Eres la suerte de mi vida
Capítulo 16
Ella se apartó cuando yo seguía con ganas de besarla.
-Erik, he venido a hablar contigo.- se puso seria.
-Me lo imagino.
-Tenemos que hablar sobre ese secreto, sé que será difícil
todo a partir de ahora, pero te quiero demasiado y estoy dispuesta a intentar
todo por ti, espero que tú también. Creo que lo nuestro merece la pena, no
hagas que me arrepienta.
-Por supuesto que lo estoy.
-Me he encontrado con Mats en el pasillo y me ha contado lo
que has hecho estos meses.
Sé que has sufrido, que has llorado por mí, que has
rechazado a muchas mujeres, que no te has acostado con nadie y todo ello por
mí, porque me quieres a mí y a nadie más. Eso es admirable.
-Por eso el grito de Mats.- reí.- Y sí, he hecho todo eso,
todo por ti.
-Bueno, no te quedes ahí, pasa.- dije.
Narra Clarissa:
Cuando Erik abrió la puerta me dio un vuelco al corazón,
estaba muy nerviosa, pero al verle me tranquilicé, me encantó que me abrazase y
que me besase, pero todo poco a poco.
Habíamos dejado las cosas claras, íbamos
a luchar por estar juntos. No iba a ser fácil.
Pasé dentro y él me preguntó:
-¿Cómo has estado tú?
-Te he querido mucho así que lo he pasado mal. Al principio
estaba muy enfadada, no quería saber nada de ti, pero me fui dando cuenta de
que te quería demasiado, sentía necesidad de escribirte por eso te mandé el
mensaje de suerte para el Mundial, más tarde me di cuenta de que te podía perder
y aquí estoy.
Estuvimos un rato hablando de estos meses que habíamos
pasado separados.
-Es muy tarde, ya son las dos de la noche, no quiero que
andes sola por aquí así que te quedas a dormir. Mañana ya lo explicaré todo y
si me tengo que llevar alguna bronca, me la llevaré yo solo.
Asentí.
Dormimos abrazados. Escuchaba el latido de su corazón ya
que estaba apoyada en su pecho.
Desperté y Erik no estaba en la habitación. No tenía ropa
de cambio así que tendría que volver con la misma ropa que había traído ayer,
menos mal que no dormí con ella porque
Erik me prestó una camiseta suya, la
cual me quedaba muy grande y larga, para dormir.
Minutos más tarde entró Erik en la habitación con una gran
bandeja llenísima de comida.
-¡Desayuno!-gritó mientras cerraba la puerta con su culo.
Me reí por ese gesto.
Desayunamos en la cama. Estaba asombrada por el gesto que
había hecho de traerme el desayuno a la cama.
-Tenéis buenos cocineros, está todo riquísimo.
-Queremos ser campeones del mundo, tendremos que tener lo
mejor en esta selección.- río.
-Eso es cierto.- sonreí mientras que apartaba de mi cara un
mechón de pelo.
-Me encanta cuando haces ese gesto.- dijo él mientras que
se llevaba una tostada a la boca.
Al volver al hotel, Elissa me hizo todo tipo de preguntas y
procuré resolvérselas con todos los detalles posibles.
-Así que estáis juntos.- dijo ella afirmando.
-No, no estamos juntos, pero no somos solo amigos.-
pronuncié.
-¿Conociendo?-preguntó.
-Exacto. Y sé que no será fácil, que tendremos que ganar
confianza, que sufriremos durante este tiempo, pero también será bonito vivir
esto juntos. Lo bueno superará a lo malo, seguro. Los dos estamos seguros de
que esto vale la pena, ¿por qué no intentarlo?
-Muchísima suerte, Clary. Te mereces ser feliz con él, pero
ahora… ¡Nos merecemos unas grandísimas vacaciones en un paraíso como es Río de
Janeiro!- exclamó ella lanzándome mi bikini.- Ya tengo la bolsa de la playa
hecha y yo ya estoy vestida, solo faltas tú, venga, tengo muchas ganas de pisar
las playas de Brasil, dicen que son preciosas y lo que vimos ayer por la noche
y lo que he podido ver esta mañana desde el hotel me lo van confirmando.
Fuimos a la playa y era cierto, las playas de Brasil son
preciosas. Son totalmente un paraíso.
-¿Cuándo juega Alemania?- preguntó Elissa.
-Mañana, Erik me ha dado dos entradas, sabe que estás aquí,
para que vayamos a ver a Alemania, él seguramente no juegue porque no está
siendo titular, pero está disfrutando igualmente al ver que su equipo va
ganando y clasificándose para las siguientes rondas, quieren ser campeones del
mundo y van a luchar por ello. Y yo, por supuesto, estaré ahí para apoyar a
Erik. Ah, me ha dicho que te pases por el hotel, podrías conocer a alguien.
-¿En serio?- preguntó ella curiosa.- ¿Me tendrá a alguien
preparado?
-No lo sé, te soy sincera.
Pasamos un buen día en la playa.
Volvimos al hotel y allí me estaba esperando Erik.
-¿Llevas mucho esperando?-pregunté.
-No, solo quince minutos.- contestó él abrazándome.
No hay comentarios:
Publicar un comentario