miércoles, 15 de julio de 2015


                            Eres la suerte de mi vida

                                            Capítulo 2

-No sabes lo tantísimo que te he extrañado.- dijo él.- ¿Qué más recuerdas?- preguntó él.

- Muchas cosas, me han venido todos los recuerdos de golpe.- contesté.

-Cuéntame lo que recuerdes.- dijo él esbozando una sonrisita.


Y así es como comienza todo, la historia de Clarissa y Erik:
Llegaba tarde al trabajo así que pagué el café y salí corriendo de la cafetería con el café en la mano, iba concentrada en el ritmo de mis pies para no caerme porque iba corriendo con tacones, seguro que estaba patética, pero en ese momento no me importaba.
Al girar la esquina, noté un fuerte golpe en mi pecho y sentí como la carpeta que llevaba en la mano resbalaba, el café resbaló y me empapé.

-¡Mierda!-exclamé.

Levanté la vista y vi que había un chico rubio, pelo corto y en punta, de facciones jóvenes, ojos azules extremadamente claros, parecido al azul del cielo en los días más bonitos, labios carnosos, piel clara, me recordaba a alguien, pero no me importaba eso, me importaba que me había empapado de café y mis papeles…

-¡Oh no!-exclamé.

-¿Quieres dejar de gritar?- preguntó el chico.

-¿Y qué quieres que haga si me has empapado de café y mis papeles seguramente estén mojados?- hice una pausa- Es un trabajo de toda una semana.- dije de mal humor.

Él recogió mi carpeta y miró en ella.

-Están secos.- dijo dándome la carpeta.

-Vale, pero ahora tengo que volver a mi casa a cambiarme y llego tarde.- dije quitándole la carpeta de sus manos.

-No haberte chocado.-dijo él.

-¡Has sido tú!- le miré incrédula.

-La que iba corriendo por la calle y sin mirar eras tú.- dijo él mirándome con expresión firme.

-Quien me ha tirado el café has sido tú.- dije seriamente.

-Bueno, hemos sido ambos y por mi parte yo lo siento.- su cara se relajó un poco.

-Yo también lo siento.- dije.

-Bueno, como no puedes entretenerte más, te doy mi número de teléfono para que me llames cuando quieras que te pagué otro café.- dijo él- Bueno, apúntalo en algún lado.

-Ah sí.- dije mientras que buscaba mi móvil para apuntarlo, me había quedado tan hipnotizada mirando sus ojos azules que no me había dado cuenta de que tenía que apuntar su número de teléfono en algún lado.- Dime.- sonreí.

Él me dictó su número de teléfono.

-¿Tu nombre?- le pregunté.

-Erik.-dijo sonriendo.

Ya sabía de qué le conocía, era un futbolista, era Erik Durm, el futbolista del Borussia de Dortmund e internacional con Alemania.

-Erik Durm- hice una pausa- ya sé de qué me sonabas, eres el futbolista del Dortmund.- sonreí.

-Sí y campeón del mundo.-dijo él mientras que miraba como guardaba mi móvil en el abrigo.

-Yo me llamo Clarissa- tragué saliva.- Tengo que irme, tengo que cambiarme y no quiero llegar demasiado tarde.-le sonreí y él me dio dos besos en la mejilla.

Tras cambiarme en casa, fui al trabajo, era abogada, el jefe me echó una bronca por haber llegado 30 minutos tarde, le conté lo ocurrido, sin incluir que con quien me choqué era Erik Durm. Tras la explicación me dijo que no volviese a ocurrir.

-Has llegado muy tarde, vaya bronca que te ha caído.- dijo Elissa

Elissa era mi mejor amiga, ambas éramos abogadas en la misma empresa y habíamos estudiado juntas, nos habíamos conocido en la universidad.

Elissa era rubia, con ojos azules, un azul más oscuro que los ojos de Erik, pero seguían siendo unos ojos muy bonitos, era alta, tenía 22 años. Era alemana al igual que yo, al igual que Erik.

Le conté que me había chocado con Erik Durm y que él me había dado su teléfono.

-A ver, Clarissa piensa un momento. Tienes el teléfono del futbolista Erik Durm el cual está buenísimo y resulta que no estás nada nerviosa- hizo una pausa.- No me lo puedo creer.- dijo ella.

-A ver, Elissa, no creo que vaya a pasar nada, solo intenta ser amable después de haberme tirado el café y de haber sido borde conmigo al principio.- dije.

Realmente pensaba que no le gustaba, que no había nada porque era Erik Durm, podía tener a la chica que quisiera y seguramente ni se iba a molestar en mi pudiendo tener a cualquiera.

-No se va a fijar en mí, puede salir con una modelo, con una actriz, con una cantante, con alguien mucho más guapa que yo.- dije.

-Pero puede que ninguna le haga sentir lo que tú le puedes hacer sentir al ser natural, al ser una chica que no está en contacto con la fama.- Elissa me miró levantando las cejas.

-No, Ely, no creo que sienta nada por mí, nos acabamos de conocer.


-Tiempo al tiempo.- se le dibujó una sonrisita en la cara. 

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