Eres la suerte de mi vida
Capítulo 4
-¿Me dejas
irme?-pregunté apartando mi mirada de él.
-¿No tienes
curiosidad por saber lo que hacía por aquí?-preguntó él.
-No.- mi voz
sonó demasiado áspera e indiferente.
Él se acercó a
mi oído:
-Quería ver lo
guapa que estabas hoy.
Sonrió.
Me acaba de
echar un piropo y yo me había puesto roja.
Llegué al
trabajo y allí me estaba esperando Elissa. Ayer no la llamé ni le contó lo que
había ocurrido con Erik así que me tocaba contárselo todo ahora.
-Le gustas,
está claro.- dijo Elissa.
-Me da igual
gustarle porque no me gusta.- dije revisando un caso.
-Vamos, es Erik
Durm, te tiene que gustar sí o sí. Tan alto, tan bien definido, ese pelo rubio
y brillante, esos ojitos azules que te miran de una forma tan profunda, esa
cara de niño bueno, me gusta hasta a mí.
Ely fantaseaba
con Erik eso estaba claro, pero yo no lo hacía.
-¿Te vienes a
comer Clary o prefieres irte con Erik?-preguntó Ely riendo.
-Voy Ely.-
contesté resoplando.
Mientras que
estábamos comiendo, recibí una llamada. Era Erik. Lo cogí y me fui al cuarto de
baño.
-Diga.- dije
cuando descolgué el teléfono, intenté sonar segura.
-Hola Clarissa,
soy Erik. Te llamaba por si esta tarde te apetecía ir al cine.
Ely entró al
baño y me preguntó quién era, le susurré que era Erik y ella soltó una risita,
le mandé callar.
-¿Qué pasa
Clary?-preguntó él, no le había contestado.
-Oh, nada Erik.
Es que estaba comiendo con una compañera de trabajo. Sí, sí que me apetece.-
sonreí.
Ely volvió a
reírse y le pegué un puñetazo en el brazo.
-Erik, ¿me
haces un favor?- le pregunté.
-Por supuesto.-
respondió él.
-No vuelvas a
llamarme Clary.- colgué.
-Ahí te has
pasado, has sido muy dura al decirle que no te llame de una forma cariñosa y
cortando la llamada.- dijo ella.
-No quiero que
se tome confianzas.- pronuncié.
Me vestí con
una falda de vuelo de color granate y una blusa de color blanca. Le añadí
accesorios en dorado y unos zapatos de tacón alto en negro y un bolso del mismo
color. Por si acaso, cogí una chaqueta de color negro.
Me había puesto
tanto tacón para no parecer tan bajita al lado de Erik aunque en realidad era
muy bajita al lado de Erik y sabía que por mucho tacón que me pusiese iba a
seguir siendo más bajita que él.
Llegué al cine,
allí había quedado con Erik y le pude ver de pie en la entrada, con las manos
en los bolsillos, cuando él me vio sonrió y empezó a acercarse a mí.
-Hola-sonrió él
y me miró asombrado- Estás muy guapa.
-Gracias.- dije
algo sonrojada.
No sabía si
esto era una cita, pero yo me había vestido para una cita y no estaba segura de
si sus piropos indicaban que él quería algo más que una amistad, pero nos
acabábamos de conocer y era pronto.
-¿Qué película
vamos a ver?- pregunté mientras que entrábamos al cine.
-Cincuenta sombras
de Grey.-contestó él con una sonrisita.
Solté una risa.
Ya sabía por
donde iban las intenciones de Erik y si quería jugar, íbamos a jugar porque yo
llevaba ya unos meses sin sexo y tenía ganas.
Nos sentamos en
nuestros asientos y comenzó la película. Erik posó una mano sobre mi rodilla,
miré su mano sobre mi piel y le miré a él, después le dediqué una sonrisa.
Según iba avanzando la película, Erik iba subiendo poco a poco su mano así que
decidí agarrar su mano y subirla aún más, ya estaba muy cerca de mi intimidad y
le sonreí, él me sonrió.
-Así que
quieres jugar- susurró él en mi oído.
Me dio un suave
beso en el cuello.
-Tengo muchas
ganas- dije mientras que sentí su mano deslizar sobre mí.
-Espérate a que
acabe y te llevo a mi casa- dijo él mordiendo su labio.
Era tan
irresistible cuando hacía eso.
-Pero dile a tu
amiguita que se calme-le dije suavemente en su oído.
-No te
preocupes, puedo aguantar- él rio.
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