Eres la suerte de mi vida
Capítulo 2
-No sabes lo
tantísimo que te he extrañado.- dijo él.- ¿Qué más recuerdas?- preguntó él.
- Muchas cosas,
me han venido todos los recuerdos de golpe.- contesté.
-Cuéntame lo
que recuerdes.- dijo él esbozando una sonrisita.
Y así es como
comienza todo, la historia de Clarissa y Erik:
Llegaba tarde
al trabajo así que pagué el café y salí corriendo de la cafetería con el café
en la mano, iba concentrada en el ritmo de mis pies para no caerme porque iba
corriendo con tacones, seguro que estaba patética, pero en ese momento no me
importaba.
Al girar la
esquina, noté un fuerte golpe en mi pecho y sentí como la carpeta que llevaba
en la mano resbalaba, el café resbaló y me empapé.
-¡Mierda!-exclamé.
Levanté la
vista y vi que había un chico rubio, pelo corto y en punta, de facciones
jóvenes, ojos azules extremadamente claros, parecido al azul del cielo en los
días más bonitos, labios carnosos, piel clara, me recordaba a alguien, pero no
me importaba eso, me importaba que me había empapado de café y mis papeles…
-¡Oh
no!-exclamé.
-¿Quieres dejar
de gritar?- preguntó el chico.
-¿Y qué quieres
que haga si me has empapado de café y mis papeles seguramente estén mojados?-
hice una pausa- Es un trabajo de toda una semana.- dije de mal humor.
Él recogió mi
carpeta y miró en ella.
-Están secos.-
dijo dándome la carpeta.
-Vale, pero
ahora tengo que volver a mi casa a cambiarme y llego tarde.- dije quitándole la
carpeta de sus manos.
-No haberte
chocado.-dijo él.
-¡Has sido tú!-
le miré incrédula.
-La que iba
corriendo por la calle y sin mirar eras tú.- dijo él mirándome con expresión
firme.
-Quien me ha
tirado el café has sido tú.- dije seriamente.
-Bueno, hemos
sido ambos y por mi parte yo lo siento.- su cara se relajó un poco.
-Yo también lo
siento.- dije.
-Bueno, como no
puedes entretenerte más, te doy mi número de teléfono para que me llames cuando
quieras que te pagué otro café.- dijo él- Bueno, apúntalo en algún lado.
-Ah sí.- dije
mientras que buscaba mi móvil para apuntarlo, me había quedado tan hipnotizada
mirando sus ojos azules que no me había dado cuenta de que tenía que apuntar su
número de teléfono en algún lado.- Dime.- sonreí.
Él me dictó su
número de teléfono.
-¿Tu nombre?-
le pregunté.
-Erik.-dijo
sonriendo.
Ya sabía de qué
le conocía, era un futbolista, era Erik Durm, el futbolista del Borussia de
Dortmund e internacional con Alemania.
-Erik Durm-
hice una pausa- ya sé de qué me sonabas, eres el futbolista del Dortmund.-
sonreí.
-Sí y campeón
del mundo.-dijo él mientras que miraba como guardaba mi móvil en el abrigo.
-Yo me llamo
Clarissa- tragué saliva.- Tengo que irme, tengo que cambiarme y no quiero
llegar demasiado tarde.-le sonreí y él me dio dos besos en la mejilla.
Tras cambiarme
en casa, fui al trabajo, era abogada, el jefe me echó una bronca por haber
llegado 30 minutos tarde, le conté lo ocurrido, sin incluir que con quien me
choqué era Erik Durm. Tras la explicación me dijo que no volviese a ocurrir.
-Has llegado
muy tarde, vaya bronca que te ha caído.- dijo Elissa
Elissa era mi
mejor amiga, ambas éramos abogadas en la misma empresa y habíamos estudiado
juntas, nos habíamos conocido en la universidad.
Elissa era
rubia, con ojos azules, un azul más oscuro que los ojos de Erik, pero seguían
siendo unos ojos muy bonitos, era alta, tenía 22 años. Era alemana al igual que
yo, al igual que Erik.
Le conté que me
había chocado con Erik Durm y que él me había dado su teléfono.
-A ver,
Clarissa piensa un momento. Tienes el teléfono del futbolista Erik Durm el cual
está buenísimo y resulta que no estás nada nerviosa- hizo una pausa.- No me lo
puedo creer.- dijo ella.
-A ver, Elissa,
no creo que vaya a pasar nada, solo intenta ser amable después de haberme
tirado el café y de haber sido borde conmigo al principio.- dije.
Realmente
pensaba que no le gustaba, que no había nada porque era Erik Durm, podía tener
a la chica que quisiera y seguramente ni se iba a molestar en mi pudiendo tener
a cualquiera.
-No se va a
fijar en mí, puede salir con una modelo, con una actriz, con una cantante, con
alguien mucho más guapa que yo.- dije.
-Pero puede que
ninguna le haga sentir lo que tú le puedes hacer sentir al ser natural, al ser
una chica que no está en contacto con la fama.- Elissa me miró levantando las
cejas.
-No, Ely, no
creo que sienta nada por mí, nos acabamos de conocer.
-Tiempo al
tiempo.- se le dibujó una sonrisita en la cara.
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