un despertador y una lámpara.

Me quité la sábana que me cubría y vi que iba vestida con un pantalón corto de pijama y una camiseta de tirantes por mi vestimenta pensé que era verano.
En las paredes de la habitación había varios cuadros colgados. Fui al que estaba más cerca de mí y vi que había una chica de pelo moreno y ojos verdes besando a un chico rubio, me giré y vi que el chico que había en la cama se parecía al del cuadro, seguro que era una foto de él con su novia. Seguí mirando el cuadro y en él había dos niños sentados en el suelo jugando. Peor, no era su novia, era su mujer y tenía hijos. Me dirigí a otro cuadro y este tenía la palabra “love” seguido de una foto con dos manos cogidas, cada mano tenía un anillo, un anillo de boda, para terminar había una foto de una chica y el mismo chico de la cama vestidos de boda. Casado, lo que me temía. Vi el último cuadro que había en la habitación y era el chico de la cama y de los anteriores cuadros jugando al fútbol, con una copa redonda, que tenía todos los países dibujados en ella y ponía en el cuadro “dreams come true”. Supuse que la copa sería la copa del mundo y que la habría ganado jugando al fútbol.

Vi que había una ventana y me acerqué a ella, en realidad, era un balcón así que decidí salir al balcón. Pude ver que delante de mí había un patio, todo de césped con dos árboles, una piscina de obra, un cenador y dentro de él una mesa con varias sillas, también había sillones. Fuera del cenador había columpios, supuse que para los niños de él. Alrededor del patio de esta casa, había más patios y más casas. Levanté la mirada y vi unas montañas a lo lejos. Así que estaba en un lugar de montaña.
Salí del balcón y entré de nuevo a la habitación, vi que había dos puertas, una daba al pasillo y otra al cuarto de baño, entré al baño. Dentro del baño había una cortina de ducha tras la que se encontraba una bañera, pensé en darme un baño, pero con un extraño en la otra habitación no me fiaba, pero seguro que ya me había visto desnuda. Seguí observando el baño, nada fuera de lo normal, todo lo que suele haber en un baño.
Fui a la ventana y la abrí, pude ver que el patio de atrás se unía al de delante, enfrenté de mí había otra casa, en la ventana había una chica que me saludó y yo la saludé. ¿Me conocía? Yo no la recordaba.

Me acerqué al espejo y vi el reflejo de una chica con pelo moreno, largo y liso con unos ojos verdes, cara muy bien cuidada, sin arrugas, sin granos, sin espinillas. Toqué la piel de mi cara y estaba suave por lo que se veía me cuidaba. Entonces, recordé la chica de la foto, me parecía a ella, pero no creo que sea ella porque si no me acordaría de este sitio, de este chico, pero realmente no me acordaba de nada, ni siquiera de quien era yo así que había una posibilidad de que ese chico de ahí fuera fuese mi marido y que los niños de las fotos fueran mis hijos.

Volví a la habitación y el chico ya se había despertado. Me sonrió y me pidió que me acercara a él, lo hice, no se le veía peligroso. Me senté en la cama a su lado, él me dio un beso en la mejilla y después otro en los labios. Besaba bien, muy bien.

-Te quiero, Clarissa.- dijo él.

Ya sabía como me llamaba, mi nombre era Clarissa.

-No puedo decirte que te quiero, no te conozco.- dije.

-Lo sé, Clarissa, sé que no recuerdas nada.- dijo él con lágrimas en los ojos.

Sentí un instinto de abrazarle y así lo hice.

-No llores, seguro que acabaré recordando.- dije.- ¿Cuánto llevo así?- pregunté.

No sabía si eso podía suceder, pero sentí la necesidad de expresarlo porque él quería que yo recordase y yo quería recordar.

