Eres la suerte de mi vida
Capítulo 14
-Clary, escúchame…
-¡NO!- grité.- Déjame, eres un cabrón. Olvídame, vuelve a
Dortmund, no me busques más, borra mi número, yo ya no soy nadie para ti.
Corrí con todas mis fuerzas, lo más rápido que pude, estaba
llorando, apenas veía nada, sentía a alguien correr detrás de mí, era Erik.
Tropecé y me caí. Sentí mis rodillas raspadas.
-Clary, ¿estás bien?- era la voz de Erik.
-Déjame, suéltame.- chillé y volví a chillar.
-No puedes volver sola a casa, no ves nada porque estás
llorando, te vas a volver a caer.- dijo él.
Accedí a que me acompañase a casa. Él se marchó.
Subí a mi habitación y no comí ni cené. El estómago se me
había cerrado. Subió mi hermano a hablar conmigo, le dije que se fuera. Él
aceptó.
Narra Erik:
Sabía que la había hecho daño, sabía que no podía arreglar
nada con ella.
Me volví a Dortmund, le conté todo a Hummels.
-Debes dejarle tiempo, que ella olvide el daño que le has
hecho y más tarde, si ella no te ha llamado, llamarla tú, cuando hayan pasado
unos meses. O deja que el destino os vuelva a unir.- dijo Mats.
-Ahora viene el Mundial y me vendrá bien concentrarme en
ello.- dije.
-Eso debes de hacer, tenemos que ser campeones.- dijo Mats.
Narra Clarissa:
Pasaron los meses, Erik había aceptado que yo no quería
saber nada de él. Él se fue al mundial, le deseé suerte en un mensaje, es lo
único que podía hacer.
Me pasaba los días pensando qué tal le iría a Erik en la
copa del mundo, buscando la mayor información posible de él, estando pendiente
de todas las noticias, de cualquier rumor sobre la selección alemana, seguía
cada partido hasta que llegó un punto en el que no aguanté más y cogí todo el
dinero ahorrado que tenía. Ese dinero era para un gran viaje con Elissa, le
mandé un mensaje diciéndole lo que iba a hacer, que sentía que no fuésemos a
pasar el verano juntas y a hacer nuestro gran viaje, pero que necesitaba ese
dinero para ir a Brasil a ver a Erik, necesitaba hablar cara a cara con él.
Empecé a hacer la maleta, metí todo lo necesario,
prácticamente todo mi armario. Sonó el timbre y me sobresalté, no esperaba a
nadie.
-¡Hola!-exclamó Elissa nada más abrir la puerta. Llevaba
una gran maleta.- Me voy contigo a Brasil, no lamentes nada. Este será nuestro
gran viaje y de paso podrás hablar con Erik cara a cara. Creo que necesitáis a
hablar y sí, fui la primera que dije que te alejarás de él, pero él fue
valiente al decirte su problema, se merece que le perdones.
Cogimos el primer avión para el que conseguimos billetes.
Salía al día siguiente por la tarde.
Llamé a Erik.
-¿Clarissa?-preguntó él desde el otro lado del teléfono.
-Erik.- dije yo, tomé aire.- Mañana tendrás una sorpresa.-
me mordí el labio.
-¿Qué dices Clary? ¿Has bebido?- preguntó él confuso.
-No, no. Escúchame Erik. Mañana tendrás una sorpresa, no
puedo decirte qué es, pero te va a encantar.- contesté mientras sonreía.
-Bueno, vale, mañana lo veré.- dijo él y colgó.
Narra Erik:
Había bebido, no podía decir esto en serio. Mañana no
tendría ninguna sorpresa, solo era que ella había bebido y como no sabía lo que
hacía me llamó. Aunque no creía lo que me había dicho Clary, no concilié el
sueño por lo que me levanté, me puse una camiseta ya que dormía solo con el
pantalón del calor que hacía y me dirigí a la habitación de Mats.
Llamé
suavemente, Mats dormía como un tronco, sería difícil despertarle, pero tampoco
quería despertar a todo el hotel. Volví a llamar dos veces más y por fin oí un
ruido al otro lado de la puerta. Minutos después Mats me abrió adormilado y
rascándose un ojo.
-¿Qué pasa Erik? ¿Qué haces a estas horas aquí?- preguntó.
Le conté lo que me había dicho Clarissa.
-Estaría borracha, es muy raro eso, Erik.- dijo él
tumbándose en la cama y cerrando los ojos.
-No te duermas, Mats.- le zarandeé.
-Tengo sueño, Erik.- su voz sonaba cansada.
-Mats, es que no sé qué creer. En un principio he pensado
que estaba borracha, pero no sé, no sonaba borracha.- me pasé las manos por el
pelo como gesto de desesperación.
Narra Clarissa:
Elissa se quedó a dormir en mi casa. Ella durmió tan
tranquila mientras que a mí me costó dormir.
-¡Levanta!- le grité a Elissa.
-Voy, pero no grites.- dijo ella.
-El desayuno está listo, voy a ducharme y ahora desayuno
contigo. Repasa todo, que no se te olvide nada, termina la maleta ya. Yo la
terminaré después de desayunar.- dije con muchísima energía.
-Clarissa… El avión sale a las 18:00 de la tarde.- Elissa
se estaba levantando.
-Pero tenemos que estar a las 16:00 en el aeropuerto y
comer.- dije entrando a la ducha.
Me di una ducha rápida, salí y fui a desayunar con Elissa.
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