- Dos meses y ayer te traje dormida a casa, los médicos dijeron que sería buena idea que hoy al despertarte lo primero que vieses fuese la casa por si recordabas algo al verla y bueno, a mí no me han dejado estar contigo hasta ahora, solo podía ir a verte cuando estabas dormida y tenía que verte a través de un cristal, no había podido cogerte la mano, ni darte un beso hasta ahora y eso no era vivir, verte allí en el hospital.- lloró y después continuó.- En un principio estuviste en coma, durante un mes y al siguiente mes te hicieron pruebas, dormías mucho porque estabas cansada por las pruebas, he sufrido mucho y por fin te tengo aquí, pero no me recuerdas, ni a tus hijos, no recuerdas nada…

- ¿Cómo te llamas?- le pregunté antes de que llorase.

- Erik Durm.- dijo él.

- Bonito nombre, Erik.- dije sonriendo.

Él sonrió, me besó y me dejé llevar. Poco a poco, él me quitaba la ropa y yo se la quitaba a él. No sentía miedo, sentía ganas, no sabía de donde salían esas ganas, pero las sentía.
Sentí su cuerpo encima del mío. Estábamos unidos y fue ahí, en esa unión cuando poco a poco los recuerdos fueron apareciendo. De golpe, uno tras otro, pero no se iban, se quedaban ahí y si quería recordarlos de nuevo, volvían a aparecer, se acumulaban en mi mente.

-Erik… Erik Durm campeón del mundo, me tiraste un café encima, así fue como nos conocimos.- dije.

Erik paró y se separó de mí. Me miraba con una sonrisa en la cara.

-¿Lo recuerdas?- preguntó.

-Sí, recuerdo como me enfadé, como te grité y como casi ensucias mis papeles, yo era abogada y supongo que seguiré siéndolo.- respondí sonriendo.

Erik se puso el pantalón y dejó su torso desnudo.

-Te recuerdo Erik.- dije abrazándole y besándole.

-Clary, cuanto he querido esto.- dijo él mirándome mientras sus ojos brillaban.

- Así es como me sueles llamar, es el apodo que me pusiste.- sonreí mirando fijamente sus ojos.
                                   

sábado, 11 de julio de 2015

¡Sí! Después de un tiempo he vuelto con una nueva historia. ¡Qué ganitas! Aquí os dejo la intro y una foto, mañana comienzo a subir. Subiré domingos y miércoles porque aún no he acabado la historia cuando la acabe comenzaré a subir diariamente, ya os avisaré cuando eso pase :) Siempre que haya algo de información o fotos no os preocupéis que os avisaré, besitos.

Erik Durm, 22 años, alemán, rubio, ojos azules, carita de niño y 1'83. Internacional alemán y jugador del Borussia de Dortmund. Campeón del mundo con tan solo 22 años. Titular indiscutible como lateral izquierdo en su equipo. Guarda un secreto que hará que todas las personas que le quieran, se alejen de él. Ha triunfado en todos los aspectos, pero no en el amor. ¿Lo hará por fin?
Clarissa, 22 años, alemana, abogada, morena, ojos verdes, estatura media. Sus relaciones anteriores no han ido bien y ha perdido la esperanza en el amor. ¿La recuperará con Erik?
Elissa, mejor amiga de Clarissa, 22 años, alemana, abogada también, alta, rubia, ojos azules. Vive su vida a cada instante, si tiene que venir alguien que lo haga, sino ella seguirá viviendo como hasta ahora.
Julian Draxler, 20 años, alemán, moreno, ojos marrones, cara de niño y 1'87. Internacional alemán y jugador del Schalke 04. Triunfador por naturaleza. Ha sufrido en el amor y no cree que haya una mujer ideal para él, pero no podrá resistirse a la encantadora Elissa.

Una doble historia de amor con cierto punto de humor y sexo. ¿Te atreves a introducirte en esta aventura?
Por cierto, quien quiera también la tiene en wattpad, por si os es más fácil: https://www.wattpad.com/story/44450291-eres-la-suerte-de-mi-vida